Muy complicado me resulta escribir el penúltimo artículo del año 2015
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier 874 diciembre 29 de 2015
La competitividad, la deuda externa e interna y el raquítico salario mínimo, son los temas a tratar ahora para ir en busca de la solución al conjunto de cuitas que nos agobian; he encontrado algunas soluciones a corto plazo y todas ellas son utópicas, pero a mediano y largo plazo, la solución está en la politización puntual de las nuevas generaciones de mexicanos
Para mí, escribir cotidianamente sobre diferentes tópicos que conciernen a mi interés y que suponga que le atañen a mis lectores me resulta demasiado fácil y divertido; fácil porque son temas que conozco, y divertido porque aunque sean cosas serias y en veces sórdidas como son los relacionadas con la política y los políticos de México, lo llevo a cabo con entero convencimiento que le hago un bien a terceras personas y a mi país ya que abro algunos postigos de la realidad que nos envuelve para hacerla más visible y patente y con ello colaboro un poco en la politización de todos y cada uno de los que me leen y que creen en mis escritos.
Sin embargo resumir uno o varios temas para un penúltimo artículo del año me compromete a más, me involucra en una mayor atención en lo que tengo que escribir, preparándome para el día siguiente en el que escribiré mi último artículo del año, el que de ninguna manera debe parecerse a los más de 300 escritos anteriores que hube escrito a través del año 2015. Por lo mismo he preparado un tema recurrente que ha llenado páginas y páginas de periódicos durante todo el año y ha ocupado espacios en la TV, de gran trascendencia, y que por las corruptelas existentes entre los medios tradicionales –periódicos, TV, radio- nacionales, la verdad siempre es tocada tangencialmente y dicha a medias, y la mentira es disfrazada con un manto de verdades a medias para engañar a la opinión pública y encubrir a quienes les pagan, desde nuestro gobierno.
Los temas son la competitividad nacional, la deuda externa e interna y los famélicos salarios que reciben los trabajadores mexicanos, razón por la cual no somos competitivos ante otras naciones. Un grupo de senadores cuestionó que el país haya perdido fuerza y congruencia ante la competencia internacional. A pesar que Peña Nieto desde su campaña prometió que haría todo lo posible por mejorar a México en el rubro de la competitividad. Hemos perdido algunos espacios ante algunas naciones; en el 2012 México ocupaba en número 53 entre 144 países en el índice global de competitividad, y hoy México es el número 57, hemos perdido en 3 años 4 puestos.
En estos tres años de gobierno de Peña Nieto y a pesar que prometió en campaña no endeudar al país, este gobierno, su gobierno, nos ha endeudado con más de 2 billones 400 mil millones de pesos y a pesar de ello perdimos competitividad. ¿Qué nos indica esto? No que algo se está haciendo mal sino que muchas son las cosas que este gobierno está haciendo muy mal, y la razón es que no puede, que no sabe o que no quiere hacer las cosas bien. Me inclino a creer que es porque no sabe ni puede por dos factores primordiales; uno.- Porque quienes nos gobiernan son ineptos e improvisados y dos.- Porque son corruptos y saben que su única meta posible es la de enriquecerse a costa de México y los mexicanos y por ello día a día el presidente y sus secretarios –todos ellos ineptos y corruptos- se encubren en discursos triunfalistas totalmente falseados.
Una nación no puede ser competitiva teniendo a más de la mitad de sus habitantes en la pobreza y el 40% de estos en la pobreza extrema que no es ni más ni menos que la miseria y la antesala de la hambruna. Tampoco podemos competir con políticos y dirigentes ineptos y corruptos y mucho menos si la inmensa mayoría de los mexicanos que trabajan ganan menos de lo mínimo necesario para adquirir siquiera la canasta básica recomendable, mucho menos vestir y educar a sus hijos. Entonces, ¿Cuál sería una buena solución? La única viable y segura es una utopía; se trata de que México tuviera un gobierno compuesto de gente honesta y apta en las materias de la cosa pública, de ahí que la solución es utópica por dos razones, una.- Porque él hubiera no existe y dos.- Porque es imposible contar con dirigentes políticos honestos y aptos ya que en México esos tampoco existen, así que habrá que hacer una labor titánica para politizar a las nuevas generaciones de mexicanos, empezando desde nuestros hogares. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.