Pasta de Conchos Germán Larrea y Vicente Fox

Pasta de Conchos Germán Larrea y Vicente Fox

A más de ocho años, el gobierno federal aún cobija de impunidad al dueño de la mina Pasta de Conchos, Germán Larrea Mota-Velasco.

Dossier ahpd 515                                                                    Agosto 9 de 2014

8 Años y 171 días han permanecido los cuerpos de los mineros en Nueva Rosita, Coahuila, en la mina Pasta de Conchos propiedad de Germán Larrea Mota-Velazco, un hombre muy rico y muy desalmado. Vicente Fox y Calderón lo protegieron, y hoy al parecer, el procurador Jesús Murillo Karam, con tal de defender a Germán Larrea, acusa falsamente –de nuevo- al líder minero.

El 19 de febrero del 2006, aproximadamente a las 2.30 a. m. se suscitó un accidente en la mina Pasta de Conchos, en Nueva Rosita, Coahuila; hubo una explosión de gas grisu que llevó la temperatura a los 600 grados. Inmediatamente, los representantes de Germán Larrea Mota-Velazco y el secretario del trabajo, dieron por fallecidos a los mineros siguientes, negándose a rescatarlos -por el costo “alto e innecesario” del operativo-: Javier Pérez, Amado Rosales, Jesús Morales, Lauro Olacio, Guillermo Iglesias, Adrián Barbosa, José Luis Calvillo, Oscar Javier Cerda, José Ángel Guzmán, Roberto Zapata y Mario Alberto Ruiz. Pedro Dueñez Posada, Ricardo Hernández Rocha, Jesús Rodríguez Torres, José Alberto de León, Fermín Narváez, José García, Rolando Alcocer, Roberto Guerrero, Gilberto Rico, Ignacio Hernández y Jorge Antonio Tovar.
También: Juan Manuel Rosales, Jesús Álvarez, Agustín Botello, Jorge Bladimir Muñoz, Ignacio Campos, Juan Antonio Cruz y Juan Fernando García; Jesús Cortez Ibarra, Tomás Patlán, Juan Arturo Salazar, Felipe de Jesús Torres, Feliciano Vázquez, Pablo Soto, Hugo Ramírez, José Alfredo Ordoñez, Margarito Cruz Ríos y Gregorio Rangel; Margarito Zamarrón, Eliud Valero, Julián Martínez Ojeda, Raúl Villasana, Juan Antonio Cárdenas, Gilberto Ríos, Guillermo Ortiz, Mario Cordero, José Porfirio Sibrián, José Ramón Hernández, Juan Raúl Ortega, Luis Jorge de Hoyos y Arturo García.
Además: Mauro Antonio Sánchez, Ernesto de la Cruz, José Alfredo Silva, Jorge Arturo Ortega, Juan Ramón Barrientos, Juan Martín Gómez, Reyes Cuevas, José Armando Castillo, Isidoro Briseño, José Manuel Peña, José Isabel Mijares, Jesús Viera y José Eduardo Martínez. Todos estos fallecidos, fueron víctimas de un crimen industrial en que los cómplices son el dueño de la mina, Germán Larrea Mota-Velazco y el secretario del trabajo, y no se han rescatado los cuerpos porque al señor dueño de la mina se le hace que es muy caro y porque nuestro gobierno no está para servir al pueblo sino para servirse de él y para que la oligarquía y los plutócratas como Germán Larrea, puedan seguir enriqueciéndose a costa de sus trabajadores.
Como el líder de los mineros, el señor Napoleón Gómez Urrutia, culpó a la empresa minera Grupo México y a la secretaría del trabajo por la falta de seguridad en dicha mina, Vicente Fox, para congraciarse con el dueño de la mina porque fue de los que más dinero le dieron para su campaña neo-porfirista a la presidencia de “Los Amigos de Fox”, prefirió fabricarle un delito al líder minero, cosa que ha ido funcionando muy mal, porque de 11 acusaciones, las once se las han ganado los abogados de Gómez Urrutia. El gobierno de Felipe Calderón prosiguió encubriendo a Germán Larrea y tampoco hizo nada para rescatar los cuerpos de los mineros, y la desgracia para las familias de los fallecidos no para ahí, ahora hasta el gobierno de Peña Nieto, por alguna$ razone$, sigue protegiendo al patrón.
El procurador de justicia de la nación, Jesús Murillo Karam, lo he dicho varias veces, es un árabe/mexicano conocido como un político mediocre, e inepto funcionario público; ha sido gobernador de Hidalgo, legislador, y ha ocupado un sinnúmero de puestos dentro de la cosa pública y jamás ha brillado por ser apto, ni como servidor público ejemplar; su condición de mexicano/libanés lo pone “en automático” en el plano de los expertos en hacer negocios, sobre todo negocios para el enriquecimiento de él y de sus allegados, sean estos familiares, paisanos del mismo origen o compañeros del partido político al que pertenece. Hoy, Murillo Karam, espero que no sea por órdenes de Peña Nieto, sigue queriendo amparar a Germán Larrea el dueño de la mina Pasta de Conchos, donde, para vergüenza de los mexicanos -no de nuestros gobernantes porque estos no la tienen-, los cuerpos inertes de las víctimas de Germán Larrea (Pasta de Conchos), continúan ahí igual, sin que haya un gobierno –representativo del pueblo- que tenga interés en rescatarlos, y tampoco en hacer algo, lo mínimo siquiera, para que la justicia llegue hasta donde deba llegar. O, ¿usted qué opina, apreciable lector? 
Atenta y respetuosamente

Augusto Hugo Peña D.

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