La clase política con las reformas intenta legalizar sus actos anticonstitucionales que ya perpetra

Los ricos y terratenientes no pagan impuestos

Marzo 16 del 2014

La inmensa corrupción en nuestros gobiernos en los tres niveles, la colusión del PRI con el PAN y la de ambos partidos con la clase alta empresarial son las principales causas que nos afectan.

Los problemas económicos que México y la inmensa mayoría de los mexicanos han tenido que sortear en los últimos 30 años, se deben a varias causas; la principal es la corrupción del gobierno, la inoperancia de la clase política, la baja calidad moral e incapacidad de los funcionarios públicos, los que son contratados sólo por ser amigos, cómplices o parientes de los políticos de todo nivel. Este fenómeno ha hecho que México sea el más bajo recaudador de impuestos patrimoniales, porque ricos y terratenientes no pagan, o pagan lo que se les pega la gana ya que con componendas arreglan ante “La Autoridad” la condonación, elusión y evasión fiscales.

La recaudación fiscal de ese segmento, el de los ricos y terratenientes, en México alcanza el 0.3% del Producto Interno Bruto Nacional, mientras en promedio en América Latina es del 0.83%, 2.77 veces superior al recaudado en nuestro país. En contraparte, a los asalariados y a los que menos tienen se les carga la mano porque en México sus impuestos representan el 90.8% del impuesto recaudado en este concepto, mientras en el promedio de América Latina es el del 30 al 80%  -en promedio es del 55%. Este es el segundo problema que afecta a México, económicamente hablando. Otro factor negativo es la violencia e inseguridad derivada de las malas artes del gobierno que optó por militarizar el país, no para dar seguridad a la población, sino para blindar a los ricos, a los políticos y garantizar los intereses de las trasnacionales, los que dicho sea de paso, son enormes. Las reformas laboral, fiscal, educativa y energética benefician a la oligarquía.

Es un problema que afecta la economía del país en su conjunto; la política de reformas, que implementó el gobierno de Peña Nieto, afecta principalmente a los más pobres, a los trabajadores y a las familias de las clases medias y bajas. Peña Nieto quiere arreglar todo a base del esfuerzo y la capacidad de la población, un ejemplo de ello es que intenta establecer un seguro de desempleo con el dinero del fondo de los ahorros para el retiro de los trabajadores, mismos fondos que están siendo esquilmados por los tenedores de las AFORES, los que ganan enormidades con el dinero de esos fondos de ahorros, ya que los invierten en negocios de ellos mismos y de sus cómplices o socios, dejándoles migajas a los dueños del dinero por medio de intereses arreglados artificialmente y a propósito, para mantener al pueblo en niveles de miseria y así poder mantener el control de la gente, incluso en los comicios, porque con ese mismo dinero del trabajador, le compran su voto a los más pobres, para ellos mantenerse en el poder indefinidamente.

Este gobierno y los dos anteriores mantienen engañado al pueblo respecto a las condiciones del país en materia económica, lo hacen en contubernio con los medios de comunicación y los grandes empresarios, quienes son los beneficiarios de este sistema procaz de fiscalización. ¿Por qué los pobres tienen que subsidiar con su esfuerzo y trabajo a los más ricos?

El gobierno federal, la Secretaría de Hacienda, el Banco de México y la Bolsa Mexicana de Valores, hablan de un desarrollo exitoso mientras las clases pobres y medias se hunden sin pausa y  paulatinamente y los ricos son día a día más ricos. A pesar que esta es la causa, Peña Nieto y sus secretarios hablan de un panorama promisorio, contrario a la realidad de las mayorías. Si todo esto fuese poco, todavía, cada vez que hay otra crisis se la achacan a la desaceleración económica de Estados Unidos, cuando el problema nodal radica en las malas artes de nuestros gobiernos. Este problema va más allá en el tiempo futuro, porque el PAN y el PRI se han adueñado del país, coludidos entre sí y con la clase empresarial, casi toda ella ligada a las empresas multinacionales, las que en su  mayoría, son estadunidenses. ¿Qué tenemos que hacer al respecto? Lo ignoro, pero podremos hacer algo: Empecemos desconfiando y rechazando todo lo que haga y diga el gobierno, no tenemos otra salida. Otra opción que nos queda, obligatoria de suyo, es denunciar públicamente todas las corruptelas de esta caterva de políticos y funcionarios públicos. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?

Atenta y respetuosamente

Augusto Hugo Peña D.

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