Imposibilitado para seguir gobernando
Dossier ahpd 610 Diciembre 14 del 2014
-PRIMERA PARTE DE DOS-
Peña Nieto está al borde del colapso; prácticamente está imposibilitado para gobernar, nadie en México cree en él ni le tiene respeto alguno, él, solo gobierna para él, su pandilla, sus cómplices, la oligarquía y las trasnacionales que lo pusieron ahí con ayuda de EEUU. ¡Debe renunciar!
Imposibilitado para seguir gobernando, es el título de un artículo de La Jornada escrito por Enrique Calderón Alzati, quien entre otras cosas dice: “La tragedia, la descomposición social y la impunidad asuelan nuestro país; no es de ahora, llevamos años así, décadas de vivir en una nación que no existe, nos fue arrebatada por gobiernos perversos que en su tiempo preferimos ignorar, pensando siempre en cuentas regresivas, a cuyo final vendrán nuevos vientos que nos conducirán a un futuro mejor; creímos en promesas que no se cumplían viendo a otros que disfrutaban de lo que creíamos nuestro, aceptamos el engaño, vivimos con él, ignoramos voces de alerta, señales que presagiaban tormenta, igual con el incremento de la inseguridad que con la aplicación de políticas que nos hacían pagar errores cometidos en nombre de la modernidad y del desarrollo, sin ver beneficios por ningún lado. ¿Cuánto tiempo tenemos viviendo esta historia de engaño?”
“Pero esto no puede ni podría ser eterno. A dos años transcurridos de que un nuevo grupo de bribones de por el rumbo de Toluca se hizo del poder, desplegando campañas millonarias, mancillando la voluntad de la sociedad mexicana de elegir a sus gobernantes, prostituyendo la esencia misma de la democracia, al comprar por igual votos que autoridades con el apoyo masivo de los medios de comunicación para conformar un nuevo gobierno, dispuestos a superar a sus antecesores en el saqueo del país –ellos idearon mecanismos que les permitiesen modificar las leyes para facilitarles la comisión de delitos pactados a espaldas de la nación-, los tiempos de cambio comienzan a florecer a lo largo de amplias regiones del país.”
“Fue entonces en medio del acontecer cotidiano de impunidad y corrupción desbordada y seguramente vinculado a él (a Peña Nieto) que un 27 de septiembre un suceso lo cambió todo. Fue el eco de los golpes, de las maldiciones, de los gritos y de los balazos que se escucharon afuera, en los confines de una pequeña ciudad del sur del país, difícil de ignorar, porque fue ahí donde hace 194 años, dos ejércitos se encontraron para consumar la independencia, Iguala.”
“En días, la noticia de que un grupo de estudiantes de una escuela rural, habían sido baleados, vejados y secuestrados por la policía, corrió por todo el país como reguero de pólvora. No era el primer suceso de ese tipo, de hechos similares y recientes ocurridos en varios estados había memoria, la diferencia ahora es el salvajismo cobarde y demencial fue de parte de los policías del gobierno, siguiendo órdenes de más arriba.” “Sin medir las consecuencias gobierno y partidos intentaron minimizar los hechos, dándole largas y tratando de vincular a los jóvenes con grupos delictivos, y mientras, el descontento se generalizaba por buena parte del territorio y de manera especial entre los jóvenes de todo el país, que haciendo uso de las redes sociales conformaron una corriente de opinión que ha rebasado las posibilidades de contención del sistema.
Las llamas de la indignación han cundido a otros terrenos, a partir de la propia fatuidad de la familia presidencial, dedicada a pensar en sueños de realeza palaciega, a hablar de aeropuertos propios de Dubai y de trenes meteóricos de estilo oriental, cancelados en vano intento de ocultar su modus operandi por encima de la ley, luego de negar los recursos necesarios para brindar educación para los jóvenes de las zonas rurales, con la excusa de falta de recursos para esos fines.” La cuestión es que con los sucesos de Iguala/Ayotzinapa y Cocula, Guerrero y de Tlatlaya, estado de México en donde el ejército fusiló a 22 ciudadanos, sin juicio alguno y también por órdenes de más arriba, Enrique Peña Nieto está imposibilitado para seguir gobernando, y no es la visión y el deseo de un columnista como Enrique Calderón Alzati, lo es de toda una nación, la nación mexicana. O, ¿usted qué opina, apreciable lector? C O N T I N U A R A la segunda parte de 2.
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D
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