El Club de Elogios Mutuos de Peña Nieto va a todo vapor. Dios los hace y ellos
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 983 mayo 6 de 2016
Según Peña Nieto, la integridad y honorabilidad de nuestro ejército, se gana pidiendo disculpas públicas de parte del secretario de la defensa. ¡No señor presidente! La honorabilidad se logra siendo honorable y la integridad siendo íntegro. Las disculpas del general Cienfuegos fueron para INTENTAR encubrir las responsabilidades del ejército el 26 de Sept. Del 2014 en Iguala.
Durante el 154 Aniversario de La Batalla del 5 de Mayo en Puebla, Peña Nieto no desaprovechó ni un instante para auto elogiarse por lo bien que va México y por lo maravillosos que son los funcionarios públicos más cercanos a él. Hoy dijo de Salvador Cienfuegos, el general que amén de ser secretario de la defensa, quiere tanto a sus muchachos –los soldados mexicanos- que no ha permitido que declaren nada respecto a su participación –cosa ineludible- en el secuestro, asesinato y desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero, el fatídico 26 de septiembre del 2014 y la madrugada de día 27, que: “Le doy un amplio reconocimiento al general Cienfuegos por la disculpa pública ofrecida ante los hechos –aunque no todos- de tortura en donde militares estuvieron implicados. De lo de Iguala no hablamos, faltó decir.
Y agregó: “Una prueba fehaciente de la integridad y honorabilidad de nuestro ejército es que ante faltas graves de algunos de sus integrantes, su alto mando ofreció una disculpa pública a la sociedad mexicana.” ¡Oh qué gran cosa! Por supuesto que Peña Nieto se siente despreciado por el pueblo y depreciado por la falta de resultados que ha mostrado como presidente, y para compensar este desprecio y su depreciación, inauguró “El Club de Elogios Mutuos” lanzándole florilegios al general Cienfuegos por tener “La integridad y la honorabilidad” al mostrar su valor de ofrecer una disculpa pública. ¿Sabes estimado lector, para qué sirve y cuánto vale la disculpa pública del general Cienfuegos? Sirve para maldita la cosa, y su valor es el siguiente: Con esa disculpa y 8 pesos, vas a un OXXO y te dan una Pepsi de dieta de 600 mililitros.
Con ese criterio liliputiense de Peña Nieto y con la nueva ley que les permitirá a los soldados incursionar en nuestros hogares sin órdenes de ningún juez, ya podremos dormir tranquilos, porque si nos vejan, violan o torturan, lo bueno es que algún general, miembro “Del Club de Elogios Mutuos” inaugurado por Peña Nieto, nos va a ofrecer una disculpa pública. Comentó que: “Como Comandante Supremo de Las Fuerzas Armadas, deja establecido que el Prestigio y Grandeza del Ejército, la Armada y de la Fuerza Aérea Mexicanas, se construyen y se reivindican todos los días y en todas sus misiones. ¿También en la de la noche del 26 de septiembre del 2014 y la madrugada del 27 en Iguala, Guerrero, señor presidente?
Los mexicanos, lo que tenemos seguro con este presidente y la caterva de los funcionarios públicos allegados a él, es que México y los más de 120 millones de connacionales que habitamos en él, nos esté llevando la fregada, social, política y económicamente, mientras la runfla de seudo políticos que nos mal gobiernan, se sigan enriqueciendo desmesuradamente a costillas del pueblo, sobre todo, de los más jodidos, los que por su pobreza y miseria, una de las opciones que tendrán para mal comer, mal educarse y sufrir todo tipo de males es , vender su sufragio al mejor postor.
Otra opción y quizá la más importante que nos queda a los mexicanos es, no perder la esperanza de que alguien, quien sea, tenga la buena ocurrencia de encontrar el modo de quebrar este sistema político que nos tiene amordazados y encadenados a la miseria y a la ignominia. La esperanza sí, es lo que jamás debemos perder, porque en estos casos en que hay malos gobiernos como el de Peña Nieto, siempre habrá quien intente cuando menos, quebrar el sistema político. Si se logra, ¡bueno! Si no, ya vendrá otro que intente lo mismo hasta que por fin México y los mexicanos quedemos liberados de las pandillas que para nuestra desgracia, nos han mal gobernado. ¡Al tiempo!
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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