miércoles, 30 de julio de 2014

La casa mudéjar y el síndrome de los Moreira

 La casa mudéjar y el síndrome de los Moreira.


Dossier ahpd 496                                                     julio 27 del 2014  
La directora del departamento de cultura de Torreón, sin hacer estudios previos, está pensando en hacer de la casa mudéjar otro museo, como tantos otros que hay en la ciudad y que solo son resumideros sin fondo de dinero del erario y lugar para ocupar a cuates y familiares de políticos

Apenas estrenó directora el Departamento de Cultura de Torreón y ahora resulta que ya hay planes de hacer de la casa Mudejar un museo, cuando es bien sabido que el síndrome de Humberto y Rubén Moreira es el de abrir recintos museográficos para desviar dinero público y para ocupar a sus cuates y familiares en las administraciones de dichos museos. Cualquier lerdo sabe que los museos en Torreón son poco visitados porque no hay la promoción adecuada o porque a la gente les vale un comino la cultura.
Hace años se pensó en hacer de la casa mudéjar un centro cultural en donde hubiese una biblioteca aportada por miembros de las diferentes etnias –nacionales y extranjeras- como un acervo de nuestras raíces. En ese centro cultural se impartirían clase de idiomas, de arte en sus diferentes facetas, y se compartiría el coste del mantenimiento, entre las dirigencias de esas etnias locales, la autoridad municipal y la estatal, y así no se convertiría en lo que hoy son la mayoría de los museos en Torreón, unos resumideros sin fondo del erario, y centros de ocupación de cuates y familiares de la clase política y la alta burocracia autóctona.
Pondré solo un ejemplo de la inoperancia de los museos en Torreón; me referiré a uno de los más visitados, el del Bosque Venustiano Carranza, y dos cuestionamientos son los únicos necesarios para saber si funciona bien o si es un resumidero de los dineros del pueblo y que solo satisfaga los intereses de los gobernantes ineptos y deshonestos. 1.- ¿Cuánto cuesta –en dinero- mantener dicho museo al año? Y 2.- ¿Cuántos visitantes tiene en el mismo lapso dicho museo. Y Cuantos visitantes pagan la entrada y cuantos son invitados, como es el caso de escolares que mandan a los museos y los pagan y acarrean algunas empresas particulares y los gobiernos del estado y el municipio? Con estos dos datos podemos determinar el bueno o el mal funcionamiento y de ahí –como todo es perfectible, hasta los desastres- podríamos promocionar de mejor manera dichos museos para hacerlos viables y no solo unos elefantes blancos que sirvan para que unos cuantos, amigos o familiares de quienes nos gobiernan, encuentren chamba.
Entiendo que esta administración municipal como la anterior, cuenta con la mayoría del cabildo y con ellos, lo que debiera funcionar para el bien de la ciudad, se convierte en un desastre porque el alcalde se adueña de la voluntad del cabildo y hace lo que se le pega la gana. Si Riquelme quiere convencer que no es una suerte de pandilla entre él y el cabildo de mayoría priísta, debería someter –como muestra- la decisión de hacer de la casa mudéjar un museo o una casa de la cultura con participación ciudadana. De otra forma, si se va por la libre y hace lo que se le pega la gana, nos da el derecho de dudar de sus capacidades y de su honestidad, así que su nueva directora de cultura, mejor que se quede calladita. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
Zuloaga 22 c. p. 27140 Torreón, Coahuila. Tel. Cel. 871 211 95 91 – E-mail ah.pd@hotmail.com

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