domingo, 1 de noviembre de 2015

La transparencia el mejor antídoto contra la corrupción; Peña Nieto

La transparencia el mejor antídoto contra la corrupción; Peña Nieto 


AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO   Dossier a ahpd 829     octubre 29 de 2015


La transparencia no es la nueva frontera de las democracias, es la frontera de siempre. Tampoco la transparencia es el antídoto contra la corrupción; es solo una herramienta obligatoria que todo gobernante debe utilizar para rendir cuentas a las claras y no como todo se hace –políticamente- en México. ¡Ya basta de discursos! Con ellos el pueblo no va a comer. 

En el marco de la Cumbre Global de la Alianza para el Gobierno Abierto del 2015, Peña Nieto tuvo a bien lanzar una frase –como todas las que emite- hueca y anodina, que: “La transparencia es la nueva frontera de las democracias y a la par de la apertura gubernamental constituyen ‘el mejor antídoto’ contra la corrupción”. Cuando a todas luces –según es sabido- los mejores antídotos contra la corrupción –gubernamental- son la decencia, la honorabilidad y la honestidad de los políticos y los funcionarios públicos, cosa que en México, ambos, políticos y funcionarios públicos, adolecen de ese factor que enmarca aquello de lo que se carece. 
Peña Nieto cree que los mexicanos nos conformamos con sus discursos vacuos y que no comprendemos ni entendemos el porqué de los problemas que acogen y sufren tanto México como país y los mexicanos como parte del estado mexicano. Desgraciada e infelizmente el pueblo de México, las mayorías, padecen la inmensa corrupción y la impunidad que prevalecen incisivamente de parte de parte de nuestros gobernantes, los que llegan al poder generalmente de manera tramposa, comprando sufragios a los más pobres y engañando por medio de los medios de comunicación a toda la nación. La transparencia es solo una herramienta que obligatoriamente deben de utilizar los políticos para ganarse la credibilidad del pueblo. 
Y la credibilidad es precisamente de lo que carece Peña Nieto. Nadie cree en él ni nadie confía en él y por razones múltiples. En el caso específico de Peña Nieto porque desde sus inicios en la función pública su historial está harto de opacidades y de claridades sobre su actuar corruptivo. Siendo funcionario en el gobierno del estado de México dejó pasar todas las trapacerías de su tío, Arturo Montiel, y como gobernador su principal trabajo fue tapar las corruptelas del tío y las propias por supuesto. Ahí tenemos el caso de las adquisiciones de sus casas, La Casa Blanca en Las Lomas de Chapultepec y la otra, la del campo de golf. ¿Cómo creer en él?     
Agregó que: “Tomó las medidas pertinentes para adoptar una gestión transparente y de rendición de cuentas como la Red México Abierto, la Alianza para el Parlamente Abierto y la evaluación de políticas en este sentido, en cooperación con la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos)”. Todo esto dicho por él no representa nada, ni siquiera la menor garantía de que su gobierno marcha de manera transparente y mucho menos correcta y honestamente. Son muchos los casos negros o puntos ciegos en donde se pierde la certidumbre de su capacidad y honestidad, y por ello, creo que sería más contundente y deseable que mejor guarde silencio, ya que todos los mexicanos sabemos de su ineptitud y corrupción. Hay que hacerle saber al presidente que poco se le cree y que su escasa aceptación ante el pueblo, se debe precisamente a su falta de transparencia y no solo de él sino de todo su gabinete de incondicionales. 
El pueblo no come con sus discursos falsarios y menos obtendrá buenos servicios de salud con sus alusiones sobre la eficacia y honestidad de su gestión; mucho menos gozará de seguridad social y de educación. Lo que los mexicanos requerimos y urgentemente es, tener gobiernos sensibles a todo aquello que afecta negativamente a las mayorías, comenzando con los sueldos de hambre y la falta de empleos dignos. La pobreza se combatirá cuando todos tengamos un empleo digno que nos remunere lo necesario para poder llevar a nuestras familias el pan suficiente y que puedan cubrir las necesidades básicas familiares. ¡Ya basta de discursos! Póngase a trabajar señor Peña Nieto y cambie el rumbo de su gobierno hacia estadios más reales y promisorios. Ya es tiempo que entienda que con discursos el pueblo no come. O, ¿usted qué opina, apreciable lector? 
Atenta y respetuosamente 
Augusto Hugo Peña D. 
Zuloaga 22 c. p. 27140 Torreón, Coahuila. Tel. Cel. 871 211 95 91 – E-mail ah.pd@hotmail.com

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