martes, 23 de mayo de 2017

En México nuestra Constitución tiene contemplada las formas de destituir al presidente

En México nuestra Constitución tiene contemplada las formas de destituir al presidente

AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 1413 Mayo 13 del 2017
Siempre hay noticias buenas aunque generalmente la mayoría son malas. La buena es que los republicanos ya está pensando seriamente en destituir a Donald Trump porque lo consideran un fiasco y un peligro para las instituciones norteamericanas, las que les ha costado muchos esfuerzos y empeños en hacerlas creíbles y serviciales para los ciudadanos.
En México nuestra Constitución tiene contemplada las formas de destituir al presidente si este incurre en la traición a la patria tal y como está sucediendo –por infinidad de casusas- con Peña Nieto. La cuestión es que el sistema político implantado aviesamente por el PRI y algunos de sus cómplices de otros partidos, nos ha quitado ese derecho, de ahí es que debemos de retomarlo
Para los estadounidenses, para todo el mundo y en particular para los mexicanos, la noticia es buena, porque sacar de la cosa pública a este energúmeno no solo es bueno sino maravilloso, porque este sujeto con sus pocas luces y su estilo de padrote de rancho, ha revuelto al mundo y revolucionado el odio hacia Estados Unidos y a los norteamericanos. De ahí que ya se cocine su destitución. Richard Brodsky ex asambleísta por 14 periodos por Nueva York, dice que en secreto los republicanos están pensando cómo y cuándo sustituir a Donald Trump. Buscan el menor costo político e incluso ya tienen al sustituto, se trata de Mike Pence, el vicepresidente, quien por ser un conservador, llena los requisitos y sería del gusto del pueblo y de los demócratas. Solo habría que esperar que no resulte peor o igual que Trump.
El que por salud nacional se pueda sustituir a un presidente en EEUU y en otras naciones, a los mexicanos nos abre un postigo de esperanza para destituir por obvias razones a Peña Nieto, aunque hay que decirlo, en México el sistema político impuesto en base a triquiñuelas ajenas a la Constitución, esto no está fácil, solo requiere que los diputados y senadores hagan su papel de representantes del pueblo y dejen de ser la servidumbre del poder ejecutivo. No es fácil, reitero, porque habría que recomponer al legislativo y al poder judicial, ya que ambos poderes se han corrompido a la par del poder ejecutivo. Y como recién dijo Peña Nieto, “que acabar con la corrupción no es cosa que se haga de la noche a la mañana”. ¿Qué trató de decir con eso? Que mientras esté Peña Nieto en la presidencia esto no será posible, ya que hay pactos secretos entre los tres poderes de la Unión, para blindar de una destitución al presidente.
Pienso que esto que está por suceder en EEUU, debería ser un ejemplo a seguir, con el fin de hacer de la salud pública un caso ejemplar de la tarea republicana. Con una iniciativa que invite a los ciudadanos a emitir su voto, como un plebiscito o referendo popular, un Sí o un No, de parte de los sufragantes, ya sea para destituir a un mandatario por dañino a la nación, o bien, para otro tipo de urgencias que la nación requiera para un mejor funcionamiento de la gobernanza. Esto está previsto en nuestra constitución, porque el presidente es solo un mandatario sujeto a los mandantes, o sea a los ciudadanos, quienes de hecho y de facto son los patrones del mandatario, al que se le asigna un sueldo y otras prestaciones para hacer un trabajo de servir al pueblo, a quienes ellos eligieron, pero no como rey o emperador sino como un servidor público. La cuestión en este caso es que Peña Nieto actúa como un rey o un emperador que veja a su pueblo.
Es claro que Peña Nieto no solo veja, roba, humilla, miente y engaña a los mexicanos, sino que se entroniza como emperador porque el sistema político mexicanos, podrido absolutamente, se ha acomodado anticonstitucionalmente para que las cosas sucedan, tal y como acontecen en nuestro país, en donde él funge como rey mientras 122 millones de mexicanos asumimos el papel de sus vasallos, o dicho de otra forma coloquial, él es Tarzán y todos los mexicanos somos Cheeta, el chimpancé que acompañaba a Tarzán en todas sus andanzas. Tenemos que sacar al PRI del gobierno por los medios que nos son dados, pero también tenemos y debemos pugnar porque nuestra Carta Magna sea el eje que dicte las acciones a seguir para la salud pública y el buen funcionamiento de nuestras instituciones, las que a propósito, han sido podridas, perversamente por el PRI, con el fin de favorecer a unos cuantos entre ellos al presidente en turno.
Entonces hagamos que esta buena noticia de las posibilidades de que Trump sea destituido, también en el menor tiempo posible, logremos que eso en México suceda, tal como la Carta Magna lo tiene contemplado en varios de sus apartados. ¿Qué ganaríamos si logramos destituir a Peña Nieto si en su lugar va a quedar otro igual o peor que él? Limpiemos el sistema electoral porque esa es la base que tienen estos malandrines que se dice políticos, para sujetarnos y abusar de nosotros y, para adueñarse de manera cleptómana de los bienes nuestros y de nuestra nación, tal y como cotidianamente lo vemos y vivimos. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Si deseas leer mis anteriores escritos, puedes hacerlo ingresando a Google en: elnuevoblogdeaugustopena.blogspot.com
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.

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