La llegada de Trump a la presidencia de EEUU
Augusto Hugo Peña Delgadillo Dossier 1202 noviembre 25 de 2016
Hay un dicho el que por cierto no me agrada que reza, que No hay mal que por bien no venga. La llegada de Trump a la presidencia de EEUU seguramente es una oportunidad para los mexicanos. No es culpa de Trump la devaluación de peso, es la deuda y las mil y una trapacerías de nuestro gobierno. Trump obligará a nuestro gobierno a un cambio.
A partir de ya, el gobierno de Peña Nieto está tratando de cambiar la percepción que los mexicanos tenemos de él, sin embargo muchos más serán los cambios venideros. El que se metan a la cárcel a gobernadores rateros no es suficiente; el gobierno todo debe de cambiar de manos, Peña Nieto y sus cómplices han demostrado que sirven para robar, no para gobernar.
Peña Nieto y sus testaferros le achacan a la llegada de Trump a la presidencia de EEUU, los problemas que nos aquejan. ¡Falso! Nuestros problemas son un mal endógeno, nuestro gobierno y la cúpula empresarial ligada pérfidamente a las trasnacionales de EEUU son la causa. Ellos, desde la llegada de De la Madrid y Carlos Salinas al gobierno y hasta con Peña Nieto han sido la causa del deterioro sociopolítico y económico de México y de los mexicanos; la perversidad y codicia de los presidentes, gobernadores y sus ligas con los empresarios, nos han llevado sin límite ni pausa a una debacle nacional que han expuesto a más de la mitad de los ciudadanos al filo de la miseria y el hambre, y nuestra productividad dejó de ser competitiva ante el entorno mundial.
Es un hecho que no fue Videgaray el de la idea de invitar a México a Trump, fue el yerno de Donald Trump quien por medio de sus relaciones con Martín y Alejandro Werner –ex subsecretarios de hacienda y miembros del Fondo Monetario Internacional- quienes fueron los que embarcaron a Videgaray para convencer a Peña Nieto del probable beneficio que nos traería el invitar a Trump a México, cosa que resultó negativo porque el ahora presidente electo de EEUU ya no solo ofendió a los mexicanos y a México como nación sino que también se pitorreo de Peña Nieto, exponiendo a la burla y el desdoro de la presidencia de México como una institución confiable.
La crisis que nos provocó la visita de Trump, es probable que sea una gran oportunidad para que nuestro gobierno cambie de manos, y eso nos guste o no, es positivo para México y los mexicanos porque analizando a fondo la problemática por la que México y los mexicanos atravesamos, esta no nos viene de fuera, nuestro males son producto de los malos gobiernos y de que los mexicanos no hemos sabido unir nuestros esfuerzos y anhelos para obligar al cambio, así que Donald Trump bien pudiese ser la oportunidad deseada, porque este tipo, aun siendo un burdo dentro del ámbito político, va a cambiar el eje en que se venía desarrollando la política depredadora de los gobiernos en EEUU y con ello, que no nos quepa duda, va a cimbrar –como ya lo está haciendo- la política en México y en otras naciones bajo el designio de Washington.
Luego, este mal aparente que nos llega con la presión que le imprima Trump a los políticos y la política de México, puede ser la oportunidad que los mexicanos requerimos para sacudirnos a estos nefandos y nefarios gobiernos que nos han hundido en la miseria, y han enriquecido a una casta de vividores –oligarcas y políticos- a costa de la pobreza e incluso del hambre de más de 70 millones de gentes. Meade Kuri-Breña, Videgaray, y Martín y Alejandro Werner, son cómplices.
Los mexicanos debemos tener encendida la llama de la esperanza de un cambio para bien, porque el que Trump obligue a nuestros gobiernos a generar un cambio, los primeros beneficiados vamos a ser los ciudadanos de a pie. Hay que considerar que tanto los ciudadanos norteamericanos como los mexicanos, hemos sido afectados por las políticas neoliberales. Empobrecieron a la clase media –aquí y en EEUU-, e impulsaron a los ricos para engrandecer sus capitales, obligando a nuestro gobierno a malbaratar las empresas del Estado y a reformar nuestra Constitución para transformar y condenar a nuestro país y por ende a los ciudadanos, a una suerte de esclavitud, trasladando las riquezas nacionales a unas cuantas manos voraces –de nacionales y extranjeros- dejando prácticamente en cueros a los ciudadanos mexicanos, y un poco menos a los de EEUU.
Peña Nieto ha sido el instrumento de mentes malévolas pero brillantes, por eso les impusieron en su gabinete a Meade Kuri-Breña, a Videgaray, a Pedro Joaquín Coldwell y a Murillo Karam, quienes hoy en la reunión del PRI en que PEÑA nieto prometió las perlas de la Virgen y Ochoa Reza juró que van a ser honestos de aquí para delante. Solo usan a Peña Nieto para llevar a cabo una fechoría colosal. Son muchos quieres están en esta conspiración –la que no es solo una teoría- de la que solo se vislumbran los hermanos Martín y Alejandro Werner, ex subsecretarios de Hacienda –funcionarios del Fondo Monetario Internacional- entre esa pléyade de sinvergüenzas. Peña Nieto, reitero, solo es un instrumento del que muy pronto se desharán. De ahí que tengamos fe en que: “No hay mal que por bien no venga”. O, ¿usted qué opina, estimado lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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