DESCABELLADO, descabellado que digamos, no es que haya habido fraude en las elecciones de Coahuila y del estado de México
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 1445 Junio 11 del 2017
DESCABELLADO, descabellado que digamos, no es que haya habido fraude en las elecciones de Coahuila y del estado de México, lo descabellado es que el INE salga con la idea de descalificar los reclamos, justos absolutamente, de quienes se sienten defraudados por las autoridades electorales, las que no solo vigilaron los comicios sino que encubrieron al ladrón.
Estoy convencido que es más descabellado, seguir soportando la loza que representa el PRI y “sus” instituciones sobre nuestros lomos. Si el gobierno de Peña Nieto y sus cómplices en el Congreso y en la Suprema Corte de Justicia persisten en avalar el fraude electoral en estos dos estados, tendremos ese mismo derecho de actuar de igual manera para acabar con ellos.
Con la cara más dura que el concreto, el Instituto Nacional Electoral asegura que es “descabellado” decir que hubo fraude en los recientes comicios, cuando lo verdaderamente absurdo es afirmar que México cuenta con una autoridad electoral, sobre todo imparcial, eficiente y ciudadanizada. No es admisible que el INE se alinee a los intereses de un solo partido que solo ha conservado la fuerza de la mapachería. El PRI demostró que no es nada, que es una bazofia incompetente, que no tiene músculos para contender a menos que use trampas y esté en contubernio con una autoridad electoral procaz que recién nació el 10 de febrero del 2014, a causa de que el IFE ya estaba tan podrido como el gobierno y el PRI. Ahora este nuevo Instituto Nacional Electoral, a tres años de habérsele parido, producto de arreglos inconstitucionales entre partidos cómplices por medio de un maridaje, francamente enmierdado por los mismos que llevan 80 años burlándose de los mexicanos para seguir robando al erario por medio de una tácita traición a la patria.
Ensuciar de tan vil manera nuestras instituciones no es sino una traición a la patria, una burla a los mexicanos y un ejemplo pésimo para las nuevas generaciones de ciudadanos que nacen, crecen y se reproducen en medio de un cúmulo de excremento político, haciendo de ellos copartícipes de una serie de triquiñuelas de toda índole, al grado que por ello, el crimen organizado ha crecido de forma exponencial porque ese es el camino que se les deja y lo toman a falta de justicia y equidad. Cuando se nace y se crece en medio de un muladar sociopolítico y económico como en el que han crecido los jóvenes mexicanos a partir de 1982 en que nuestros gobiernos se han comportado como unos verdaderos marranos convirtiendo al país en un chiquero, algo hay qué hacer.
Ciro Murayama y su jefe Lorenzo Córdova presidente del INE se comportan asquerosamente al permitir que los fraudes electorales sean la constante en los comicios. Con el haber dicho que es “descabellado” pensar que hubo un fraude electoral el 4 de junio en Coahuila y en el estado de México, nos muestran el cobre, nos enseñan que lo que hay que hacer es elaborar un Plan como el de Mayo de 1910 que proclamo Francisco I. Madero –EL PLAN DE SAN LUIS- en donde puso la fecha para que los mexicanos se levantaran en armas en contra de un tirano gobierno que se eternizó por 30 años en base a comicios trampeados abusivamente, aduciendo que los mexicanos aun no estaban preparados para gobernarse por sí mismos. El PRI lleva más de 80 años haciendo lo mismo que Porfirio Díaz, por ello es un imperativo formular un plan para echar del gobierno a la banda de malhechores que han hecho de nuestras instituciones un soberano muladar.
Francisco I. Madero fue tildado por los medios pagados por Don Porfirio, de chaparrito, de poca cosa, de tibio y otras sandeces, ¿es acaso tibieza, ser poca cosa y chaparrito, levantar al pueblo en armas contra un tirano? Tibieza, poca cosa y chaparritos somos los mexicanos contemporáneos que no tenemos las agallas de expulsar de nuestro gobierno a quienes tanto daño nos han hecho, mucho daño durante más de 80 años. Por eso y por más cosas deleznables que perpetran estos gobiernos, es que tenemos que tomar determinaciones graves pero suficientes para sacudirnos a estos bandoleros que nos gobiernan. Nuestras instituciones incluyendo al ejército han sido minadas por la corrupción galopante y la impunidad con las que el PRI se ha enseñoreado en una forma salvaje, sostenida por la ilegalidad, y en las que concurren los tres poderes de la Unión.
Si Peña Nieto, el INE, el PRI, el Congreso y la Suprema Corte de Justicia insisten en avalar este fraude electoral en Coahuila y en el estado de México, el pueblo está en la plena libertad de tomar otros caminos para sacarlos –por cualquier medio- de nuestras instituciones, a las que han podrido con sus prácticas tan perversas y abusivas. Si las reglas del juego electoral es permitir que alguien haga lo que le plazca para mantener sus vicios e inclinaciones a hacerse de lo ajeno y a abusar de la gente, sobre todo de los más pobres, todos y cada uno de los mexicanos, estaremos en el mismo derecho de actuar de esa u otra manera con tal de apaciguar al país y colocar al frente de nuestras instituciones a personas más aptas, más probas, decentes y respetuosas de nuestra Carta Magna. Un Nuevo Plan como el de San Luis, no nos vendría mal, habrá muchos jaloneos y hasta pérdidas de vida, pero creo que habría menos de las que con Calderón y Peña Nieto se han perdido en una guerra ficticia emprendida contra la delincuencia organizada pero con otro fin, el de seguir manteniendo el poder en sus puños. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
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Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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