Peña Nieto cree que con propaganda falsaria es como se gobierna
Las comunicaciones la propaganda los medios informativos, todo este conjunto de medios, deja de ser importante y necesario cuando se usan para engañar a la gente como lo hace el gobierno de Peña Nieto. Muestras de ello hay suficientes para entenderlo así.
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 1181 Noviembre 1º del 2016
Peña Nieto cree que con propaganda falsaria es como se gobierna. Confía que los mexicanos somos idiotas e inventa escenas y escenarios para cambiar la percepción de los hechos. A la medalla Belisario Domínguez ya la devaluó más que al peso, y el año próximo la va a usar de trapeador. Las cosas malas son muchas y aunque las oculten cuentan, y cuentan mucho.
Peña Nieto se ha gastado más de 3 mil millones de pesos en los medios masivos para decir: “Lo bueno se dice poco pero cuenta mucho” y pone como ejemplo algo que acontece y que es positivo. Lo hace porque él y su gobierno todo lo que han hecho está mal y aunque lo hagan con las mejores intenciones –cosa que dudo- no les resultan y México y los mexicanos salimos de muchas formas perdiendo y perjudicados. Hace un año se hizo gran publicidad para otorgarle la medalla Belisario Domínguez a un deleznable sujeto que su única gracia es tener 15 mil millones de dólares, me refiero a Alberto Bailleres, CEO de PEÑOLES, una empresa que ha infestado a Torreón de plomo, cadmio, arsénico, ácido sulfúrico, Radón y decenas de sustancias tóxicas, cancerígenas la mayoría de ellas y otras como el plomo y algunos otros minerales pesados que producen saturnismo, lentitud mental irreversible y daños renales en niños y adultos.
A este tipo le otorgaron la medalla Belisario Domínguez solo porque es uno de los que impulsó a Peña Nieto a la presidencia, contraviniendo burdamente el fin de dichos otorgamientos anuales a personas que hayan hecho algo benéfico por la humanidad y por México, cosa que Alberto Bailleres no ha hecho ni hará porque su talante de ente ventajoso no se lo permite. Este año, en octubre, en medio de una propaganda comprada y excesiva, el gobierno de Peña Nieto volvió a ensuciar la presea Belisario Domínguez, otorgándosela inmerecidamente a un ingeniero del que no vale la pena ni mencionar su nombre. Un ingeniero que murió en medio de un incendio dentro de una gasolinera en la que él laboraba. Se le trató de héroe porque intentó desactivar las bombas para evitar mayor daño en la conflagración, cuestión obligatoria porque era el gerente.
¿En dónde estuvo el engaño mediático? En que le otorgan la medalla a este ingeniero exaltando la responsabilidad de los estudiantes que estaban siendo controlados dentro una manifestación en repudio al gobierno. Se dice que uno de los manifestantes fue quien incendió la gasolinera, pero hay evidencias que fueron policías federales o del estado, vestidos de civiles quienes lo hicieron para culpar de mayores daños a los jóvenes estudiantes que se manifestaban. Incluso a uno de estos jóvenes se le detuvo y se le obligó a disparar un arma automática para tener el rifle con las huellas de él y los casquillos fueron a tirarlos –a sembrarlos- en el lugar cercano a la gasolinera.
Este dicho está debidamente documentado por organismos de Derechos Humanos, sin embargo, Peña Nieto abusando de la propaganda engañosa, decidió otorgar la medalla Belisario Domínguez a alguien inmerecidamente, con tal de tener elementos culposos contra gente inocente. Y más aún, trata de engañar a los mexicanos, tildando de héroe nacional a dicho ingeniero.
En El Gran Premio Automovilístico llevado a cabo en el circuito de los Hermanos Rodríguez, volvió a las andadas diciendo que cosas buenas como esta deben decirse y no los “prietitos” refiriéndose a los actos criticables mencionados en las redes sociales y el internet. Si en verdad quiere decir cosas buenas, que diga la verdad sobre los fraudes de Humberto Moreira, de Javier Duarte y de los ex gobernadores de Quintana Roo y Chihuahua, a quienes hace años calificó de representantes del NUEVO PRI. Reconocer que adquirió la Casa Blanca y su casa en el campo de Golf en Ixtapan de la Sal en el estado de México, fraudulentamente, sería un ejercicio de transparencia y de honor a la verdad, pero no, Peña Nieto sigue apostándole a que los mexicanos somos pendejos y nos tragamos todos sus cuentos y mentiras, y eso es lo que no le ha permitido gobernar siquiera medianamente. Su gobierno, en honor a una verdad palmaria, es el peor –hasta ahora- en los últimos 78 años, y él, el propio Peña Nieto ha sido en ese lapso el más mentiroso e incumplido, aunque sus promesas de campaña las haya hecho ante notario público. En suma y a pesar de sus enormes gastos en engañosas campañas propagandísticas a su favor, su gobierno y el propio Peña Nieto han sido frustrantes para las mayorías. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
No hay comentarios:
Publicar un comentario