A partir del 31 de mayo hay que respetar las leyes electorales por lo que es ilegal hacer proselitismo a favor o en contra de cualquier candidato o partido
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 1434 Junio 1º del 2017
A partir del 31 de mayo hay que respetar las leyes electorales por lo que es ilegal hacer proselitismo a favor o en contra de cualquier candidato o partido. Personalmente respetaré la regla y me abocaré a otros temas de interés general, como es el de que para el 2018 México tendrá por primera vez un candidato indígena a la presidencia de la república.
Esta decisión trascendental que han tomado las comunidades indígenas nacionales, aportarán al desarrollo y progreso del país su vigoroso esfuerzo, el que han fortalecido al sobrevivir en medio de vejaciones y abusos sin límite de parte de quienes siendo parte de esas comunidades y pueblos, les han dado la espalda y han abusado de ellos inmisericordemente.
Es un honor para mí saber que hay un candidato indígena a la presidencia por primera vez. Seguro es que obtendrá pocos votos, por lo que no aspirará a llegar a Los Pinos pero por algo se empieza. Este 28 de mayo la plenaria del Consejo Nacional Indigenista, el CNI, designó para esta tarea tan relevante a María de Jesús Patricio, una indígena Nahua del poblado de Tuxpan, Jalisco, localidad que se encuentra al Sur de ese estado. La Plenaria del Consejo Nacional Indígena compuesta de 693 delegados de todo el país, por 71 concejales, 230 delegados zapatistas y 492 invitados decidieron que esta mujer va a hacer historia en el ámbito político moderno nacional, y su principal tarea no es ir tras la busca de votos sino en defensa de la vida. Eso hará María de Jesús Patricio quien es para empezar la vocera del Consejo Nacional Indígena.
Reitero que es un gran honor para mí saber que dentro de las normas políticas impuestas por los no indígenas, los que siempre han despreciado a los mexicanos naturales originarios. Porque en principio defenderán con las armas electorales de los no indígenas, su vida y sus derechos, los que les han sido negados desde la llegada de los españoles a México. Una inmensa cantidad de mexicanos tenemos algo de sangre indígena y a pesar de ello no le hemos sabido dar el valor que se merece, aunque nuestro rostro muestre sus rastros y su color inocultables. Pondré como ejemplo a un solo individuo por el que le corre por sus venas sangre indígena en cierto porcentaje, me refiero a Jaime Martínez Veloz, un coahuilense que fue designado por Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de gobernación y a quien también le corre por sus venas, sangre indígena, china y española, como encargado de La Comisión para el Diálogo de los Pueblos Indígenas.
Jaime Martínez Veloz quien en Coahuila fue conocido como el yimi, tiene una carrera larga y de amplio espectro en el ámbito de la política, al parecer ocupa ese puesto que le confirió el secretario de gobernación como un premio y no para hacer algo benéfico por los pueblos indígenas, porque desde su nombramiento no ha habido ningún avance sustantivo ni mejoras en su forma de vida; la forma más pobre y humilde dentro de los mexicanos pobres. Son y han sido pobres porque se les desprecia oficialmente y porque la sociedad los rechaza y además les roban sus espacios geográficos para la explotación de tierras fértiles, agostaderos en donde pasta el ganado de los no indígenas y para expoliar al país por medio de la minería.
Ya con un vocero y representante legal de los cientos de comunidades que pueblan todo el país, sin duda empezarán a obtener logros y a mejorar sus economías y su seguridad social.
Considero que este es un paso trascendental hacia la justicia, y eso no se lo deben a ningún gobierno constituido en los más de 500 años en que han sido vejados y defraudados por la sociedad y los gobiernos, por ello es plausible, justo y necesario que hayan tomado la decisión de nombrar a quien los represente política y electoralmente. Esta mujer, María de Jesús Patricio es apenas la simiente que hará brotar lenta pero con constancia hacia las comunidades indígenas, un desarrollo superior para sus comunidades, las que sin duda le aportarán a México sus esfuerzos para el progreso integral del país. Ellos son productivos y prueba de ellos es que han sobrevivido a todo tipo de vejaciones y carencias, demostrándose a sí mismos que pueden desarrollarse ampliamente en los ámbitos políticos dictados por los que no se sienten indígenas aunque lo sean.
Sumar al desarrollo y progreso integrales de la república el esfuerzo y trabajo de más de 16 millones de mexicanos hasta hoy despreciados, pudiese parecer poca cosa, pero es un potos. Esta decisión que ellos, por su propia voluntad han tomado y habría que considerar, primeramente a tenerles el respeto que se merecen, y a dejar de robarles sus espacios geográficos en los que han sobrevivido a inmensas y terribles vicisitudes. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
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Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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