No hay mal que dure 100 años ni gente que los aguante. Caso de los Moreira
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 937 marzo 21 de 2016
El mal fario ronda a los Moreira; esto nos da la esperanza, de que la justicia, la equidad y el cambio del sistema podrido político que padecemos en Coahuila y que sufrimos de la peor forma en La Laguna, se cristalice. La caída a la cárcel en España del Mono Muñoz y de que el expediente de Humberto Moreira esté abierto, es un postigo a la esperanza, a la justicia.
No sé que tan cierto es el dicho de que no hay mal que dure 100 años ni tipo que los aguante, pero en el caso de los habitantes de Coahuila y en especial los de La Laguna, una inmensa mayoría de ellos ya están hartos de los gobiernos y más a partir de la llegada de Rogelio Montemayor como gobernador de Coahuila. Ahí con Montemayor empezaron los males mayúsculos para la población. No hay que olvidar que él llegó con la bendición de Carlos Salinas, quien lo tenía en alta estima, al grado que su divorcio fue cocinado en Sabinas, Coahuila, dirigido por el propio Montemayor a través de jueces y abogados que mantenía como su servidumbre.
Montemayor no era perfecto, cometió errores y eso lo llevaron a la cárcel; sus errores no eran robar, eso eran sus virtudes y de ahí que fue encaminado a la dirección de PEMEX, confiando en que con tal excelsitud para robar, nadie se percataría del suculento fraude en la empresa petrolera. Sin embargo algo salió mal y pisó la cárcel por ladrón. Tuvo otra virtud, la de armar una pandilla en Coahuila con el respaldo de Carlos Salinas, aquí se hizo de incondicionales como Humberto Moreira y sus hermanos. Los fines de estas asociaciones pandilleras eran claros, robar del erario lo más posible y mantener por mayor tiempo en el poder al PRI, y por supuesto, a la pandilla de Montemayor, el Mono Muñoz y los Moreira, disfrutándolo.
En lo de robar mucho, Humberto bajo la dirección de Montemayor y el padrinazgo sesgado de Carlos Salinas, salió mejor alumno que el maestro y robó cantidades enormes que fueron en parte a dar a las arcas del PRI para la campaña de Peña Nieto en contubernio con el lagunero Ricardo Martín Bringas, CEO de SORIANA, para echar a andar una nueva forma de comprar el voto de la gente jodida, y también en otra buena parte, hacia los bolsillos del propio Humberto Moreira, Montemayor y otros asociados. Humberto no era aún rico y como sus orígenes eran propiamente de clase media baja, tuvo que encontrar a quienes se encargaran del dinero sustraído del erario e invertirlo en negocios de apariencia lícita, como las gasolineras de Juan Manuel Muñoz Luévano, alias El Mono, quien recién ha sido preso en España por sus ligas de lavado de dinero y con Humberto Moreira.
El Mono Muñoz Luévano seguramente no es el único malandrín asociado con Humberto Moreira, sin embargo la cuerda se reventó por lo más delgado, y por lo pronto, la detención en España de El Mono y el expediente abierto de Humberto Moreira, nos da a los laguneros la esperanza de ver en la cárcel a Humberto Moreira y algunos otros de sus cómplices, aunque es seguro que el dinero robado no será devuelto más que alguna pequeña parte, considerando que el grueso del hurto se gastó en la compra de votos del 2012 para perpetrar el tercer fraude electoral en el lapso de cinco sexenios. Tampoco el Mono Muñoz es la única mortificación de Humberto Moreira, hay otras.
A Humberto Moreira se le liga con los Zetas, tanto en España como en EEUU. Por lo pronto ya hay más de cuatro en la cárcel ligados a Moreira y a los Zetas, y hace días precisamente se conmemora el 5º aniversario de la masacre de Allende, Coahuila, ciudad de la que desaparecieron en un solo día más de 300 personas, secuestradas todas ellas por más de 100 encapuchados –supuestamente Zetas- que irrumpieron en Allende buscando a dos personas, y al no encontrarlas, arremetieron contra sus familiares, amigos y allegados, levantando a más de 300 personas, las que aún están desaparecidas. ¿Qué pasó con estas 300 personas y cuál es su paradero? Lo más seguro es que fueron asesinados y enterrados en fosas clandestinas en lugares distantes de Allende.
¿Por qué el gobierno de Rubén Moreira solo reconoce la desaparición de 28 personas a través de la Procuraduría del Estado, y en donde están las otras más de 280 gentes? Este es otro fantasma con el que tiene que lidiar Humberto Moreira; esta masacre comenzó en la madrugada del 18 de marzo del 2011, dos semanas después de que Humberto hubiese asumido la presidencia del PRI nacional y menos de tres meses después de que Humberto Moreira, dejase a uno de sus cómplices –Jorge Torres- como gobernador del estado, y a otro –Rubén Moreira- listo para contender por la gubernatura a sabiendas que todo el aparato nacional del PRI estaría al servicio de los Moreira tal y como lo sigue estando. Todo esto indica que el mal fario de los Moreira está a la vista y la esperanza de los laguneros que buscamos justicia, equidad y un cambio en el sistema político podrido que nos gobierna, puede cristalizarse. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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