miércoles, 7 de junio de 2017

El presidencialismo llegó a su fin lo mismo que la preeminencia del PRI en las preferencias electorales de los mexicano

El presidencialismo llegó a su fin lo mismo que la preeminencia del PRI en las preferencias electorales de los mexicano

AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 1436   Junio 2 del 2017
El presidencialismo llegó a su fin lo mismo que la preeminencia del PRI en las preferencias electorales de los mexicanos, las causas son obvias, baste saber que a estas alturas del sexenio, un 87% de los mexicanos –incluyendo priistas- lo reprueban, mientras en el quinto año –como muestra- Carlos Salinas contaba holgadamente con el 90% de aprobación general.
El presidencialismo ha cedido el paso a los partidos, muchos de ellos inconfiables porque han unido entre sí sus conveniencias en lugar de privilegiar el arte y la ciencia de la política, para gobernar de forma equitativa para todos los gobernados sin importar si son pobres, ricos, hombres o mujeres. Pero los cambios ya están aquí, esperemos que sean para bien de todos.
El presidencialismo viene de lejos, Porfirio Díaz lo impuso un poco o un mucho a la fuerza porque no había otros personajes capaces de acceder al poder sin su aprobación. Fue hasta con Plutarco Elías Calles que se conformó lo que hasta hace unos años veíamos como el presidencialismo, y con la llegada a la presidencia de Fox y Calderón, la figura presidencial se deterioró paulatinamente y ya con Peña Nieto, de plano se desmoronó quedando en la nada como hoy se encuentra. Lógico era que este sistema de mando gubernamental llegara a su fin, ya que los presidentes dejaron de ser figuras respetadas y respetables, la libertad de expresión, las redes sociales y algunos medios de comunicación tuvieron mucho que ver en ello.
El retorno del PRI a Los Pinos el 1º de diciembre del 2012, solo se pudo lograr por medio de otro fraude electoral, digo otro, porque hubo dos anteriores, el de Carlos Salinas y el de Felipe Calderón. Tres fraudes electorales en  solo 20 años exacerbaron el repudio hacia la figura del presidente, echando por tierra el presidencialismo, pero el factor principal que lo llevó a la nada, fue la insensatez, la incultura, el desfiguro, la deshonestidad y la sin par corrupción de Peña Nieto. Esto en apariencia pudiese ser algo bueno, porque es por ello probable que el PRI salga de Los Pinos para no regresar jamás, pero no nos equivoquemos, quien ocupe su lugar, sea del PAN, del PRI o de MORENA, no va a poder enderezar el barco nacional, porque a estas alturas son todas nuestras instituciones, las que se encuentran en manos de los peores mexicanos, tendrían que recomponerse, y en uno o dos sexenios se ve harto difícil.
La gente le apuesta a la izquierda, pero va de izquierdas a izquierdas, porque el PRD es lo mismo que el PRI y el PAN, ya que se aliaron en El Pacto por México, y fue por ello que México se ha deteriorado profundamente; las reformas han sido desastrosas; la energética sirvió para desmantelar PEMEX y la CFE, las que en una mayoría pasaron a manos de la oligarquía y a las empresas trasnacionales; la fiscal solo ha favorecido a los grandes capitales y ha subsumido los salarios en un 70% de su poder adquisitivo; la educativa lo que pretende y está haciendo es hacer de la educación un negocio más de los oligarcas, privatizándola. Por ello tengo bien fincadas mis dudas respecto a lo que pasará con la caída irremediable del PRI y el presidencialismo.
El único partido de izquierda que se salva es MORENA y puede ganar, pero los demás partidos seguirán con el control del poder legislativo y del judicial por lo que es muy probable que no le dejen gobernar en caso de que llegase a la presidencia.
MORENA ciertamente representa una novedad que brinda alguna esperanza del cambio, sin embargo y a pesar de ello, creo que no tiene aún la capacidad de llevar al país a un mejor puerto, por lo que tenemos que ser precavidos. No dudo que los líderes de MORENA tengan buenas intenciones, pero para gobernar un aparato gubernamental y burocrático de cerca de dos millones de personas, se antoja difícil y complicado porque los vicios y la corrupción están tan arraigados en la burocracia de todas y cada uno de nuestros gobiernos e instituciones, que no es posible sustituir a este ejército de gente maleada acostumbrada a robar y a otras prácticas deleznables. Entonces, no hay que pensar que con solo buenas intenciones se logrará un cambio promisorio.
Además lo hemos visto en los últimos cinco sexenios, los gobernadores se han corrompido al mismo nivel que quienes manejan sin tino el gobierno federal. La justicia no llega a los sectores de abajo. Vemos con tristeza como los casos de Ayotzinapa, de Tlatlaya, Nochixtlán y Tanhuato entre otros no se resuelven porque no hay deseo de resolverlos; lo vemos en la compra de votos y en otras prácticas ilegales arraigadas, se sabe a ciencia cierta que el haber militarizado al país, se debe a que los que gobiernan quieren a fortiori que las cosas no cambien, porque se antoja difícil que quienes gobiernan quieran seguir haciéndolo, perdiendo todos los beneficios que logran al gobernar como lo hacen y de fea manera. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?  
Si deseas leer mis anteriores escritos, puedes hacerlo ingresando a Google en: elnuevoblogdeaugustopena.blogspot.com
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.

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