LAS ADICCIONES en México son causa de nuestra debacle. Una más que otras
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 989 mayo 12 de 2016
Las adicciones que más afectan a México como país y a los mexicanos son: La adicción al poder sin límite y a los bienes ajenos, al alcohol, a otros estupefacientes, al cigarro, a la abulia, a la desvergüenza y al cinismo, en ese orden. La clase política amafiada con cierta clase empresarial, han hecho de las adicciones, al poder sin límite y a los bienes ajenos, las peores de todas.
En México hay muchos adictos a la mariguana, a la cocaína, a otro tipo de estupefacientes, pero hay más adictos al alcohol y al cigarro. Todas estas adicciones son dañinas al ser humano y al conjunto de la sociedad, pero hay dos adicciones que son las que han postrado a nuestro país ante la miseria, la ignominia y al valemadrismo. La adicción al poder y al dinero ajeno. La denominada clase política mexicana es adicta al poder y al dinero ajeno, más aún que los raterillos y los grandes ladrones que viven del hurto. Estas dos adicciones nos enseñan que los políticos, de política no saben nada y sin embargo se pegan como lapas al poder cual belitres, para hacerse de lo ajeno.
Muestras de que lo dicho aquí es cierto hay muchas. Peña Nieto, Humberto y Rubén Moreira, Eduardo Olmos y Miguel Ángel Riquelme, los hermanos Salinas de Gortari, Rogelio Montemayor y muchos miles más que carecen de prosapia, y demuestran toda vez, ser adictos a los bienes ajenos y que de política propiamente dicho son omisos, ignorantes, y en el mejor de los casos, remisos en sus obligaciones con, y de la cosa pública. Hacen como que trabajan y como que son políticos, pero de eso nada hacen ni tienen. Son como los padrotes que viven de abusar de los más débiles, sin embargo y a pesar de ello, invierten una parte de lo que se han robado –padroteado diría yo- en acicalarse, en promocionarse y en parecer lo que no son, gente decente.
La política es una ciencia y un arte que tienen por objeto mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos en todos los aspectos básicos como la salud, el bienestar social colectivo, la procuración de la justicia, la educación, vivienda digna, alimentación adecuada, etc., etc., y sin embargo, desde hace 33 años 5 meses y 12 días (De dic.1º de 1982 al 12 de mayo del 2016), los índices han ido a la baja. Menciono solo 6 rubros, los más importantes, pero en otros muchos más, los índices indican que también van a la baja en el lapso antes mencionado, donde el responsable ha sido el gobierno, debido a la ineptitud de los gobernantes y los funcionarios públicos encargados de esas áreas, a la galopante corrupción de los mismos y a la impunidad que impera en México de forma purulenta a partir del 1º de diciembre de 1982, y hasta nuestros días.
La salud del mexicano es precaria, y en comarcas como la de La Laguna está agravada porque el arsénico en el agua se bebe en cantidades arriba de las que el organismo humano puede eliminar y digerir, y porque el aire y la tierra están infestados de plomo y cadmio, minerales pesados que afectan al organismo con alzheimer, cánceres de todo tipo, saturnismo, diabetes, males renales, hepáticos, cutáneos y sobre todo mentales. La extracción abusiva de agua de los mantos freáticos de parte de los agroindustriales encabezados por Eduardo tricio Haro el CEO de LALA, es causal del exceso de arsénico en el agua. La polución por cadmio, plomo, cianuro y un sinnúmero de químicos dañinos, es por la irresponsabilidad de Alberto Bailleres el CEO de PEÑOLES.
Las autoridades, reitero, la clase política, insisto, son cómplices en grado sumo por su adicción al dinero ajeno y al poder sin límites, ¿Cómo lo logran? Ingresando a las filas de la clase política, la que debería ser la clase cleptómana, la clase de ineptos, la clase de padrotes vividores que han logrado enriquecerse a base de expoliar los bienes del erario y gran parte del presupuesto de todo aquello que debería otorgar a la ciudadanía, trabajo digno, salud inmejorable, alimentación adecuada, procuración de justicia inmaculada y una seguridad social individual, familiar y general suficiente y acorde a las normas constitucionales. Pero no, eso no ha sido posible por las adicciones de esa caterva de seudo políticos, al poder sin límites y a hacerse del bien ajeno. Esto no se ha logrado porque los malandrines que están al frente de la cosa pública y que se autonombran políticos, han urdido un sistema político entre ellos y los grandes empresarios, para mantener el control del país para expoliarle sus riquezas. Han ideado un sistema político tan perverso y pérfido cuasi perfecto en donde lo negro se vea blanco, la limpio sucio, lo pestilente huela a ámbar y en que la corrupción se torne parte del folklore nacional y de la necesidad cultural para que el país funcione, aunque día a día ese funcionamiento incida en el empequeñecimiento de las instituciones, en el deterioro total de México como nación, y en la degeneración y pérdida de nuestra soberanía. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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