Se pretende otorgar la medalla Belisario Domínguez a un mexicano tachable
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 832 octubre 31 de 2015
El presidente del consejo de administración de PEÑOLES es nominado por el senado de la república, probablemente inducido por órdenes del presidente para recibir la Medalla de Honor Belisario Domínguez. ¡Qué vergüenza! De lograr este cometido el senado, seguramente pronto se le otorgará dicha presea al Chapo Guzmán o a Carlos Salinas de Gortari. ¡Pamplinas!
¿Hasta dónde ha llegado la incuria del gobierno de Peña Nieto? Para darnos una idea de ello solo hay que echarle un ojo a las intenciones que tiene el senado de la república –por orden implícita o explícita del presidente- de otorgarle la medalla Belisario Domínguez a Alberto Bailleres González, presidente del consejo de administración de la Compañía Metalúrgica PEÑOLES, la que amén de explotar a los trabajadores mineros mediante contratos de trabajo a modo, con sindicatos que favorecen la parte patronal en detrimento de los trabajadores agremiados, contamina todos los espacios en donde trabaja, sean estos minas o tratadoras de metales como es el caso de PEÑOLES en Torreón, ciudad en la que abunda el aire, el suelo y el agua contaminados de metales y minerales no metálicos pesados, muchos de ellos altamente cancerígenos como es el cadmio.
Esto nos indica que el gobierno de Peña Nieto es omiso en sus obligaciones ambientales y que la salud de los mexicanos le importa un pito. A propuesta del presidente Ruiz Cortines, en el mes de enero de 1953 se expidió el decreto por el cual cada año se entregaría dicha medalla estipulando las condiciones siguientes: “Se crea la Medalla de Honor “Belisario Domínguez” del Senado de la República, para premiar a los hombres y mujeres mexicanos que se hayan distinguido por su ciencia o su virtud en grado eminente como servidores de nuestra patria o de la humanidad”. Requisito que Alberto Bailleres González no cubre porque se ha distinguido sí, por envenenar el medio ambiente, expoliar los recursos naturales de México para su beneficio y por explotar a sus trabajadores tal y como ya lo hube afirmado en renglones pasados.
Si de lo que se trata es de que Peña Nieto ofenda a los mexicanos y burle su inteligencia, entonces sí que se le otorgue dicha Medalla de Honor a quien no la merece, y si por lo contrario, quiere darle al pueblo el lugar y respeto que merece, que se borre de tal nominación a Alberto Bailleres, quien se ha hecho multimillonario en contubernio con las mafias en el poder. Al rato el PRI y sus cómplices del Verde y otros partidos, van a otórgales la Medalla Belisario Domínguez al Chapo, al Negro Durazo –póstuma- a Fox, a Felipe Calderón o a Carlos Salinas de Gortari. ¡Señores senadores México no está tan devaluado para perpetrar tal infamia!... Señor presidente, ¿Qué le pasa?
Una comisión de senadores será quien otorgue dicha presea; ellos son; Como presidente, Roberto Albores Gleason, del PRI. Secretarios, Zoé Robleda A. del PRD y Roberto Gil Zuarth, del PAN. Y otro integrante, Armando Melgar Bravo, del PRI-PVEM. Esperemos que no sean tan desvergonzados y cínicos y le rindan honor a quien honor merece y no a quien lo compre con los millones que gana beneficiándose con favores comprados a funcionarios públicos y políticos corruptos. México y los mexicanos no merecemos esta afrenta que envilece a quien otorga honor a quien no lo tiene y desprecia la vida de los próceres de la patria como Belisario Domínguez.
Desgraciadamente con este gobierno suceden estas cosas a diario, lo que es nada fácil detectarlas. Hay que espulgar cada noticia para enterarnos de estos casos. Yo en lugar del presidente y de los mencionados senadores, enviaba una comisión encabezada por la secretaria de salud la doctora Mercedes Juan López a La Laguna para verificar la inmensa contaminación que padecemos y de paso que se tomen medidas –solo las pertinentes- para evitar tantos casos de cánceres, diabetes, alzheimer, daños renales y saturnismo que infinidad de personas –sobre todo los menos favorecidos en lo social y lo económico- padecen de estos males y otros más. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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