martes, 28 de febrero de 2017

Trump nos cayó como una plaga de langosta en el peor momento

AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 1303   Febrero 24 del 2017
Trump nos cayó como una plaga de langosta en el peor momento porque estamos gobernados por el peor gobierno que jamás –en los últimos 80 años- hubiésemos tenido. El hecho que la insolencia de Trump sea un gran problema para los mexicanos, no debe distraernos de los graves problemas que tenemos al interior, con nuestros gobernantes.
Así como nuestros malos gobiernos han expulsado de México a millones de mexicanos a EEUU para buscar el sustento de sus familias, así debemos expulsar a los pésimos gobernantes que están al frente de nuestras instituciones. En primerísimo lugar hay que expulsar al PRI que es el más dañino mal que nos aqueja, neguémosle nuestro sufragio. ¡Son ineptos y corruptos!
Ya es ocioso decir insistentemente que los Duarte, los Moreira, Borge y Peña Nieto son unos tipos deshonestos, ineptos y rateros, porque todos los que nos gobiernan lo son en menor o mayor grado. El sistema de gobierno que no de política, impuesto por el PRI y muchas veces coludido con el PAN y otros partidos, ha propiciado el deterioro socioeconómico y político del país, durante los últimos 34 años. Nuestros gobiernos han resultado ser una plaga más dañina que Trump, este fascista que nos tiene contra la pared, tanto a los mexicanos como a nuestro gobierno, el que no tiene bases ni compostura para enfrentar el reto malicioso que nos presenta como nuevo gobernante en Estados Unidos. EEUU está presidido por un extravagante y pendenciero sujeto.
Mientras Peña Nieto y la pandilla que le acompañan en la tarea de mal gobernarnos, no sabe qué hacer ante los ataques brutales e insensatos que Trump nos aplica un día sí y otro también. Los mexicanos ya no solo tenemos la ingente necesidad de defendernos de Peña Nieto y su inútil gobierno sino que ahora debemos ver por los mexicanos que moran en EEUU, y que lo hacen porque que México los ha expulsado del suelo patrio debido a que cada día han tenido menos oportunidades de progresar y sacar a delante a sus familias de forma, aunque humilde, sí, un tanto decorosa. Debemos buscar las formas de obligar a nuestro gobierno que impulse el desarrollo interno de los PYMES, empresas medianas, pequeñas y micro negocios porque en ellas está la solución para resolver los problemas del desempleo.
El crecimiento de México –en nuestro producto interno bruto, el PIB- en realidad es un decrecimiento, porque crecer al 1.9% anual durante los últimos 34 años en promedio, no basta para resolver nuestro requerimientos, sean estos de salud, de educación, bienestar y seguridad social, ya que México en sus necesidades demográficas, requiere mínimo un crecimientos superior al 4% para cuando menos no empequeñecer las perspectivas de desarrollo y progreso nacional. Este fenómeno de decrecimiento no es culpa ni responsabilidad de los mexicanos sino del gobierno, y como los gobiernos, desde el de La Madrid hasta el de Peña Nieto, a lo que se han dedicado es a saquear el país, a desnacionalizar nuestra economía, porque se montaron en el mito de la globalización y el neoliberalismo, cosas que nos llevaron al desastre que ahora vivimos.
El desastre al que me refiero no solo proviene de la falta de capacidad e ineptitud de quienes nos gobiernan, cuestiones patentes a la vista, sino de la inmensa corrupción con la que se manejan y trabajan con un solo fin, enriquecerse en base a robar al erario y empobrecer a los mexicanos.
Por más que Peña Nieto y algunos de sus secretarios insistan neciamente que los problemas nos vienen del exterior, no es cierto. Los problemas más graves son internos, tanto de seguridad interior como sociopolíticos y económicos, derivados todos ellos de la alta corrupción e ineptitud de los gobernantes, por ello reitero, que es ocioso tratar de echarle culpas a los Duarte, a Borge y a los Moreira en Coahuila quienes han brillado por ser rateros consuetudinarios e ineptos, sin embargo y a pesar que estos brillan como sinvergüenzas, ineptos y cínicos, la realidad palmaria es que todos los que nos gobiernan, sean del partido que sean, son rateros e ineptos, unos más que otros, y la muestra fehaciente de ello es el deterioro que han propiciado en México, y el enorme daño que le han hecho a los mexicanos y a nuestras instituciones.
¿Y, a dónde nos lleva esto? A buscar e implantar un cambio generalizado interno justo y equitativo que sea benéfico para todos los sectores de nuestra sociedad, empezando por el sector menos favorecido. ¿Cómo lograrlo de manera pacífica y legal? Así como estos malos gobiernos expulsaron a millones de conciudadanos a buscar el pan para sus familias a EEUU debido innegablemente a la corrupción y a la ineptitud de quienes están al frente de nuestras instituciones, así debemos y tenemos que expulsarlos a ellos, sufragando por nuevos elementos humanos que prometan y cumplan. Estos es, en primerísimo lugar, repudiar con nuestro voto al PRI que es el partido más corrupto, dañino e inepto –políticamente hablando- de tal suerte que si logramos sustituir poco a poco a las alimañas que nos gobiernan, por elementos que amen a su patria, lograremos un avance hacia estadios más promisorios, olvidándonos de Trump, porque nos guste o no, algo hay que agradecer a este fascista de mierda, el que con sus tuits hartos en sandeces, ha demostrado que el problema de México es nuestro gobierno. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Si deseas leer mis anteriores escritos, puedes hacerlo ingresando a Google en: elnuevoblogdeaugustopena.blogspot.com
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
Ah.pd@hotmail.com

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