No hay duda que el PRI hasta el 1º de diciembre de 1982 fue la gran cosa
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 1382 Abril 23 del 2017
Creo que el PRI a pesar de sus errores y desvíos era un partido medianamente respetable pero muy apto para gobernar, Tenia el control absoluto de las instituciones a su cargo, de la cúpula de la iniciativa privada, de los sindicatos, empezando por el de los maestros, el petrolero, el de electricistas, mineros, ferrocarrileros, del campo y los campesinos entre otros, hasta que llegaron los macabeos (Martillos) con Carlos Salinas a la cabeza y lo demolieron.
No hay duda que el PRI hasta el 1º de diciembre de 1982 fue la gran cosa, pero a partir de ahí el partido fue convertido en una cueva de ineptos y ladrones, que demolieron al PRI y a México, deshilachando el tejido social, el que presto está a levantarse contra el desorden establecido en base a un sistema político procaz y nefario en el que el más molacho y chimuelo masca rieles.
La historia, las estadísticas y los datos duros que poseemos sobre el desarrollo de México como un país entrando a la modernidad, no mienten. En sus legajos podemos leer datos, historias, hechos, encuentros y desencuentros entre la clase gobernante y los gobernados, los que en teoría son los mandantes y quienes gobiernan apenas son los mandatarios, empleados con paga por los primeros. Remontándonos al gobierno de Lázaro Cárdenas y hasta el de López Portillo pasando por los de Ávila Camacho, Miguel Alemán, Ruiz Cortines, López Mateos, Díaz Ordaz y Echeverría, podremos observar el basto crecimiento político y socioeconómico de México, y el rescate de buena parte de la ciudadanía, de las fauces de la miseria y el analfabetismo. ¡Ah!... Pero llegaron el par de malditos vende patrias, Miguel de la Madrid y Carlos Salinas y comenzaron a demoler los cimientos construidos por los gobiernos anteriores.
Ambos malhadados sujetos despreciables, llegaron de la mano del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial –el Consenso de Bretton Woods-, para imponer como meta primigenia, que el PRI fuese demolido, así como todas y cada una de las instituciones a cargo del gobierno y, en el lapso secundario, llevar a cabo la privatización de las más de 1500 empresas paraestatales que servían de puntal al crecimiento logrado por casi 50 años, del Producto Interno Bruto, el PIB, de más del 6.2% en promedio anual. Lo primero como meta entonces fue la demolición del PRI como partido dominante, para darle entrada a la pulverización del poder, compartiéndolo con varios partidos, los que al cabo de 34 años, ya con Peña Nieto como presidente, todos, solo salvo el más nuevo de ellos, MORENA, se ha librado de este perverso contubernio, el que está llegando al punto de que todos los gobernantes, sin excepción, brillan por rateros e ineptos.
Javier Duarte, Peña Nieto, los Moreira, Beto Borge Angulo, Padrés Elías, César Duarte y Yarrington, son apenas las muestras de la descomposición política, porque son muchos, demasiados los que están en la lista de los corruptos e ineptos que nos gobiernan, estos, son los que han causado que nuestra economía se encuentre deteriorada y día a día decreciendo, porque crecer al 1.7% o 1.9% el Producto Interno Bruto, no es estancamiento sino retroceso. México para no achicarse como ha venido sucediendo, debería haber crecido entre el 5 y 6% mínimo anual. Las principales causas de esta demolición sufrida por nuestra economía son, la ineptitud, la corrupción, la mala fe y el nulo amor a la patria de quienes nos han gobernado estos últimos 34 años.
Hoy, cínica, falaz y desvergonzadamente, Peña Nieto y Ochoa Reza, presidente del PRI, se cuelgan de Javier Duarte y Tomás Yarrington, sometidos en la cárcel, para decir que ello es muestra de la “entereza de nuestra política y de las instituciones del Estado”, para justificarse, cuando ambos, y centenas de otros más, son iguales o peores que Yarrington y Duarte. Primero, reitero, demolieron al PRI, corrompieron todas y cada una de nuestras instituciones y echaron al traste todas las posibilidades de progreso y desarrollo sanos del país, y de paso empobrecieron a millones de los mexicanos, quienes mansamente nos hemos dejado mal gobernar. 34 años les bastaron para hundir en la mierda nuestro país, pauperizando a más de 58 millones de conciudadanos, tomando en cuenta que en el 1º de diciembre de 1982 cuando llegaron estos malditos, solo había 18 millones de pobres en México, hoy hay 76 millones de pobres, cuasi miserables.
El PRI, no podemos negarlo, fue un baluarte de México y de los mexicanos, los hombres que nos gobernaron hasta el 1º de diciembre de 1982, podrían tener muchos defectos pero amaban a México y sí sabían gobernar, no como los últimos seis presidentes, del que entre de ellos, el mejor sirvió para maldita la cosa, y el peor se llama Enrique Peña Nieto, del que su negra historia aún no ha sido totalmente contada, porque en los 19 meses que le quedan seguirá hundiéndonos en la ignominia, pobreza y sin fin de desgracias, desde la presidencia a su cargo. Lo peor está por llegarnos, de Peña Nieto solo eso se espera. Apartémonos de los faroles que alumbran a Duarte y a Yarrington como los malos, los peores andan libres. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
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Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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