No hay que apanicarnos con lo que Trump nos está infringiendo porque ya nos llevó al baile y no hay más que un remedio

No hay que apanicarnos con lo que Trump nos está infringiendo porque ya nos llevó al baile y no hay más que un remedio.

AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO     Dossier ahpd 1310    Febrero 28 del 2017

El 24 de febrero dos ingenieros de nacionalidad india, comían plácidamente en un restaurante de un pueblo de Kansas, y otro comensal gringo se paró ante ellos y a grito pelado les pidió que se larguen de su patria. El dueño de inmediato lo corrió del establecimiento y se disculpó con los ingenieros. Media hora después regresó el gringo, portando una pistola y la disparó contra ellos, matando a uno e hiriendo gravemente al otro. ¡Trump despertó el racismo!

No hay que apanicarnos con lo que Trump nos está infringiendo porque ya nos llevó al baile y no hay más que un remedio. Me baso en los dichos del General Jorge Carrillo Olea, mente brillante que ve como solución el cambio de liderazgos políticos, sufragando contra el PRI, para sacarlos del poder, porque debido a su corrupción implícita nos ha hecho vulnerables a cualquier ataque.

Cuando se abre La Caja de Pandora de la que brotan todos los males y que el menor de ellos es el racismo, desde que inició su pre campaña hasta hoy, 35 días de que tomó el poder, muchos casos como el de estos dos ingenieros de la India se han suscitado, convirtiendo a EEUU en un caos en donde el desconcierto se va multiplicando día a día, y no solo dentro de EEUU en donde despertó el racismo y el delirio de grandeza que millones de gringos albergan en su alma debido a su tácita mediocridad y su abundante frustración porque han perdido su competitividad ante otros pueblos y otras razas. Despertó al enano que todo gringo lleva en sus entrañas.

Les ha dicho y convencido a los gringos mediocres, que son la máxima creación del universo, y a los enanos los ha hecho creer que ya se han convertido en gigantes, los que no tardarán en percatarse que las promesas de este padrote y pelafustán neoyorquino, son puro humo y saliva y, que más pronto que tarde, la realidad los retornará a la mediocridad, al enanismo y frustración de la que gozaban antes de que Trump se entronizara de presidente en su Casa Blanca, de donde se emiten Órdenes Ejecutivas, todas ellas, de un corte harto en idiotez palmaria. ¿Qué le costaba a Trump continuar el muro que otros presidentes iniciaron sin hacerla de pedo? No, lo que hizo y al parecer seguirá haciendo, es asirse del escándalo amenazadoramente para enaltecer su figura y no la de Estados Unidos.

EEUU no va a crecer en base a bufonas pendejadas como las que esgrime su nuevo presidente. El que es grande siempre lo será mientras sepa darle su lugar –correcta, y diplomáticamente- a sus contrapartes, según los cánones del poder hegemónico establecido durante siglos. Los romanos entraron en un declive paulatino, cuando fueron haciéndose del poder los déspotas dictadores, Julio César y Augusto fueron, quienes llevaron al zenit del poder a Roma, pero no recapacitaron que eso no es para siempre y se sentaron en el despotismo. Estados Unidos con Trump está en esa etapa crítica que los llevará al declive hegemónico, a menos que a algún gringo se le ocurra que es necesario deshacerse de Trump, a tiempo, como lo hicieron con los hermanos Kennedy.   

Por lo pronto, a México y a los mexicanos ya nos llevó al baile, y pagaremos las consecuencias de esa actitud agraz que Trump ha mostrado –de manera enfermiza según mi criterio- hacia un México que durante 200 años les ha mostrado sumisión y les ha proporcionado pingües ganancias de toda índole, geográfica, territorial, hegemónica, económica y social. ¿Qué más quieren?

Creo que se ha ensañado contra nosotros porque sabe que nuestro gobierno –el de Peña Nieto- hierve en la deshonestidad y la ineptitud, porque si así no fuere, nada podría hacer contra México ni contra los mexicanos, pero con Peña Nieto nos tiene asidos de los tanates, por lo que Peña Nieto no se mueve ni un ápice en contra de sus baladronadas, sus abusos y amenazas cumplidas, porque a nuestro gobierno le sería muy doloroso, como perder el poder, por ejemplo. Bien lo ha dicho el general Jorge Carrillo Olea, fundador del CISEN, Centro de Investigación y Seguridad Nacional, dependiente de la Secretaría de Gobernación, y por ende del presidente, que México, debido a la alta corrupción gubernamental y a la impunidad impuesta por éste, es vulnerable en todos los sentidos, pero que hay un camino para resolver este problema. ¿Cuál es?

El cambio de gobierno acabando con el PRI, el que tiene 71 años en el poder y ello, debido a la mediocridad de la clase política, y que se ha corrompido ruin y enormemente, dejando al garete, las instituciones, las que a su vez se han deteriorado al grado sumo de no servir ya más para lo que fueron creadas e instituidas. Hay que generar un cambio en los liderazgos de la clase política, porque sería ocioso culpar a una o dos de nuestras instituciones, todas, de la presidencia, hasta la de salud, educación, agricultura y ganadería, la del trabajo, gobernación, energía y relaciones exteriores entre otras, están inmersas en un mar de corrupción, de ahí nuestras debilidades, y el por qué Trump pueda abusar de nosotros impunemente. SEDESOL y la Procuraduría General de la República, son las muestras innegables. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?

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Atenta y respetuosamente

Augusto Hugo Peña D.

Ah.pd@hotmail.com