¿Quiénes son los verdaderos populistas en México?
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 1430 Mayo 27 del 2017
EL LEÓN Y EL POPULISMO. Así como es el León que no es como lo pintan, el Populismo es así. Por ejemplo Trump en EEUU es un populista al igual que Macrón en Francia, y en México el partido más populista es el PRI, y los priistas lo saben y lo niegan, no en sus discursos sino en sus prácticas. Culpan de populista a López Obrador y de corruptos a los de MORENA, cuando el PRI es la quintaescencia de la corrupción y el populismo. Veamos por qué:
¿Quiénes son los verdaderos populistas en México?... ¿Los del PRI que arengan con frases populistas, prometen todo y no cumplen nada, o López Obrador que promete y cumple? Cuando fue regente del D. F. se le empezó al tildar de populista por sus ofertas ciertamente populistas, pero que las cumplió al pie de la letra. En esto es donde se enmarca el verdadero populismo.
Según expertos, lingüistas, filósofos y analistas políticos, definen el término populismo como un fenómeno político en el que se clasifican muchas cosas muy diferentes entre sí. Se asegura que el término correcto sería delinearlo como la antipolítica; hay una tendencia en el mundo contra los partidos tradicionales, que se han vuelto eso, antipolítica, es la moda que explica a Trump en EEUU, a Macron en Francia y el Brexit en Gran Bretaña, aunque se refiera a espacios políticos muy diferentes. Populismo etimológicamente hablando es ir por y con, la misma corriente del pueblo, lo que el pueblo prefiere o quiere oír y que se le cumpla con hechos palpables.
Lo que difiere al populismo de la antipolítica es que quienes se inclinan dentro del ámbito político a hacer campaña ofreciendo al electorado lo que el electorado quiere oír y que se haga y cumpla, es lo que marca que es y que no es populismo. Por ejemplo en México las campañas del PRI son hartas de populismo, en las que se promete todo y no se cumple nada, haciendo del populismo la antipolítica. Eso es el PRI y los priistas, entes antipolíticos. En cambio López Obrador, hasta donde se le conoce y se la ha visto por sus acciones y obras, ciertamente es populista, porque siempre ha cumplido sus promesas de campaña. Se le ha comparado con Chavez el expresidente de Venezuela y hasta con Fidel Castro, e incluso se le ha señalado como “Un Peligro para México”, cuando los peligrosos son los del PRI, quienes jamás cumplen lo que prometen en sus campañas, y además ya entronizados en la presidencia o en las gubernaturas de los estados, lo único que han hecho y hacen es enriquecerse a sí mismos y a unos cuantos plutócratas y oligarcas.
Entonces ser populista no tiene nada de malo si el susodicho populista cumple con lo que prometió en su campaña, pero si alguien como los que habitan dentro de las filas del PRI, al que hemos tomado como ejemplo porque jamás cumplen con lo prometido en sus discursos y arengas populistas dentro de sus campañas para alcanzar un puesto de elección popular. Luego, el PRI es un partido antipolítica aunque no deja de aparentar ser populista. Peña Nieto es un botón de muestra con lo que podemos ilustrar el falso populismo y la verdadera antipolítica, porque nada, absolutamente nada de lo que prometió en campaña ni lo que dice en sus discursos ya como presidente, es cierto. Peña Nieto es el ejemplo del populismo frustrado y frustrante, no así López Obrador, al que el PRI, el PAN y los partiditos cómplices del sistema saqueador del erario, un día sí y otro también, lo tildan con todos los epítetos gravosos y de todos los males habidos y por haber.
Porfirio Díaz ciertamente no era populista ya que él consideraba a los mexicanos no estar listos –por su incultura- a manejar su propio destino, lo decía públicamente. El populismo apareció en la post revolución, y fue hasta el nacimiento del partido que ahora es el PRI, que el eje de la política fue el populismo en el que se les ofrecía a la gente de abajo las perlas de la Virgen, a sabiendas que nada se les cumpliría, en suma, convirtieron al populismo en lo que conocemos como la doctrina de darle a la gente atole con el dedo, como el PRI lo ha hecho por más de 80 años. ¡Ah!… Pero mientras a la gente se le daba atole con el dedo, los priistas se enriquecían con desmesura y además para llevar a cabo sus cometidos, hicieron usa de la Ley Fuga lo que hoy conocemos como la desaparición forzada de las personas que el régimen cree contrarias a sus intereses.
¿Cuántas muertes llevó causó el régimen de Felipe Calderón y cuantas ha sumado a su haber Peña Nieto? Cientos de miles de ejecuciones y desapariciones forzadas, ¿y todo para qué? Para que las pandillas gobernantes se perpetúen dentro del poder constituido en base a un populismo procaz que se configura dentro de la antipolítica. Lo bueno para la política nacional es que el PRI está en una etapa de deterioro tal que pudiese ser terminal. Este partido pudrió todas y cada una de las instituciones del país. Preguntémonos, ¿Quiénes votan por el PRI? El lumpen que vende su voto y la pus de la sociedad que vive a expensas del fraude sistematizado al erario y la compra y venta de canonjías en base al influyentismo. Por eso anteriormente dicho, el PRI tiende a desaparecer y eso lo estamos viendo en Coahuila, en Veracruz, el estado de México y Nayarit, y en el 2018 vamos a festejar al sacarlo de la presidencia. O, ¿usted qué opina al respecto, estimado lector?
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Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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