No siempre se ve el México real, el que Guillermo Almeyra nos dibuja aquí
Dossier ahpd 732 mayo 24 de 2015
México es un semi-Estado en descomposición moral y política, donde las camarillas con que gobiernan son ilegales e ilegítimas porque llegaron a sus cargos por medio de fraudes electorales. Estas camarillas de farsantes que gobiernan, en colusión con la plutocracia, la oligarquía y las trasnacionales, hicieron del IFE que era una mierda, el INE que es peor.
Guillermo Almeyra es un analista político que brilla por su lucidez y tino cuando hay que describir un panorama real del México en el que vivimos, el México que comenzó a declinar a partir de la llegada de Miguel de La Madrid y Carlos Salinas a Los Pinos y hasta este nefasto régimen presidido por Peña Nieto, quien empezó de manera espuria a gobernar llevándonos al desastre económico y social. Nos dice: La actitud que los mexicanos debemos tomar a partir de las elecciones del 7 de junio, son para ponderar la clase tan baja de los actores nefandos que nos gobiernan.
“México que no es Suiza ni Suecia, es un Estado y un país en donde el gobierno está en guerra abierta contra su propio pueblo y ocupa permanentemente casi todo el territorio con sus militares a los que utiliza para labores a los que no fueron entrenados. México es un semi- Estado en descomposición moral y política, donde las camarillas con que gobiernan son ilegales e ilegítimas, llegaron a su cargos mediante el fraude electoral y deben enfrentar diversos poderes armados que van desde el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, las policías comunitarias y las autodefensas por un lado y por otro, a los diversos cárteles delincuenciales”.
“México es un país en el que los capitalistas nacionales y las corporaciones trasnacionales que son las que gobiernan, están llevando a cabo una feroz ofensiva contra el nivel de vida de los mexicanos, –nivel que siempre ha sido miserable con tendencias a empeorar- utilizando para ello a la camarilla impuesta en el gobierno y el ejército. Siempre luchando la oligarquía y sus títeres en el gobierno. Luchan encarnizadamente contra la inmensa mayoría de la población, en alianza con la parte más cuantiosa del capital invertida en el narcotráfico, en la trata de personas y de órganos humanos, así como el contrabando de armas. Las llamada “elecciones” son simplemente una maniobra para tratar de aparentar legalidad. Todo esto constituye desde el punto de vista electoral un inmenso fraude generalizado sexenalmente con una endeble máscara de legalidad constitucional, y anula la posibilidad de libre expresión y libre elección por ciudadanos comunes”.
Las gentes que nos gobierna en los tres niveles son una caterva de farsantes coludidos con los poderes judiciales y legislativos y entre ellos, en una pestilente colusión con lo más putrefacto de la plutocracia mexicana encabezada por Claudio X. González, la familia Servitje, Germán Larrea, Alberto Bailleres, Emilio Azcárraga, Olegario Vázquez Raña, Alonso Ancira y Ricardo Salinas Pliego, sumados a una treintena de oligarcas, ligados todos a empresas multinacionales de la industria, el comercio, los servicios, la minería y las finanzas, convirtieron a una Institución que era una mierda, el IFE, en otra mierda más refinada y procaz, el INE, en donde preside un pobre diablo emanado de los medios académicos. Me refiero a Lorenzo Córdova Vianello, un despreciable racista que no para en mientes con tal de permanecer al lado de quienes disfrutan en hacerse de lo ajeno.
Estos malhadados ciudadanos que infelizmente se han enriquecido a costa de los mexicanos más pobres y han entregado las riquezas nacionales al capital extranjero, sobre todo a los de EEUU, España, Inglaterra y a la judería de Israel y México, son los responsables del deterioro terrible que México y los mexicanos han padecido, tanto en lo social como en lo económico, cultural, de salud y del bienestar social general, haciendo de nuestro país lo que Guillermo Almeyra vislumbra como un semi-Estado en descomposición moral y política, donde las camarillas que nos gobiernan son ilegales e ilegítimas porque llegaron ahí en donde están por medio de fraudes electorales recurrentes, los de 1988, 2006 y 2012, son las muestra. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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