lunes, 3 de abril de 2017

La actitud de Peña Nieto y de sus allegados, demagógica y cínica

La actitud de Peña Nieto y de sus allegados, demagógica y cínica

AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 1354   Marzo 31 del 2017
¿Por qué Peña Nieto de la mano de las fuerzas castrenses en el campo militar No. 1 en el estado de México tuvo que montar un aparato enorme, multitudinario y mediático, ante 32 mil militares y sus familias? Cuando el meollo de lo que dijo en su discurso fueron dos grandes mentiras. ¿Ahora lo que intenta es engañar a la tropa coludido con los mandos?

La actitud de Peña Nieto y de sus allegados, demagógica y cínica, muestra su desesperación exasperante y un deseo vehemente de implantar “legalmente” una dictadura militarizada en México, porque ya nadie cree en él. 9 de cada diez mexicanos lo reprueba, y por ello ha optado por tomar el rumbo de la militarización para garantizar la permanencia del PRI en el poder.
Peña Nieto en el Campo Marte habló ante 32 mil personas, todos ellos soldados, marinos y miembros de la fuerza aérea y sus familias, en las primeras filas estaban los altos mandos, todos ellos con salarios bien remunerados, porque lo merecen; les dijo que: quienes reprueban las acciones del ejército, reprueban a México, quien los ofenden, ofende a México, quienes con sus infundios –por ignorancia o dolo- denigran al ejército, denigran a México, ¿por qué no dijo quiénes son esos calumniadores, porque se estaba refiriendo clara y aviesamente a López Obrador, el que jamás dijo eso de lo que se le acusa masiva y mediáticamente? Esto es una mentira y un engaño a los miembros de la fuerzas armadas, porque lo que hizo Peña Nieto fue azuzar a los soldados y marinos en contra de un contrincante político del PRI, mintiéndoles.
También les mintió y engañó al decir que en México –a pesar de encontrarse en un entorno difícil- todo va bien y que los números lo dicen, y quienes piensan o aseguran que vivimos en crisis, lo que tienen es crisis adentro de sus cerebros. Le mintió a la tropa y a sus familias, es una burla al uniforme militar, el que Peña Nieto dijo que era el uniforme de la patria. Engañar a los soldados es grave e imperdonable. Hay muchas pruebas de que las cosas en el país –y más en el PRI- no marchan bien, porque si así fuera, no se habría prestado el gobierno federal a que Javier Duarte el de Veracruz huyera de la justicia, lo mismo que César Duarte el ex gobernador de Chihuahua, el que también se encuentra prófugo de la justicia gracias al gobierno federal. Así como ese par de pillos se han fugado de la ley que los reclama, Peña Nieto en su discurso falsario de suyo, de principio a fin, también es prófugo de la realidad, porque su discurso y mensaje a los militares, es contrario y diametralmente opuesto a la verdad y a la realidad.
Peña Nieto dijo que él no llevó la carrera de la milicia, y ser presidente lo hizo comandante supremo de las fuerzas armadas. Agregó: soy un soldado como ustedes, pero su investidura no lo convierte en militar. Es un civil con mando militar, por lo debe abstenerse de mentirle al pueblo pero más específicamente a los soldados. El militar de cualquier rango es respetable y debe ser respetado, pero el ciudadano –cualquier ciudadano- tiene el derecho de señalar los errores –por ignorancia o dolo que algún militar e incluso el propio presidente- cometan. La libertad de expresión es más importante –constitucionalmente- que un simple discurso falsario, aunque este haya sido pronunciado por el comandante supremo de las fuerzas armadas, porque respetar y aceptar las críticas es obligatorio para cualquier funcionario público, sea este civil o militar.
Peña Nieto está desesperado y le urge que el Congreso resuelva favorable para él pero en detrimento de la ciudadanía y la democracia, “Su Ley de Seguridad Interior”, un bodrio que su gobierno necesita para legalizar la militarización, inventando que esa ley es necesaria para la seguridad de los mexicanos, pero la realidad es para garantizarle al PRI su permanencia en el poder y seguir jodiendo a México y a los mexicanos. Es tanto su descaro y desvergüenza es, que en vez de resolver los problemas –los que ya son demasiados- de la nación, ocupa todo su tiempo y esfuerzo en denostar a López Obrador, tanto él como sus más allegados, a tal grado de cinismo, que Osorio Chong declaró sin pudor alguno, que: “Hay que dar pleno respaldo a nuestras fuerzas armadas y, que debemos dejar para después los cálculos políticos”. ¡Qué poca madre!
Con un gobierno como el de Peña Nieto, los mexicanos y México como nación soberana, ¿para qué queremos más enemigos? Con los que tenemos dentro del gobierno federal tenemos de más y de sobra. Sin embargo y a pesar de ello, mientras –por un lado- Peña Nieto y sus corifeos que utiliza para engañar a los mexicanos, lloriqueos, pidiendo por el amor de Dios que el Congreso soliviante la ley y los preceptos más sagrados de nuestra Constitución para lograr su tramposo cometido, legalizando lo ilegal y anticonstitucional como lo es La Ley de Seguridad Interior, –por otro- se dedica con gran empeño en defender a los gobernadores rateros, como Javier Duarte, Borge Angulo, César Duarte y Humberto Moreira. A los Duarte apoyándolos en su fuga, a Borge Angulo ocultándolo y a Humberto Moreira defendiéndolo de la justicia norteamericana, porque la Ley de México lo tiene resguardado en una vil impunidad. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?   
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Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
Ah.pd@hotmail.com

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