lunes, 26 de diciembre de 2016

Hace 20 años Raul y Carlos Salinas...

Hace 20 años Raul y Carlos Salinas... 


AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO       Dossier ahpd 1192           Diciembre del 2016 

Hace 20 años Raúl y Carlos Salinas en complicidad con gente del Grupo Atlacomulco y otros, decidieron asesinar a Francisco Ruiz Massieu el mismo día que tomaría la jefatura de la bancada del PRI en San Lázaro. Utilizaron a Manuel Muñoz Rocha. Para no dejar cabos sueltos lo asesinaron. Se dice que eso puede pasar con Javier Duarte. No va a aparecer.
Hoy llegó una carta –supuestamente- de Javier Duarte que pide le permitan regresar a su puesto como gobernador. Esto puede ser un indicio que Javier Duarte ya no regresará jamás. Esa es la impresión que me da y se parece mucho a la desaparición de Manuel Muñoz Rocha, a quien es probable que Raúl Salinas lo haya despachado al más allá con tal de no dejar cabos sueltos. 
Se ofrecen 15 millones de recompensa a la persona que proporcione indicios del paradero de Javier Duarte. Lo más seguro es que no aparezca –hay analistas políticos que así piensan- porque todas sus ligas van a dar a Toluca, empezando por los 25 millones que le decomisaron en efectivo y que andaban por las tierras de Peña Nieto. La realidad es que los desvíos del erario de Veracruz son el doble de lo que desvió de Coahuila Humberto Moreira. Todo ese dinero –o gran parte de él- fue a dar a los bolsillos de gente allegada a Peña Nieto y al propio presidente, incluso desde que era apenas candidato. Menos de la mitad de este dinero robado fue a dar al PRI y tanto al partido como a los involucrados les afectaría gravemente que Javier Duarte fuese detenido por autoridades de EEUU y ahí ante ellos despepite el rumbo que dio a lo que se robó. Por supuesto que gente prominente del PRI incluido Peña Nieto pudiesen ser involucrados. De todo esto nace esta teoría conspirativa que señala a Duarte desaparecido y a Peña Nieto involucrado. 
Tratándose del PRI y de priístas siempre hay que pensar mal para acertar, esa es una regla infalible y por ello debemos recordar el episodio en el que José Francisco Ruiz Massieu fue asesinado, mandado matar por sus cuñados los Salinas de Gortari, debido a que ese mismo día a las 12 del día- del asesinato, Ruiz Massieu tomaría parte de las riendas del Congreso y ello les afectaría sobre manera a Raúl y a Carlos Salinas. Utilizaron al diputado Manuel Muñoz Rocha para que contratara a sicarios y así sucedió. Hubo infinidad de enredos judiciales, legales y mediáticos en los que se concluyó que Raúl –SOLO RAÚL- era el responsable y pagó con cárcel parte de la condena, porque acuérdense que estamos en México y aquí se favorece a la gente del sistema como los Salinas. 
En México todas las leyes se tuercen y las dependencias se alinean para beneficiar al ejecutivo y a algunos altos funcionarios o instituciones “sagradas” como el ejército. Caso concreto la desaparición de los 43 normalistas en Iguala bajo las barbas del ejército, de la policía federal y del CISEN. Se construyó una verdad histórica que nadie la cree porque estuvo mal construida. Todo este circo mediático y de encubrimiento de hechos y desaparición de evidencias, le han costado al erario nacional cientos (o miles) de millones de pesos, y todo por no reconocer la realidad, misma que apunta a que los 43 fueron incinerados en los hornos de las instalaciones del batallón 27 del ejército en Iguala, Guerrero, sin embargo el gobierno (Peña Nieto) le apuesta a que los mexicanos somos pendejos y nos tragamos todos sus cuentos. De todo lo anterior se deduce que es probable y pudiese ser, que a Javier Duarte lo hayan desaparecido como hicieron con Manuel Muñoz Rocha. En el PRI se las gastan así, por ello no entiendo el por qué Humberto Moreira sigue en activo. 
Sabemos cómo se las gastan los del PRI, en el caso de Ruiz Massieu utilizaron hasta una vidente (LA PACA) para que proporcionara el cadáver de su suegro para desviar la atención y el rumbo de la verdad. En el asesinato de Luis Donaldo Colosio se hicieron los mismos planteamientos de borrar indicios, desaparecer pruebas y desviar indagaciones utilizando la fuerza del Estado Mexicano y aunque hubo un chivo expiatorio –Mario Aburto Martínez- la realidad es otra. Hasta quien operaba el sonido estaba involucrado, porque encubrió el ruido de los balazos subiendo a más del doble de decibeles el volumen de la música que se tocaba, y que era La Culebra. 
 Por esas y más historias del PRI, cierta lógica nos indica que es probable que Javier Duarte no aparezca. El circo mediático ya ha sido echado a andar. Hoy se dice que La Procuraduría de la República en manos de -Raúl Cervantes- un amigo y cómplice en varios casos de Peña Nieto-  ha embargado 112 cuentas bancarias, 5 empresas dedicadas a actividades diversas y 4 propiedades relacionadas con el supuesto prófugo. Esto también huele a desvío de la realidad para encubrir a alguien. Más hay quienes insisten que Javier Duarte no aparecerá. Lo ideal es que aparezca y pague por sus delitos, pero ¡vaya usted a saber! Otro indicio de que probablemente ya lo desaparecieron es que HOY envió una carta para pedir que le permitan regresar a su cargo de gobernador, cuestión de más estrafalaria. O, ¿qué opina usted, estimado lector? 
Atenta y respetuosamente 
Augusto Hugo Peña D. 

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