En las elecciones internas del PRI para gobernador se presentó la primera fractura
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 1311 febrero 28 2017
En las elecciones internas del PRI para gobernador se presentó la primera fractura. Más del 35% de los votantes sufragaron por otro candidato distinto al alfil de Rubén Moreira, Miguel Ángel Riquelme, mostrando claramente que infinidad de priístas están hasta la madre de los Moreira, pues he de suponer que ven en su candidato a alguien pinchurriento.
Antiguamente ser priísta era sinónimo de poder, no así de honradez, sin embargo hoy ser del PRI representa una vergüenza para el individuo y su familia. Me imagino que los hijos de ellos, no han de saber ni en donde meter la cara por la vergüenza, como le sucedió a Paulina la hija de Peña Nieto, la que solo tuvo la salida infausta de espetar. ¡Cállense pinche prole de pendejos!
Es lógico que dentro del PRI –aunque parezca difícil de creer- hay gente sensata y decente que ven que en los dos sexenios de los Moreira, Coahuila fue un coto de caza –de dinero ajeno- de la familia Moreira. Ello unificó preferencias de coahuilenses contra Humberto y Rubén Moreira. No es para menos, pues jamás en el estado que siempre había sido gobernado por el partido tricolor, se habían visto tamañas raterías. Los Moreira acabaron con el PRI y los priístas. Me referiré solo a los grupos políticos de la Laguna que esta familia de malhadados, a unos los abandonó a su suerte y a otros los han utilizado como su servidumbre, de ahí que hayan optado por darle la espalda al partido, debido a que Riquelme es solo parte de la servidumbre de los Moreira.
El Plan de Rubén Moreira, por cierto muy mal estructurado, es dejar a su incondicional en el gobierno, y nadie como Riquelme para taparles sus trapacerías e ineptitudes. La única fuerza real con la que cuenta la familia Moreira, es el apoyo irrestricto e incondicional de Peña Nieto, porque está sumamente agradecido con ellos, ya que sí bien no han sabido hacer un papel medianamente decoroso, sí le cooperaron con miles de millones de pesos robados del erario estatal, para apuntalar su candidatura –la de Peña Nieto en el 2012-. Peña Nieto, recibió cantidades suficientes para compra los votos necesarios y ganar, aunque no ganó ni utilizando, particularmente, los apoyos en sufragios comprados en Coahuila, Veracruz, Quintana Roo y Chihuahua.
Al único que no pudo amparar con la impunidad emanada desde Los Pinos fue a Javier Duarte, ya que este ratero se pasó de tonto y hubo tantas pruebas de sus fraudes al erario veracruzano en su contra, que le fue imposible meter las manos por él. Se dice que anda prófugo pero tengo la sospecha, que ya lo hayan privado de la vida con tal de que Peña Nieto, no se vea involucrado en sus desfalcos. Uno de ellos de gran tamaño, fue el de los 40 millones de dólares que aparecieron “milagrosamente” en la aduana del aeropuerto de Toluca, sin remitente ni consignatario. ¡Qué casualidad! 40 millones de dólares son más de 800 millones de pesos, los que fueron “confiscados” por la PGR, pero nadie ha dicho que se hizo con ese dineral sustraído del erario de Veracruz, destinado a Peña Nieto. Estos enormes fraudes de gobernadores priístas, entre los que brillan Humberto Moreira y Javier Duarte, y el desprestigio personal de Peña Nieto es lo que provocó en Coahuila la debandada hacia otro precandidato diferente a Riquelme.
En la política no hay casualidades sino causalidades, y esas fueron las que sin duda, hicieron que los priístas se inclinaran por otro candidato ajeno a Riquelme, Humberto y Rubén Moreira.
Cuando digo que los Moreira repudiaron a los grupos priístas tradicionales, como a los chicos del café, de Heriberto Ramos y al dirigido por Manlio Gómez Uranga. Pusieron a una rata como Eduardo Olmos en la alcaldía de Torreón, luego a otro deshonesto e inepto como Riquelme, hoy ponen de candidato Mery Ayup, otro incondicional que ha gozado de cierto poder –sin merecerlo- gracias a la pandilla de los Moreira. En otras ciudades, incluso en Saltillo, desplazaron a los del PRI tradicional porque solo confían en sus incondicionales. En Monclova los vomitan, en Piedras Negras también al igual que en Acuña, ellos solo creen en los miembros de su pandilla. De ahí que Riquelme haya sido despreciado por más del 35% de los priístas en las internas del PRI.
Mantengo mis dudas sobre los independientes, porque creo que solo dividirán el voto y se harán del sufragio de los del PRI inconformes. De acá en La Laguna solo como independiente cuenta Javier Guerrero, porque José Ángel Pérez logrará apenas unos votos que le servirán para satisfacer su ego, porque va por el PT, otro partido maiceado por Peña Nieto y los Moreira. Los partiditos que son más de siete, están financiados por los Moreira y esperan desviar su raquítico voto hacia sus patrones. También los dirigentes de los partiditos son utilizados como operadores del PRI, pero aun así, se espera que en junio 4, Riquelme pierda y que este estado, vuelva a la senda del desarrollo y progreso y sobre todo porque caerá en manos de gente más honesta y menos demagoga, ¿quién? Cualquiera que no sea del PRI, sin duda son más honestos y menos demagogos. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
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Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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