El Ébola sin control y el Sionismo exacerbado.
Dssier ahpd 525 Agosto 17 de 2014
El sionismo judío ha demostrado en los últimos 40 días, ser más letal que el ébola, la polio y la tuberculosis juntos. Hace 94 años los judíos llegaron a Palestina en uniforme del ejército inglés y hoy con un uniforme con estrellita de David al hombro y financiado por EEUU, tratan como perros a los palestinos, igual que lo hicieron anteriores generaciones sionistas en 1920.
Hace años, 94 para ser más exactos, el judaísmo enmascarado en otro concepto denominado sionismo, entró en el vocabulario de los analistas políticos, de las ONGS humanitarias y de la clase política mundial; sin embargo sionismo es judaísmo y judaísmo es racismo, como lo es el sionismo, el que fue declarado en la ONU como una especie de racismo. También el judaísmo y el sionismo son colonialismo e imperialismo a la vez, porque obedecen, con la creación del estado de Israel, a un colonialismo tardío, porque cuando el mundo daba por terminada la era colonial, nacía el sionismo; lo de imperialista les va y les queda al judaísmo y al sionismo porque obedecen en todos sus principios fundamentales a los designios del imperio del día, el que hoy es EEUU, ayer lo era Gran Bretaña y antes Francia, Alemania, etc., el judaísmo como religión es respetabilísimo, como lo son las iglesias cristianas, musulmanas y de otros credos, pero el sionismo judío es un virus moral que en la praxis ya ha provocado más víctimas y daños colaterales que la polio, la tuberculosis y el ébola.
En la última etapa virulenta del sionismo judío –de julio 6 a agosto 16 del 2014- solo en Gaza, un pequeño territorio convertido por los judíos en un gueto en donde viven hacinados de manera miserable, provocada ex profeso para exterminar a los palestinos, borrar su cultura y adueñarse de tus tierras y rasgos culturales, un millón 700 mil habitantes. Las muertes son 1989 personas de los cuales 586 son niños y niñas, 428 son mujeres, 125 son ancianos e inválidos, y el resto, 850, son hombres jóvenes y maduros que han cometido dos pecados imperdonables, el de ser palestinos y el de no querer abandonar su tierra, en la que han vivido sus ancestros, más de 5 milenios. Este ataque sionista virulento ha dejado 9776 heridos, 34% de ellos graves y que tendrán secuelas durante toda su vida. El costo material de este ataque dirigido desde Washington pero operado por los judíos comandados por Benjamín Netanyahu, es superior a los 11 mil millones de dólares y ha desplazado de sus hogares a 390 mil personas.
El Ébola en cambio ha dejado a 972 muertos, ha provocado el cierre de varias fronteras en África, ha desplazado a 67 mil personas y ha tenido un costo –sumándole el de la polio y la tuberculosis en todo un año- 44 veces menos que el costo del ataque sionista judío perpetrado solo durante 40 días. Así es como podemos dimensionar la gravedad y peligrosidad del sionismo judío, como virus moral que afecta más a la humanidad que los daños bacterianos y virales ya mencionados. Así es como hay que ver el sionismo israelí para poder ponderar los daños que pudiesen causarnos a los no judío. Esto viene a cuento y lo menciono, porque en –agosto 17 a las 12 horas- hubo en la ciudad de México, en 11 ciudades del país y en más de 88 países, manifestaciones de condena contra los judíos sionistas por el genocidio último de palestinos en Gaza.
Varias organizaciones me han invitado a participar y no lo haré porque no sirve de nada. Los judíos solo reciben órdenes, dinero, armas, planes y logística para el genocidio de palestinos en Gaza, de parte de Washington, y ellos, los judíos israelitas y otros judíos de México, Argentina, EEUU, Canadá, Gran Bretaña, solo se prestan como sicarios, como asesinos a sueldo por el imperio norteamericano. En esta manifestación se le pide al gobierno de México que rompa relaciones con el estado de Israel, cosa que no puede suceder porque no está dentro de nuestra soberanía, decidirlo y ejecutarlo, nosotros como país, al igual que Israel, solo somos piezas menores en el tablero de la política hegemónica. La relación diplomática –si a esto se le puede decir diplomacia- y el Tratado de Libre Comercio México/Israel, no lo diseñamos nosotros ni Israel, nos lo impusieron los gringos porque nos consideran su servidumbre, lo mismo que consideran a los israelitas y a los judíos con nacionalidad estadounidense, como sus sirvientes, con la salvedad que ellos son para Washington, una servidumbre de más categoría que los mexicanos, así lo veo y siento. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
Zuloaga 22 c. p. 27140 Torreón, Coahuila. Tel. Cel. 871 211 95 91 – E-mail ah.pd@hotmail.com
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