El senador Omar Fayad envió una ley para restringir las críticas en internet
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 837 noviembre 5 de 2015
La ley Fayad se fue al caño pero subsiste dentro del gobierno la idea de que es mejor acallar las críticas que gobernar como Dios manda, correcta, apta y honestamente. El senador Omat Fayad ya puede decir a sus hijos que él envió una iniciativa de ley, misma que fue rechazada por las mayorías por ser una trampa para encarcelar y multar a quienes no les guste este gobierno.
El senador Omay Fayad, mandadero oficioso de la Secretaría de Gobernación y de la PGR, envió una ley al Congreso para acotar la libertad de expresión a los mexicanos y para acallar las críticas al gobierno de Peña Nieto debido a sus incapacidades, a la corrupción del sistema político, a la impunidad en la que se ampara y a la mala fe con que se actúan tanto políticos como funcionarios públicos. El propio senador Fayad es producto de la corrupción e impunidad generada siempre en el estado de Hidalgo, la tierra de los caciques.
Pretendía que las críticas de que es objeto este gobierno debido a sus incapacidades y corruptelas se acallaran y luego, después de infinidad de respuestas negativas todas a su mencionada ley o iniciativa en el senado dio marcha atrás y se escuda en su propio dicho vergonzoso de que lo hizo con buenas intenciones para acotar espacio a los delincuentes, y preguntémonos, ¿son delincuentes quienes protestan por los hechos sinvergüenzas de las adquisiciones de las casas de las que se hicieron Peña Nieto, su esposa y el secretario de hacienda?... ¿es acaso un delito protestar por los hechos de Iguala, de Ayotzinapa, de Apatzingán y tantos otros que nos demuestran que el Estado Mexicano, reprime con la muerte y encarcelamiento de personas inocentes aduciendo legalidad, cuando esta está ausente?
Senadores como él y él mismo, ayer demostraron que su trabajo no ha sido el de representar al pueblo de México como es su obligación sino el de hacer todo lo posible y lo imposible –como otorgarle La Medalla de Honor Belisario Domínguez a uno de los peores mexicanos de esta época, me refiero a Alberto Bailleres González, el dueño de PEÑOLES, quien se ha enriquecido desmesuradamente a base de fraudulentos tratos con la clase política que nos representa, ¿nos representa? ¡Claro que no! Representa y gobierna para unos cuantos, para ellos mismos y para los privilegiados de este sistema, dejando al descubierto y en el olvido la seguridad y el bienestar de los mexicanos, entonces, ponderando el trabajo de Omar Fayad, lo único que sacamos en claro es, que él es parte del problema que embarga a los mexicanos y no de la solución de los mismos.
Fayad es hijo de Ahmed Fayad, un libanés que vino a México huyendo de los peligros de la guerra, la hambruna y las miserias en su patria, México lo acogió y estoy seguro que trabajó arduamente para sacar adelante a su familia, la que formó en México, reitero, trabajó ardua y honestamente como la mayoría de los allegados del país de los cedros lo han hecho, me consta por la cercanía que he tenido, por gracia, con los libaneses. Entonces, de donde salió este engendro de senador que sirve en primer lugar a él y a sus cómplices. Si yo fuera su padre pero que por fortuna no lo soy, sentiría una vergüenza profunda por no haber podido llevarlo por el camino del bien, del buen agradecimiento a sus orígenes y a la patria que acogió a su progenitor.
El senador Fayad es el puntero para suceder al actual gobernador de Hidalgo en su puesto, lo respalda el PRI, Osorio Chong y Murillo Karam, dos ex gobernadores de ese estado, y al parecer no tiene contrincantes de otros partidos. Por siempre el Estado de Hidalgo, como Coahuila y Durango entre otros estados, siempre han sido gobernador por el tricolor, el revolucionario institucional que de institución y de revolucionario no tiene nada, absolutamente nada. A Fayad le hace falta saber que el ser político lo obliga a saber que la política no se trata de robar, de mentir y de engañar a los gobernados sino de crear las condiciones necesarias para que el pueblo reciba seguridad social, educación, salud y un bueno y digo empleo para satisfacer las necesidades básicas de su familia. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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