El Senado endurece penas por secuestro
Abril 22 del 2014
Al Senado de la República, como a Miguel Ángel Riquelme, le disgustan las críticas, ¿por algo será? *Dos tareas fáciles para el alcalde Riquelme para ver qué tan apto es en eso de oír con atención a la ciudadanía.
El Senado de la República hace como que hace y, al parecer, tiene mucho trabajo inútil como el de legislar para que por secuestro se puedan alcanzar penas de hasta 140 años. Actualmente ese delito se castiga con 40 y hasta 70 años según agravantes. Este es uno de los múltiples “trabajos” de los senadores que no sirven para nada y para nadie. Por otro lado, los mismos inútiles senadores están trabajando en una ley leonina para acotar las críticas ciudadanas vía el internet. O sea que por un lado el senado y los senadores no hacen su trabajo y por el otro no quieren que se les critique, ni al gobierno por su corrupción e inoperancia, ni por la impunidad con que se mueven o la ineptitud galopante de tantísimos funcionarios públicos y políticos que dicen gobernarnos.
Tenemos dos senadores por La Laguna de Coahuila, uno es Braulio Fernández y el otro es Fernando Salazar. Hay que invitarlos a que presenten iniciativas de ley en el Senado para que castiguen aunque sea con un mes de cárcel a rateros como Olmos y sus cómplices, en lugar de hacerle al cuento con meterle 140 años de cárcel a los secuestradores. También sería bueno que haya castigos aunque sean mínimos para los mentirosos como Rubén Moreira y Miguel Ángel Riquelme que aseguran que todo va de maravilla, salvo cuando se les critica. A quienes le cuestionan o critican, Riquelme los tilda de “huevones”, mostrándonos con ello que de político no tiene ni una pizca, y que de diplomático moriría de hambre. Él, lo sabemos, es una imposición de Moreira para tapar las trapacerías de Olmos y tal vez de su hermano Humberto en obras de La Laguna. Yo no sé si es un “huevón”, lo que me consta es que es irrespetuoso con la comunidad y que no hace su trabajo, y muestra de ello la expongo en los siguientes renglones.
Ya se le ha invitado a reparar mediante un trabajo sencillo en la que se llama “Plaza Mayor” -que no es más que una plaza más, desangelada y poco amable, por cierto-, el estorbo de un bordo en la unión de la banqueta de la plazuela Juárez con el cemento de la mencionada plaza mayor. Es un simple desnivel de 4 a 6 centímetros ubicado a 40 metros de la avenida Morelos por la banqueta de la Av. Corona dentro de La Plaza. He visto tropezarse allí a ancianos, niños y jóvenes, y lo he denunciado a los medios, luego de hacerlo directamente a la presidencia desde que INAUGURARON la plaza, y nadie, pero nadie, hace caso. Supongo que el presidente Riquelme cree que por ser alcalde ya es alguien que debe sentirse que está bordado a mano o algo por el estilo. ¡No!, que se baje del macho, él es sólo el presidente municipal, un servidor de nosotros la ciudadanía, que no lo olvide.
Soy un crítico de quienes se dicen políticos sin serlo y, por ello, según Riquelme, soy un “huevón”, por algo lo dirá, pero para evitar que siga insultando sin ton ni son a quienes lo critican con justa razón, le dejo la tarea de arreglar la banqueta de la plazuela Juárez donde se une con el cemento de su plaza mayor por el lado de la avenida Ramón Corona, y otra tarea más para ver qué tan trabajador es: Se trata de reponer el monumento a Gibrán Jalil Gibrán en La Alameda Zaragoza a un lado de la biblioteca, donde topa la Matamoros viniendo de Oriente a Poniente.
Fui uno de los donadores de dicho monumento levantado a petición del alcalde Homero del Bosque, el cual inauguró Braulio Fernández Aguirre, Jr.; avisé antes que se lo robaran por completo a Norma González –entonces directora municipal de Cultura-, le sugerí, mientras los rateros coludidos con los policías se desafilaban las uñas, que lo quitásemos para guardarlo en una bodega. No me hizo caso, le pasó la pelota al secretario Miguel Mery Ayub, este señor hizo caso omiso y le pasó el asunto al arquitecto Sama, el que tampoco nos atendió por estar ocupado en “El Gran Proyecto de la Avenida Morelos”. ¡Qué cinismo!... Aún así, le ofrezco al alcalde que algunos de los donadores iniciales y un servidor, nos haremos cargo del 50% del costo de la reposición. De hecho, ya estoy trabajando con un escultor connotado, y si no responde a este ofrecimiento, llevaremos el monumento a Gómez Palacio, Lerdo o cualquier ciudad que lo albergue de buena gana. ¿Usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
Zuloaga 22 c. p. 27140 Torreón, Coahuila. Tel. Cel. 871 211 95 91 – E-mailah.pd@hotmail.com, twitter @ahp40
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