Nuevos ataque yihadistas en Europa, ahora en Bruselas, el metro y aeropuerto
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 939 marzo 23 de 2016
Los ataques en Bruselas son más de lo mismo que sucedió en Paris, en Nueva York y Pentágono. Es la consecuencia de los ataques que europeos y norteamericanos perpetran en el Medio Oriente y en Noráfrica. Los de Paris y Bruselas bien pueden obedecer a la lucha de clases en ambas naciones en relación con argelinos nacidos en Bélgica o Francia que son discriminados.
Llama poderosamente la atención la reacción de los políticos europeos sobre los recientes ataques con bomba en Bruselas, tanto en el aeropuerto como en una estación de metro cercana a la UE. Todos condenan los ataques, y Francia dice que: “el objetivo es Europa” y que: “estamos en guerra”. Por supuesto que Europa está en guerra y no precisamente desde hoy con estos ataques en Bélgica ni tampoco con los ataque a Paris en año pasado. Europa está en guerra con la gente del Medio Oriente desde que tiene metida su cuchara allí, ya sea para derrocar a Bashar el-Assad, o para combatir al Estado Islámico. Si Francia y otras naciones europeas –por la razón que fuere- bombardean a Siria, a Irak, a Libia, etc., ¿por qué algunos agraviados, habitantes de esas naciones no podrían bombardear a los europeos? ¡Claro que Francia tiene razón! Es la guerra.
Los intereses que tienen Europa y EEUU sobre el Medio Oriente son muchos; el hegemónico global es uno de ellos; los energéticos y el control de los mercados lo son. Para lograr sus objetivos, los occidentales han implementado una serie de guerras contra esas naciones meso orientales que van desde las preventivas hasta las denominadas “Primavera del Medio Oriente y el Norte de África”, en las que la meta era quitar a “gobiernos incómodos” y colocar en su lugar a verdaderos sátrapas al servicio de occidente. Para ser claro: Imponer gobiernos como el de México, Colombia, Guatemala, etc. Sí, gobiernos que son prácticamente gerencias dependientes del corporativo radicado en Washington.
Bruselas creyó que deteniendo al que según ellos era el cabecilla de los yihadistas que atacaron Paris, el riesgo había amainado, sin embargo vemos que no es así. No hay cabecillas, hay células de gente de origen árabe –musulmanes sobre todo- que incluso han nacido en Europa, pero ven que la patria de sus padres es objeto de expolio y vejación de parte de los gobiernos europeos, pero hay que meterse en la cabeza que los árabes, sin importar de que país provienen, tienen algo que los unifica, y los hace caminar sobre un hilo conductor que los solidariza con las causas de esas naciones. Un ejemplo son los atacantes de Las Torres Gemelas en Nueva York y del Pentágono; de los 19 atacantes, 17 era sauditas, uno era libanés y otro marroquí, ¿y esto que tiene de extraordinario? Que los tres países, Arabia Saudita, Líbano y Marruecos están gobernados por aliados y socios de EEUU y de Europa. Los atacantes de Nueva York no todos eran musulmanes wahabitas, había un chiíta y un sunita entre ellos. Esto hay que considerarlo.
Los que atacaron Paris y sin duda los de los atentados en Bruselas, son de origen argelino nacidos en Francia y Bélgica. Esto hace que esta guerra sea una lucha de clases, porque estos yihadistas en la praxis son considerados franceses o belgas de segunda, y viven como belgas y franceses de tercera. Este es un punto que hay que analizar, ¿el por qué son solidarios y simpatizan con Siria?
Si se hiciese un estudio en base a encuestas serias entre los habitantes jóvenes de esas naciones del Medio Oriente y del Norte de África, sacaríamos en conclusión, absolutamente cierta, que una inmensa mayoría vería como a su peor enemigo, a los judíos por lo que acontece en Palestina, en donde los palestinos son asesinados con el fin de acabar con todos ellos, tal y como Hitler lo intentó contra los judíos. En segundo término verían como a sus enemigos a EEUU y a toda nación que apoye de alguna manera a los judíos, a Israel y a EEUU, en ese orden, ¿y qué sacaríamos en claro con esta encuesta? Que los sucesos de Nueva York, de Paris y de Bruselas, en efecto, son una guerra de muy baja intensidad, porque la verdadera guerra, la pavorosa guerra, es la que los europeos y norteamericanos perpetran en esas naciones del Medio Oriente y de África del Norte. El presidente de Francia tiene razón: Es guerra. Sí es guerra, pero una guerra terrorista, de terrorismo de estado. Los terroristas son ellos, los europeos, los judíos y los norteamericanos. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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