martes, 28 de marzo de 2017

La inmensa campaña mediática llevada a cabo por el gobierno en defensa del ejército

 La inmensa campaña mediática llevada a cabo por el gobierno en defensa del ejército

AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO       Dossier ahpd 1341   Marzo 23 del 2017
La inmensa campaña mediática llevada a cabo por el gobierno en defensa del ejército porque se les ha señalado como violadores de los derechos humanos, es entendible solo en naciones bananeras como México, en donde desde el Estado se llevan a cabo los crímenes más atroces. El ejército es solo una parte de quienes violan los derechos humanos. Pero. ¿Quién es el comandante supremo del ejército sino Peña Nieto?... ¡Hablemos claro y entendámonos!
En política cuando lo dicho por el gobierno –aunque lo diga hasta la saciedad- no coincide con los hechos, ni tampoco los resultados de sus acciones –aunque lo presuman hasta el cansancio- sean iguales a lo que dicen y prometieron los políticos y funcionarios públicos, estamos ante un régimen demagógico, como el de Peña Nieto que quiere que entendamos con gritos y amenazas
Ese promocional en donde sale un general gritando: “Nosotros no somos violadores de derechos humanos. Se nos ha difamado”. Por supuesto que este general, al igual que Osorio Chong y el propio Peña Nieto mienten. Más de una vez se ha documentado la participación del ejército en prácticas muy ajenas a sus obligaciones, en las que los militares son testigos y algunas veces participantes de violaciones que rayan en crímenes de Estado y de lesa humanidad. ¿No estuvo acaso una partida de soldados en el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa en Iguala, Guerrero? ¡Claro que ahí estuvieron e incluso amenazaron a los estudiantes por ser “Tan Machitos”!, Por qué negarlo. Ser testigos de ese atroz crimen sin siquiera hacer nada por evitarlo, ¿no es acaso una violación contundente de los derechos humanos?
¿Para qué tenemos un ejército? En nuestra Carta Magna se tienen bien delineadas las tareas del ejército, y en Iguala, Guerrero no estaban haciendo nada por defender a quienes eran víctimas de la policía, por el contrario, coadyuvaron con los munícipes para acorralarlos, ubicarlos y a la postre llevárselos a ALGÚN LUGAR en donde fueron asesinados, incinerados y tirados sus restos para borrar evidencias. Entonces preguntémonos, ¿para qué tenemos un ejército? El hecho que lleven más de 10 años, miembros del ejército y la marina haciendo un trabajo que no les pertenece y que flagrantemente viola los preceptos constitucionales, es prueba fehaciente de que algo están violando saliéndose del cauce legal que les corresponde. El hecho que el general Cienfuegos urja a los legisladores para que se les cubra “legalmente” para permanecer en las calles haciendo el papel de policías, es falta suficiente como para que ahora no griten a los cuatro vientos que se les está difamando. La razón de tanta estridencia mediática es otra.
Se trata de lavarle la cara y las manos sucias al gobierno, culpando a López Obrador de haber dicho que el ejército tuvo que ver –como en realidad lo tuvo- participación en el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos por el Estado mexicano. ¿Pueden los gritos de Peña Nieto, de algunos generales y de Osorio Chong, acallar la verdad y negar, que el ejército estuvo ahí en Iguala en esas largas horas donde se atormentaron a 43 normalistas y se asesinaron previamente a 6 personas? Entonces, ¿para qué tanto grito y estridencias mediáticas? He aquí la clave y el meollo del asunto. De lo que trata este vocinglero estridente, es de parar a López Obrador quien por sus preferencias ha desbancado al PRI y al PAN en las preferencias electorales.
No hay otras causas, ese es el motivo. La cosa es tumbar del pedestal a López Obrador, porque él es inminentemente, un peligro para el sistema político que sostienen el PRI y el PAN, pero hay que decirlo, el Peje es muy duro de pelar y se requieren más de dos generales estridentes para echarle abajo su popularidad, por eso he considerado que el siguiente paso es un atentado contra su integridad física. Bueno esa consideración no solo es mía sino de muchas voces calificadas. Porque en abono a lo dicho por el Peje que el ejército tiene ciertas responsabilidades en violaciones a los derechos humanos, el presidente de los derechos humanos en México se dice satisfecho que el ejército acepte sus recomendaciones y que prometa enmendar su comportamiento. Esta es una prueba que el ejército sí tiene responsabilidades graves y no solo en Iguala, sino en Tlatlaya y otros lugares y escenarios diversos en los que ha sido señalado de violador.
Por su lado, La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), afirmó este miércoles que el mecanismo de seguimiento del caso Ayotzinapa sigue vigente, ya que el gobierno se empantanó en su Verdad Histórica, la que es inaceptable. Lo importante es aclarar el caso y lo primero que hay que hacer es que Peña Nieto reconozca que su Verdad Histórica –por falsa- no funciona ni funcionará, así que mejor hay que dejar de oír y hacer caso de los gritos de los generales, de Peña Nieto, de Osorio Chong y de no pocos cómplices que se prestan a la campaña de descalificación de López Obrador, porque él es una de las principales opciones que tenemos a la mano para deshacernos de este gobierno que ha sembrado de miseria el país y de paso, de cadáveres, víctimas de quienes violaron sus derechos humanos. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Si deseas leer mis anteriores escritos, puedes hacerlo ingresando a Google en: elnuevoblogdeaugustopena.blogspot.com
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
Ah.pd@hotmail.com

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