Diferencias de nazis y judíos.
Dossier ahpd 502 Julio 30 de 2014
Una manera de entender el problema de los judíos, no el de los palestinos, porque de estos últimos, sus problemas son los judíos y los problemas de los judíos son ellos mismos, los propios judíos y su judería ancestral. El judío no se manda solo, se mantiene en el círculo del poder hegemónico, ahí su problema. Hoy EEUU pone el dinero y las armas e Israel a los asesinos.
Si analizamos el comportamiento de los nazis en plena II Guerra Mundial y la de los judíos ahora en el genocidio que perpetran e Gaza, Palestina, no podríamos diferenciar la brutalidad de los unos con la bestialidad de los otros; ambos, nazis y judíos, mantenían las mismas premisas de predominio. Los nazis, independientemente de lo que acontecía en sus frentes de guerra, mantenía una política de exterminio contra gitanos, judíos, discapacitados y otros sectores de la población que el régimen nazi consideraba inútiles o indeseables. En cambio el judío; me refiero a los judíos de Israel y a todos aquellos que viven en la diáspora y que le otorgan algún tipo de ayuda al régimen racista de Israel, ya sea esta ayuda en materia de pecunia o especie, como es el caso de muchos judíos del mundo, los mexicanos entre ellos, que envían a sus hijos a hacer el servicio militar a Israel “para cumplir con su patria”, solo pretende acabar con el pueblo palestino.
En 66 años que lleva establecido el estado judíos (Israel), han querido pero no han podido domeñar por las buenas o por las malas al pueblo palestinos, porque los palestinos no agachan la cabeza como lo hicieron los judíos ante el régimen nazi, el judío, por su inteligencia acomodaticia, huye de los conflictos, sobre todo de los que las circunstancias apuestan a que va a perder, pero en este caso, cabe señalar que lo que acontece en Gaza no es una guerra, porque los palestinos no tienen un ejército, solo cuentan con una voluntad férrea de no dejarse arrebatar sus tierras, su cultural y sus propias vidas. Además el judío no tiene un conflicto propio con los palestinos; solo es el sicario a la orden de EEUU para mantener la posición del enclave denominado Israel, como una base militar de EEUU, al servicio de EEUU y para la hegemonía de EEUU. En pocas palabras, Washington pone las armas, el coste económico, la logística y el planteamiento, y los judíos ponen a los asesinos, para eso fueron entrenados y endurecidos por su propia dirigencia internacional.
El judío, intrínsecamente no tiene genes militares, son soldaditos de plomo entrenados anímicamente con doctrinas bíblicas con el fin de que no se sientan como un excremento humano a la hora de matar a un niño, a una mujer o a un anciano. Les enseñan que el niño palestino, si lo dejan crecer, se va a convertir en un terrorista antijudío; si a la mujer no la matan, va algún día a parir a un palestino que probablemente con el tiempo, pudiera ser combatiente en contra de los designios de la judería. Estos últimos puntos son lo que marcan la diferencia entre un judío y un nazi; el nazi, con un espíritu de pertenencia nacionalista, hace su cometido por más brutal que parezca, en cambio el judío tiene que ser lavado del cerebro para que su conciencia no medre sobre sus actos y así, por más bestias que parezcan, mayor será su auto/justificación ante su propia conciencia.
En pocas palabras, el nazi es un tipo inmoral y el judío es simple y llanamente un amoral, porque su conciencia no siente prurito alguno al cegar la vida de niños, mujeres o ancianos; sus siquiatras se encargaron con el lavado de cerebro colectivo que les hicieron, dispensarles esos pequeños dislates como el de matar niños y mujeres, así, cuando el “conflicto” termine y su servicio militar ya no lo requiera, retorna a su vida normal con una conciencia límpida y sin culpabilidades porque lo que hicieron en Gaza y en otros lados de Palestina o Líbano, fueron solo sus obligaciones para conservar el Status Quo que el ser judío les confiere. Además, el haber matado a un palestino, les permite a lo largo de sus vidas, sentir que sirvieron para otra cosa diferente y más constructiva, que la de amasar dinero y fortuna. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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