miércoles, 16 de marzo de 2016

Millones de mexicanos anhelan un cambio en el sistema político, pero no necesariamente los cambios son para bien, recordemos lo que pasó con Fox y Calderón.

Millones de mexicanos anhelan un cambio en el sistema político, pero no necesariamente los cambios son para bien, recordemos lo que pasó con Fox y Calderón. 


AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO     Dossier ahpd 923         marzo 13  de 2016

Para generar un cambio del sistema político podrido imperante en México, es menester no cejar en el intento, no hay una última oportunidad de cambio, siempre existen posibilidades, busquémoslas, generémoslas, comenzando en nuestro propio hogar, ahí empieza el cambio verdadero, después en el trabajo y en nuestra ciudad. ¡Seamos una célula del cambio! 
En los últimos 110 años de nuestra historia ha habido cambios de política, de sistemas políticos y propiamente de políticos, sin embargo no necesariamente han sido para bien de las mayorías. Francisco I. Madero promovió el primer cambio  de esta era moderna formando clubes antireeleccionistas por todo el país, para dar término a la dictadura de Porfirio Díaz. Lo logró por medio de las armas. Porfirio Díaz abandona el poder y luego de unas elecciones, Madero llega a la presidencia y en menos de una veintena de meses fue asesinado, por ambiciosos de poder impulsados por resentidos por las pérdidas de privilegios con el cambio. 
Este cambio le costó al país un millón de muertos y una serie de Tratados con Estados Unidos que dejaron al país con la mitad de la soberanía de que gozaba hasta el día que Porfirio Díaz partió en el Ypiranga el 31 de mayo de 1911. Es muy simple decir que Victoriano Huerta planeó el asesinado del presidente. Fueron muchos, entre ellos los miembros de la oligarquía ligada a las empresas de EEUU, de ahí que haya salido de la embajada norteamericana el visto bueno para asesinarlo. El cambio afectó enormemente a la población de menos privilegios durante 30 años. 
El segundo cambio  fue impalpable pero fue para bien. Del año 1940 con Manuel Ávila Camacho y hasta 1982 con José López Portillo, México cambió enormemente para bien, el crecimiento rondó año con año entre el 6 y el 7% en promedio anual, y la modernidad invadió al país. 
Un tercer cambio  fue la llegada a Los Pinos de Miguel de la Madrid con Carlos Salinas como el verdadero poder tras el trono. Ahí ese 1º de diciembre de 1982, México comenzó a hundirse política, social y económicamente. Este par de malditos fueron impuestos en Palacio Nacional por EEUU por medio del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial para mudar los bienes nacionales a manos de oligarcas y trasnacionales. Más de 1500 empresas del Estado pasaron a manos de particulares nacionales y extranjeros. De eso se trató el cambio y además de que Salinas por carecer absolutamente de escrúpulos nacionalistas, se comprometiese en otro Tratado peor que el de Bucareli, firmado después de la revolución. Me refiero al Tratado de Libre Comercio de Norteamérica. Otro cambio que no lo fue es la llegada de Fox y Calderón, ellos no cambiaron nada, se aliaron al PRI y siguieron desmantelando las instituciones. De contendientes pasaron a aliados.  
Este cambio impuesto al neoliberalismo produjo 30 millones de pobres más de los que ya había, y la clase media se empobreció desmesuradamente empequeñeciéndose en número. Los ricos en cambio se enriquecieron a lo bestia tanto en número como en riqueza, dejando el crecimiento nacional del 1º de diciembre de 1982 hasta 13 de marzo del 2016, menor al l.8% promedio. 
De los 122 millones de mexicanos que somos, más de 120 millones, anhela un 4º cambio  del sistema político ya que el PRI en contubernio con el PAN, el PRD y otros partidos despreciables, se han adueñado absolutamente de todo México, convirtiéndolo en una dictadura disfrazada de democracia. México está militarizado aunque los militares lo nieguen. México tiene gracias a Fox, Calderón y Peña Nieto, una deuda impagable. Los poderes legislativo y judicial no son solo servidumbre vil del ejecutivo sino que a su vez el ejecutivo, es sirviente de la oligarquía y de las trasnacionales. El nuevo cambio  que 120 millones de mexicanos pretende no es utópico pero también corre el riesgo de no ser un cambio positivo. Nos puede acarrear más problemas de los que tenemos. El mexicano en su mayoría es pusilánime y aunque anhele un cambio, no se atreve a generarlo con acciones por no perder el pinchurriento nicho de bienestar del que ahora disfruta.  
He ahí el dilema. ¿Qué hacerlograremos el 4º cambio? ¡Ah!... Y la ruta para el 2018 no es la última oportunidad como muchos vaticinan, la última oportunidad es hoy, mañana, el 2018, el 2024 o el 2030, siempre habrá una última oportunidad. Mientras haya un mexicano dispuesto a todo con tal de ir en pos del bienestar de sus hijos y nietos, habrá la oportunidad que aparezca un Deus ex machina que cambie todo el panorama y permita deshacernos del pesado fardo representado por este gobierno y por un Peña Nieto convertidos en una dura y costosa carga que tenemos que ir soportando, no sé hasta cuándo O, ¿usted apreciable lector, qué opina? 
Atenta y respetuosamente 
Augusto Hugo Peña D. 

Zuloaga 22 c. p. 27140 Torreón, Coahuila. Tel. Cel. 871 211 95 91 – E-mail ah.pd@hotmail.com 

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