¿Cuál es la diferencia de El Totalitarismo, El Autoritarismo y El Fascismo?
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 978 mayo 3 d e 2016
El ejército en las calles y con facultades de irrumpir sin órdenes judiciales a nuestros hogares, y las policías en un mando único dependiente del gobierno federal, por ende de un solo hombre. ¿Es o no un régimen fascista?... ¿es o no un régimen totalitario?... ¿es o no un régimen autoritario?... ¿O acaso un híbrido de fascismo, autoritarismo y totalitarismo? Usted dice.
El Autoritarismo es un sistema político que se encuentra fundado en la sumisión incondicional a la autoridad vigente, a la que se encuentra a cargo del ejercicio del poder. Es el establecimiento de una serie de leyes y normas que tienen el claro y directo objetivo de restringir las libertades individuales. Se refiere directamente al abuso del poder.
El Totalitarismo es el sistema político en el que el poder es ejercido por una sola persona o partido de manera autoritaria, impidiendo la intervención de otros y controlando todos los aspectos de la vida del Estado. Es característico de las dictaduras. En un sistema político que propugna la intervención del Estado en todas las esferas de actuación del individuo, eliminando sus derechos, el principio de caudillaje y la exaltación del patriotismo. Es un régimen que abusa del poder.
El fascismo es un movimiento político y social de carácter nacionalista, totalitario, militarista y antimarxista, por ende, absolutamente de derecha. En el fascismo se inspiró el nacismo de Alemania y el falangismo de España. Fue una dictadura que abolió las libertades individuales y colectivas. Creo un solo partido a los que se adhirieron de inmediato los oligarcas para garantizar en primera instancia cualquier brote revolucionario, e hizo del sindicalismo una suerte de servidumbre del Estado y de la clase patronal. Su característica principal es el abuso del poder.
Ya teniendo las sinopsis de Fascismo, Autoritarismo y Totalitarismo, podemos, perfectamente entender de forma clarísima cada uno de los movimientos que hace el gobierno de Peña Nieto y podemos también clasificarlo sin error alguno respecto al corte de gobierno que pretende este régimen, según su comportamiento. Hay que entender que el Estado en manos de Peña Nieto está podrido, porque nada en los miasmas de una corrupción exacerbada y virulentamente perversa, amparada en una impunidad tan generalizada como el aire que respiramos. El abuso del poder es la constante al igual que la ineptitud gubernamental, y por lo mismo debemos saber que el régimen que gobierna Peña Nieto es altamente peligroso para los mexicanos, específicamente.
Peligroso porque en cada movimiento pretende hacerse del control de la gente, de sus voluntades y sus bienes. Podemos observar que dispone a sus anchas de los bienes de la nación sin que haya un contrapeso que se lo impida. Podemos ver que manda iniciativas de ley al Congreso para legalizar lo que de facto ya hace. Sabemos que se militariza al país para evitar una revolución que afecte los intereses del régimen, de la oligarquía y de las empresas trasnacionales. El régimen es peligroso porque cuenta con grupos paramilitares de toda laya para exculparse de múltiples responsabilidades tan graves como los hechos de Ayotzinapa/Iguala, de Apatzingán, Tlatlaya, Tierra Blanca, Papantla, Allende, Coahuila y San Fernando Tamaulipas entre otras muchos.
Viendo, valorando y ponderando el comportamiento de Peña Nieto y o de quienes lo mueven tras bambalinas, desde el 1º de diciembre del 2012 al 3 de mayo del 2016, tenemos la certidumbre que el régimen actual en México es un híbrido de Fascismo, Totalitarismo y Autoritarismo, que lo mismo tiene paralelismo con el régimen de Augusto Pinochet, en Chile, que visos de similitud con el de Francisco Franco en España, y aunque tiende más al Fascismo, no podríamos compararlo con la actuación de Benito Mussolini. De Mussolini ni de sus circunstancias políticas y sociales que le rodearon y dejaron la Primera Guerra Mundial para hacerse del poder. Él contó con la fuerza de las masas –sus camisas negras- y la simpatía de la ultraderecha. Peña Nieto no le es simpático a la ultraderecha, simplemente lo usan de punta de lanza aprovechando su carencia de escrúpulos y la experiencia que acumuló con su familia en el poder desde Atlacomulco. Él no tiene injerencia con las masas y además estas lo desprecian, sin embargo reitero, su régimen es peligroso para los mexicanos porque se ha convertido en un híbrido de Totalitarismo, Fascismo y Autoritarismo, el ejército en las calles y las facultades de estos a irrumpir en nuestro hogares, sumados a el afán de hacer de las policías UN MANDO ÚNICO, eso indican. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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