jueves, 24 de abril de 2014

Todo lagunero en edad de razonar tiene que conformarse en grupos de autodefensa

Los zares, las zarinas y los reyes


Abril 3 del 2014
Antes de escindirnos de Durango y Coahuila, los laguneros, todos en edad de razonar, tenemos que conformarnos en un conglomerado de autodefensas ante estos gobiernos omisos y opacos.
Mientras en la prensa las noticias rezan que Alberto Bailleres y su hijo Alejandro, los Ceo´s de PEÑOLES son los zares de la plata en México; que Germán Larrea Mota Velazco el del Grupo Minero México es el zar del cobre; que el zar del carbón es Alonso Ancira, copropietario de Altos Hornos de Monclova y principal explotador del carbón mineral en Coahuila y  que las mineras canadienses son las zarinas del oro en nuestro país, los laguneros somos los reyes del cadmio, del plomo y del arsénico. La diferencia es obvia: ellos, unos cuantos, disfrutan en todos sentidos los elevados beneficios pecuniarios de esos recursos que en el papel son “propiedad de la nación”, o sea de los mexicanos, en tanto que los habitantes de La Laguna sufrimos estragos por la presencia de esos minerales pesados en nuestro medio ambiente y por ende en nuestra sangre y pulmones. ¿Querrán también a la larga convertirnos en minas?
Este desorden de cosas que padecemos los laguneros son las causas de los beneficios de ellos, o en su defecto, los beneficios de estos zares y zarinas son las causas de nuestras cuitas en la salud y economía; para ellos y sus cómplices en el gobierno de México, todo es ganancia, para nosotros sus víctimas, en cambio, todo está en detrimento de nuestra salud, desarrollo socioeconómico y futuro de nuestras familias. ¿Por qué se dan estas situaciones? Porque nuestros gobiernos han sido omisos en sus obligaciones con el pueblo, con las mayorías, y han sido consentidores de unos cuantos voraces empresarios, a cambio de algo, y ese algo es el escurrimiento de dinero y beneficios hacia los bolsillos de nuestras pésimas autoridades, todas.
¿Quiénes se benefician de los recursos nacionales y, por ello, quiénes somos las víctimas? Unos cuantos son privilegiados de este sistema de mal gobierno y somos 118 millones de mexicanos las víctimas de su procaz voracidad. Estamos en manos de la inmensa corrupción que tiene envuelta en un velo de componendas pecuniarias e impunidad a esos empresarios, a la clase política mexicana, y a la inmensa cantidad de funcionarios públicos que se ceban con nuestros bienes y en nuestra salud. ¿Hay algún remedio para solucionar este estado de cosas catastróficas que nos ahogan y hunden en un mundo de pobreza, miseria y pandemias varias, como el alzheimer, males renales y respiratorios, saturnismo, cánceres de hígado, pulmón, próstata, mama y piel?...  ¿Y nuestras autoridades en materia de salud qué hacen ante estas pandemias?
El agua beneficia a unos cuantos que no les interesa, al igual que al gobierno, la salud del pueblo; los cerros están desgajándose a golpe de dinamita y en la extracción de piedra para fabricar cemento, cal, yeso, grava y marmolina entre otros insumos industrializados. Todo esto afecta a nuestra salud y nadie hace nada, de ahí que surjan grupos ciudadanos que defienden la salud del medio ambiente y la propia y de sus familias en consecuencia; son grupos que aún no están bien conformados, a los que pudiésemos llamar de autodefensa, y solo porque estos empresarios y las autoridades voraces, todos, son beneficiarios del caos y tratan al pueblo con desprecio supino.
Para remediar estos males provocados por la gente procaz antes mencionada, la única defensa que nos queda es la autodefensa, por ello sería recomendable que todos y cada uno de los laguneros en edad de razonar, nos aboquemos a defendernos del medio ambiente y de quienes nos dañan, utilizando los recursos que tengamos a la mano, uno de ellos, formidable por cierto, es denunciar no ante la autoridad, porque esta es omisa en sus obligaciones y cínica, sino denunciar públicamente todo aquello y a todos aquellos que nos dañan. De no hacerlo, van a terminar con nosotros y terminarán, como seguramente se han propuesto, por expulsarnos de La Laguna tal y como lo hicieron esos malandrines en Mapimí, en el pueblo de PEÑOLES y en tantos otros lugares, al terminárseles los recursos que expolian y explotan. La comarca será un páramo  que solo servirá para beneficiar a esos mismos, ¡ah! pero utilizando la mano de obra de los que queden con vida, de un pueblo cada día más empobrecido, miserable y enfermo. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.

Zuloaga 22 c. p. 27140 Torreón, Coahuila. Tel. Cel. 871 211 95 91 -  E-mailah.pd@hotmail.com

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