martes, 12 de abril de 2016

Artículo 29 de la Constitución; Peña Nieto se lo pasará por el Arco del Triunfo

Artículo 29 de la Constitución; Peña Nieto se lo pasará por el Arco del Triunfo


AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO     Dossier ahpd 948  marzo 31 de 2016

ARTÍCULO 29: En los casos de invasión, perturbación grave de la paz pública, o de cualquier otro que ponga a la sociedad en grave peligro o conflicto, solamente el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, con la aprobación del Congreso de la Unión o de la Comisión Permanente cuando aquel no estuviere reunido, podrá restringir o suspender en todo el país o en lugar determinado el ejercicio de los derechos y las garantías que fuesen obstáculo para hacer frente, rápida y fácilmente a la situación, pero deberá hacerlo por un tiempo limitado, por medio de prevenciones generales y sin que la restricción o suspensión se contraiga a determinada persona. Si la restricción o suspensión tuviese lugar hallándose en Congreso Reunido, este concederá las autorizaciones que estime necesarias para que el Ejecutivo haga frente a la situación; pero si se verificase en tiempo de receso, se convocará de inmediato al Congreso para que las acuerde. (Reformado mediante decreto publicado en el diario oficial de la Federación el 10 de febrero de 2014) 
Este es el único artículo que le hace falta reformar para legalizar las partidas de madre que nos da a todos los mexicanos, con sus ralas excepciones. Peña Nieto ha demostrado su falacia natural y su genética ruin. Cuando fue gobernador del Estado de México, en el caso de Atenco, demostró una brutalidad pocas veces vista en el México moderno. A quienes protestaban dentro de sus derechos, para evitar que se les expropiaran sus tierras con el fin de construir un aeropuerto nuevo, dio órdenes explícitas a su policía estatal, de golpear y violar a los protestantes. El golpear brutalmente a los hombres y violar igualmente de forma brutal a sus mujeres, dejó su sello y tarjeta personal para que se supiese que él carece de escrúpulos nacionalistas e incluso humanitarios y que habría que andarse con cuidado al meterse con él. 
Ni duda cabe que las reformas que ha llevado a cabo –aunque incompletas- trataron de legalizar lo que ya se hacía violentando la Constitución. En este caso sobre el artículo 29 Constitucional es igual porque desde que el ejército está en las calles, desde que suceden casos como los de Tlatlaya, Apatzingán, Allende, Coahuila, San Fernando, Tamps., y específicamente el de los 43 de Ayotzinapa, se da por hecho que los derechos constitucionales de los individuos son violados flagrante y cotidianamente sin tener que reformar la Constitución ni acudir al Congreso para darle facultades a Peña Nieto para que cuando se le pegue la gana, decrete un Estado de Excepción, pasándose por el Arco del Triunfo el artículo 29 de nuestra Carta Magna, y toda La Constitución. 
Peña Nieto tiene dos fijaciones que lo desnudan ante su pueblo. Una es que cree a pie juntillas que los mexicanos somos estúpidos y pendejos –su hija lo dijo y fue sin duda porque ha oído a su padre-, y otra, es que cree que como Luis XIV, él es el Estado, y por ello puede hacer cualquier barbaridad sin que nadie le pueda reclamar y repudiar por la vileza de su comportamiento. Lo vimos con el caso de La Casa Blanca de Las Lomas, la que le obsequió un contratista (El de Constructora HIGA) a cambio de contratos de obra pública inflados en hasta un 40% de su valor real. Tan pronto como se hizo el escándalo de su felonía, revivió una secretaría ya muerta, la de la Función Pública, y puso a uno de sus sirvientes de secretario para que lo exonerara. 
  Es un hecho que Peña Nieto es un tipo sin luces propias, y que requiere de gente que lo anime, lo haga lucirse y además lo ampare, de ahí que también es un hecho que él no es quien manda y dicta en México. Peña Nieto es solo el gerente de México S. A., un negocio de unos cuantos oligarcas nacionales, de las trasnacionales radicadas en nuestro país y de los designios de Washington. Por ello fue que lo llevaron a la presidencia aun robándosela; el fraude electoral estuvo presente y fue patente. ¿Quiénes fueron los que avalaron en primer término su arribo a Los Pinos? Barack Obama, El Consejo Coordinador Empresarial en voz de Claudio X. González, y la crema y nata de la oligarquía nacional. Todos ellos representando la imagen de Paco Miller –el titiritero-, Peña Nieto en el papel de Don Roque –la marioneta-, y nosotros, los mexicanos todos, las víctimas, siempre prestas a que nos raje la cara ese bravero monigote, en todo momento en que se le antoje al señor Peña Nieto, quien por cierto ya empezó la tarea de asesinar el federalismo nacional, en La Laguna a partir de hoy, la policía es con MANDO ÚNICO y depende del ejército, y ya, ¿para qué quiere un estado de excepción? Ya lo tenía, lo tiene y lo seguirá teniendo a pesar del artículo 29 constitucional. O, ¿usted qué opina, apreciable lector? 
Atenta y respetuosamente 
Augusto Hugo Peña D. 

Zuloaga 22 c. p. 27140 Torreón, Coahuila. Tel. Cel. 871 211 95 91 – E-mail ah.pd@hotmail.com 

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