Aun si logran robarse los del PRI las elecciones de Coahuila y del estado de México no debemos darnos por perdidos
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 1461 Junio 25 del 2017
México con un gobierno tan infausto como el de Peña Nieto requiere un cambio hacia gente que gobierne armado con pedagogos de la ecología, los derechos de los trabajadores, el sistema de vivienda y el acceso de todos los mexicanos a la salud pública. Solo de esa forma lograremos revertir el deterioro del país provocado por gobernantes afines a la corrupción y a la impunidad. Algo hay que hacer para acabar con esta rémora que gobierna.
Aun si logran robarse los del PRI las elecciones de Coahuila y del estado de México no debemos darnos por perdidos porque ya está demostrado que el PRI solo sirve para robar y para maldita la cosa. Perdió su competitividad porque sus dirigentes son puras ratas sin ideología alguna, y solo se atienen a la compra de votos y a las una y mil trapacerías y rapacerías que saben hacer.
Existen claras oportunidades aprovechando que el PRI está colapsado por una fuerza centrípeta implosiva hacia su interior que ya rebasó y con mucho las expectativas progresistas de ese partido que ha preferido ir por el camino del delito –electoral y de toda índole- para seguir conservándose dentro del espectro gubernamental. Todo indica que el PRI no tiene remedio y que poco a poco gracias a las competencias electorales que le imprimen los de la derecha y las izquierdas. La cosa es ver el 2018 como una oportunidad que no hay que dejar pasar para coadyuvar con los priistas a sepultar a ese partido que en antaño fue un potosí y que gente como Salinas, Zedillo y Peña Nieto han llevado prácticamente a su disolución o bien a una suerte de cártel delictivo.
Así como todas las evidencias nos indican que el PRI se está desmoronando, también sabemos que dentro de ese partido hay gente pensante que anda en busca de recomponer las condiciones en las que el PRI pueda ser competitivo de nuevo. Ojalá que no logren ese cometido porque en esta actualidad es más fácil suponer que se siga deteriorando; me lo indica que la clase de gente que los dirige. Ochoa Reza, Beltrones, Peña Nieto, Gamboa Patrón y una pléyade de sinvergüenzas con los que cuenta el PRI, no le alcanza para revertir su deterioro. Todos los mencionados juntos no hacen ni uno solo, porque han sido víctimas de sus propios vicios y corruptelas. El año pasado vimos como la coalición del PAN/PRD le arrebató siete gubernaturas y en esta elección de junio 4, comprobamos que tuvieron que recurrir al doble de las trapacerías que acostumbran para que ni así, lograr un solo triunfo en los cuatro estados en donde se contendió electoralmente.
Dos fraudes electorales están en ciernes, el de Coahuila y el del estado de México, y es probable que no logren llevarse esos dos triunfos por las triquiñuelas explícitas e implícitas con las que pretenden hacerse de dos triunfos que no obtuvieron en vuena lid. Sabemos que cuentan con la complicidad del INE y de los tribunales electorales, pero aun logrando hacerse de forma fraudulenta de estos dos estados, no podrán hacer lo mismo –fraudulentamente- en el 2018, ya que sembraron la desconfianza en todos los actores, los que tomarán medidas extras para evitar que el PRI siga gobernando. El problema para el PRI es simple y entendible, llevan más de cuatro años gobernando –si a estas acciones de Peña Nieto se les puede decir gobierno- con las patas.
De lo anterior podemos deducir con un amplio margen de certeza que el PRI llegó a su fin, y no se le puede echar culpas a nadie más que a ellos mismos que no supieron gobernar pero sí robar.
Solo falta que las fuerzas que les compiten no sean egoístas y sepan compartir las ganancias del triunfo que fácilmente se obtendría construyendo una plataforma anti PRI para que esta se convierta en una coalición amplia y suficiente para sacarlos de la contienda. El PRI solo, está demostrado, ya no es una competencia formidable como lo era antaño, hoy requieres más que de aliados, de cómplices y de rapacerías y triquiñuelas para ser competitivos. El tiempo se les vino encima y ya no cuentan con estrategas ni con ideólogos, quedaron al frente del partido solamente operadores del fraude, de operadores expertos en comprar votos y en hacer trampas.
Esta debacle sufrida por el PRI se les debe a los priistas, a nadie más, ellos mismos han desvirtuado todo lo relacionado con lo que es gobernanza; se dedicaron tanto tiempo a robar y a enriquecerse, que el tiempo se les acabó y tendrán que conformarse en el 2018 con ser contendientes de segundo grado. Peña Nieto se encargó de clavarle la última alcayata al ataúd con el que será sepultado el PRI, ya que quiso gobernar en base a discursos, todos ellos fincados en la mentira y la falsedad. Ellos lo saben, se sienten perdidos y por ello echaron manos del espionaje para contener a sus adversarios y críticos de la forma más burda. Peña Nieto con ello demostró no servir ni para maldita la cosa. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
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Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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