La clase política mexicana brilla por su podredumbre.
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 1217 diciembre 8 de 2016
La clase política mexicana brilla por su podredumbre. Mientras el alcalde de Torreón pide licencia y deja en su lugar de interino a un ex porro recientemente señalado como miembro de la delincuencia organizada, los gobernadores al por montón se decantan como viles rateros y los senadores, estúpidamente muestran su imbecilidad apaleando a Trump de piñata.
Lo único bueno que le depara a los habitantes de Coahuila y sobre todo a los laguneros, es que con Riquelme de candidato del PRI a la gubernatura en las próximas elecciones del 4 de junio, se garantiza que el PRI deje de gobernar al estado y con ello, los habitantes de estado podremos de nuevo reencontrarnos con el progreso y el desarrollo. Hasta el PUP podría ganarle a Riquelme.
No es que esté mal que se vitupere a Donald Trump, se lo merece por ojete, racista y mierda, pero los senadores tienen el deber de comportarse políticamente correctos porque representan al pueblo. Es harto imbécil que en una reunión de senadores –de varios partidos supongo- festejen apaleando una piñata con la figura de Trump, ¿Por qué es una estupidez?, Porque es probable que como representantes de los mexicanos, uno o varios de ellos, tendrán que negociar algo en EEUU a favor de sus representados –los mexicanos- y exhibiéndose como gente párvula carente de luces en su cerebro y groseros, no van a ser tomados en serio en EEUU, y menos cuando tengan que ir a negociar la forma en que vamos a pagar el muro que Trump construirá, porque sí él dice que lo vamos a pagar, no nos quepa la menor duda que lo pagaremos.
¿Cómo creer en la política y en los políticos si el propio Peña Nieto está señalado certeramente como delincuente –La Casa Blanca como botón de muestra- y Javier Duarte y los ex gobernadores de Chihuahua y Quintana Roo nadan en miles de millones robados, y aunque Miguel Alonso de Zacatecas e Hilario Ramírez –layin- de Nayarit alegan que ellos si robaron pero poquito, comparados con lo que robaron mucho como Tomás Yarrington de Tamaulipas, Luis Reynoso Femat de Aguascalientes, Humberto y Rubén Moreira de Coahuila, Fidel Herrera Beltrán de Veracruz, Arturo Montiel del estado de México, Andrés Granier de Tabasco, Javier Duarte de Veracruz, Ángel Aguirre Rivero de Guerrero, de Nuevo León Rodrigo Medina, Guillermo Padrés de Sonora, Jorge Herrera Caldera de Durango y Gabino Cué de Oaxaca entre otros muchos?
¿Cómo confiar en el PRI que trata de imponer a Miguel Ángel Riquelme como candidato al gobierno de Coahuila para tapar las trapacerías de Humberto y Rubén, si el gobernador Rubén Moreira le ordena a Riquelme dejar de interino a José Luis Morán Delgado, ex porro de la UAC, señalado recientemente como miembro del crimen organizado? La única manera de entender esta dicotomía corruptiva del sistema político mexicano encabezada por el PRI como el partido líder en las artes de hacerse de lo ajeno, es que amén de ser cínicos y corruptos, son desvergonzados y truhanes que le apuestan –como Peña Nieto- a que los mexicanos todos somos pendejos.
Como coahuilense pero lagunero primero, me niego a aceptar que esta canalla que nada en su propio excremento nos siga gobernando. Por eso y creyendo que una mayoría de mis conciudadanos piensan como yo, estamos dispuestos a votar por cualquier candidato el 4 de junio del 2017. Sí, por cualquier candidato, menos por el del PRI, sea Riquelme u otro.
Para darnos una idea de la confianza que tienen los Moreira de seguir gobernando otros seis años, hay que saber que esta semana fue rematado el hospital municipal por una deuda de 38 millones de pesos que no aparece en las deudas que Riquelme en su tercer informe comunicó a sus gobernados. Dijo que hay deudas por 600 millones y que deja al municipio con fondos suficientes para pagarla en el año que resta a esta administración. ¡Falso! Se deben más de tres mil millones si consideramos el fraude perpetrado con el alumbrado público y otras deudas ocultas. Riquelme el que se ampara en el “poder” de Rubén Moreira, descaradamente pretende hacer ver que todo en Torreón va bien, cuando todos sabemos y vemos con claridad que no solo Torreón es la capital de los baches sino también es el municipio más expoliado por la clase política.
Nunca antes, ni siquiera en la administración de Eduardo Olmos que fue la peor en la historia de Torreón, se había visto tanto desorden, dispendio y saqueo del erario público, y con esas credenciales de inepto y corrupto, pretende ser el gobernador. Qué bueno que el PRI haya pensado en dejar de candidato a la gubernatura a Riquelme, porque con ello garantiza que el PRI pierda las elecciones del 4 de junio próximo. Esa es nuestra bien fundada esperanza. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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