LA LUCHA DE CLASES EN MÉXICO ya se está dando en varios escenarios
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 957 abril 20 de 2016
Peña Nieto y los poderes fácticos que llevan en sus alforjas el poder hegemónico nacional han inducido una lucha de clases que se ha vuelto virulenta en contra del estamento económico y sociopolítico que la impulsa, los de arriba. El estamento de los de abajo que somos 121 millones de mexicanos, le estamos dando la batalla a los de arriba. Dos casos entre muchos lo indican.
Solo un ciego, un lerdo o un analfabeta –políticamente hablando- no se da cuenta que la lucha de clases en nuestro país está en pleno apogeo. Mencionaré dos escenarios de los cientos que se están dando a lo ancho y largo de la república. El relacionado con los 43 de ayotzinapa y los episodios vergonzosos relacionados con la reforma cultural en la que Peña Nieto cometió un doble error. El primero al poner en la secretaría de educación a Emilio Chuayffet Chemor. El segundo, peor que el primero, fue el de colocar a su amigo –y no por ello un muy lerdo personaje- Aurelio Nuño, al frente de la misma secretaría, cuando Chuayffet Chemor se retiró no por enfermedad sino por inútil y maleducado. Me explico:
1.- El caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa, enfrentados por policías municipales pero dirigidos por policías federales, estatales y militares. Episodio en el que resultaron 6 muertos oficialmente, decenas de heridos, oficialmente, y 43 desaparecidos a los que el Estado mexicano con todo el aparato policial, militar, de inteligencia, económico y político, NO HAN PODIDO ENCONTRAR. Los comentarios de Hilary Clinton lo menos que hacen es ridiculizar al gobierno de México, o sea a Peña Nieto. El primer ministro de Dinamarca, lo mismo que la reina de ese país y la canciller de Alemania, le mencionaron personalmente a Peña Nieto el asunto y más que un cuestionamiento, lo hicieron, ofreciéndose a resolverlos, debido absolutamente, a que este gobierno, desde Peña Nieto hasta el más humilde cuico, pasando por Arely Gómez, por Salvador Cienfuegos y Miguel Ángel Osorio Chong, no lo resuelven porque no quieren embarrarse de la verdad, no la histórica inventada, sino de la real, en la que el ejército y la policía federal no solo atestiguaron sino que tuvieron participación activa, y porque fue un crimen de Estado.
2.- La reforma cultural en la que un bisoño en la política pero insuflado personaje con la soberbia de su jefe que lo puso a resolver problemas más grandes que sus capacidades, me refiero a Aurelio Nuño, ha producido muchísimos problemas políticos, sociales y económicos al país, tantos o más –en lo social y lo político- que el asunto de los 43 normalistas desaparecidos. ¿Por qué? Porque tal reforma no es reforma sino contra reforma. Es una medida retrógrada que lo que pretende es someter al gremio magisterial a la orden del presidente -como en la época de Salinas- y no para mejorar la educación ni la calidad del magisterios sino para someterlo, cautivarlo, comprarlo como si se tratase de ganado, y o denostarlo y retirarles sus justos emolumentos contemplados en el artículo 123 si no se someten a los designios de un solo hombre, Enrique Peña Nieto.
En estos dos casos –pero hay cientos- está tipificada una lucha de clases, en la que dos estamentos se contraponen debido a sus intereses. Los pocos de arriba contra una muchedumbre, los de abajo. Y… ¿Quiénes son los de arriba y quienes los de abajo?
Los de abajo somos el estamento de los mandantes. Somos más de 121 millones de mexicanos, y lo único que queremos es que los de arriba no sean usufructuarios del sudor y del trabajo nuestro. Queremos que no nos engañen ni roben. Que no nos asesinen para encubrir sus trapacerías. Necesitamos que alguien honesto y sapiente nos gobierne y no unas piltrafas de personas como los que menciono en este escrito, y muchas más que se han adueñado con sus reformas –contra reformas- de la voluntad, los anhelos y las riquezas de los mexicanos y de México. Los de arriba son Peña Nieto y toda su parafernalia gubernamental que gobierna para los de más arriba, los ricos, las trasnacionales y los designios de Washington, oponiéndose a nuestras necesidades y provocando esa lucha de clases que menciono, y la que al parecer, debido a estos dos casos que comento, el de los 43 de Ayotzinapa y la reforma educativa que ya hizo explotar al magisterio y al alumnado de Instituto Politécnico Nacional, para defender lo que es suyo, como es su derecho constitucional y su libre albedrío, los de arriba nunca podrá someter a los de abajo, solo y únicamente por lo injusto de sus cometidos. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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