Hay que recordarles a Peña Nieto y a David Penchyna que el delito de Traición a la Patria no prescribe.
Dossier ahpd 511 agosto 5 de 2014
Traición a la Patria es un delito muy grave, el artículo 123 Fracción XII así lo establece. Sin embargo en México, quienes incurren en este vil y feo delito no se preocupan en lo mínimo, porque para eso cuentan con suficientes cómplices en el Congreso, para derogar toda ley que les implique en esa violación, y que les aplique sanciones carcelarias o pecuniarias.
El lector Álvaro Carlos Aldama y Luebbert del Distrito Federal, recomienda recordarles a algunos políticos y funcionarios públicos que el delito de Traición a la Patria no prescribe. Y el periodista Enrique Galván Ochoa, nos proporciona el texto del artículo 123 constitucional que reza: “Se impondrá la pena de prisión de 5 a 40 años y multa de hasta 50 mil pesos, al mexicano que cometa Traición a la Patria en algunas de las formas siguientes: Fracción XII. Trate de enajenar o gravar el territorio nacional o contribuya a su desmembración.” Aquí podemos observar que más de 450 diputados federales y más de 100 senadores de la república, junto con Enrique Peña Nieto, Pedro Joaquín Coldwell, Osorio Chong y Jesús Murillo Karam, entre otros muchos miembros del gabinete peñista, incurren flagrante y probablemente en el delito de Traición a la Patria, extendiéndolo además a toda ella, por lo que la pena debiera ser para ellos mayor.
Ahora preguntémonos: ¿Alguien los va a juzgar y a condenar por tan vil y feo delito? ¡Nadie!... nadie estimado lector. La ley se hizo para que unos cuantos sean los beneficiarios de ella y para que las mayorías sean sancionadas cuando el caso lo requiera. Además, Peña Nieto con las reformas y las leyes secundarias prácticamente está “legalizando” lo ilegal, lo que desde hace tiempo se está haciendo y que, entre otros delitos, se puede tipificar como Traición a la Patria. En México, para empezar a entender cómo funciona la cosa pública, hay que saber que jueces y magistrados son servidumbre del ejecutivo, al igual que la mayoría de legisladores, sean estos diputados o senadores o legisladores estatales; todos, sin excepción, creen que se “deben” al presidente de México y en otros casos a los gobernadores, los que en ninguna instancia harán nada que no les sea ordenado por el propio presidente.
Como Peña Nieto y todos los que debajo de él gobiernan, y los que desde arriba le ordenan qué hacer, saben que se está incurriendo flagrantemente en el delito de Traición a la Patria, lo están “solucionando” de la manera más simple: Van a derogar del Artículo 123 constitucional, la Fracción XII. Y otras que inculpen a quienes de hecho, y sin derecho alguno, han incurrido en el vil y feo delito de Traición a la Patria. De esto se tratan “Las Reformas” y “Las Leyes Secundarias” de descomponer los textos constitucionales para “legalizar” lo ilegal, entregar lo nuestro y facilitar la entrada a nuestro país a actores y factores extranjeros que incidan de manera “aparentemente legal” para adueñarse de los recursos nacionales, y que estos sean compartidos por oligarcas y plutócratas nacionales ligados a las trasnacionales.
Me refiero a oligarcas como Alberto Bailleres el de PEÑOLES, Germán Larrea Mota-Velazco del Grupo México –Mina Pasta de Conchos-, a Claudio X. González de Kimberly Clark, a Alonso Ancira de Altos Hornos, Roberto Hernández de Banamex y otra docena de vividores, co-dueños de México.
No cabe la menor duda de que muchos de los políticos y funcionarios públicos que nos están gobernando incurren, por comisión u omisión, en el delito de Traición a la Patria. Esta gente además nos engaña, y encubre a través de los medios de comunicación (TELEVISA-TV Azteca-Telecable-Prensa y Radio) la realidad de lo que acontece en México. Políticos y funcionarios públicos nos mienten en la TV y los otros medios, y pagan sus mentiras con dinero nuestro, de ahí que los comunicadores –Marín, López Dóriga, Adela Micha y cientos más- trabajan de cómplices de quienes traicionan a la patria. Comunicadores que durante décadas se dedicaron a mentir para enriquecerse. Como Jacobo Zabludovsky, por ejemplo, que ahora en el ocaso de su vida intenta remendar el mal que hicieron; hablan de historia con toda mesura, es que quieren crear la imagen, la suya propia, como si se tratase de gente decente. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
Zuloaga 22 CP 27140 Torreón Coahuila Tel.Cel. 871 211 95 91 blogspot http://eleccionesizquierda.blogspot.mx/ , E-mail ah.pd@hotmail.com
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