Mientras en EEUU en la voz amenazante de Trump y sus titiriteros profieren amenazas a diestra y a siniestra
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 1571 Septiembre 25 del 2017
Mientras en EEUU en la voz amenazante de Trump y sus titiriteros profieren amenazas a diestra y a siniestra contra el mundo y sobre todo contra México, Venezuela, Siria, Irán y Corea del Norte, sentencias que ya no amedrentan a nadie que se respete, aquí en México renace la esperanza de un cambio de régimen, gracias a la voluntad ciudadana, de los jóvenes que le han puesto la muestra al gobierno en el rescate generoso de víctimas del temblor.
Los dos panoramas que se contemplan son: Qué EEUU modere sus discursos y acciones agresivas porque es el único camino viable y aceptable en este entorno volátil. En México también se avizora un cambio sustantivo del régimen voraz, cínico e inepto que nos gobierna. El cambio será pacífico y legal, a menos que Peña Nieto prefiera que este cambio se dé violentamente.
Lo único que nos muestra Trump y Estados Unidos con sus balandronadas procaces carentes de un sentido político y diplomático, es la decadencia del imperio ante el empuje de otras fuerzas muy distantes de Washington, tanto en lo económico como el poder bélico. Una nación minúscula como Corea del Norte con apenas una población de 25 millones de habitantes y una economía marginal, tiene en ascuas al imperio gigantesco de EEUU, no dejándose amedrentar por dos razones poderosas; 1.- Qué Estados Unidos gobernado por un loco bufón, puede ser ciertamente la máxima potencia mundial, pero no tiene la capacidad ni la entereza para desatar una guerra nuclear. Corea del Norte con un líder de veras, considerado un ratón por el imperio, logró ponerle el cascabel al gato. 2.- Que no se encuentra solitaria en el concierto de las naciones, China, Rusia, Irán, Siria, Venezuela y hasta el pequeño Hezboláh en el Líbano, están del lado de esa Corea.
Además dentro de la Unión Americana, el régimen de Trump no cuenta más que con el apoyo de una cuarta parte de su población, más del 74% no solo lo reprueban y desprecian si no también lo vomitan y, esta lucha política intestina en EEUU, es para los politólogos expertos en geopolítica, el peor enemigo con el que tiene que enfrentarse el orate neoyorkino. Los mexicanos –salvo dos o tres pendejos más que acompañan a Peña Nieto en componer los entuertos que nos causa Donald Trump-, no tienen ni deben mortificarse por las agresiones de este rubio imbécil, que lo único que sabe es mentir, agredir sin razón, y proferir jeremiadas proféticas sin fundamento, porque si Trump decide salirse del TLCAN, nos haría un gran favor. Recordemos que antes de que Salinas fuese obligado a firmar este Tratado, México estaba en vías de un crecimiento superior al 6%, y los mexicanos todos, gozábamos de una economía y un desarrollo superiores a las actuales.
Respecto a los problemas internos en México agravados por los sismos del 7 y 19 de Septiembre, la población mostró músculo e inteligencia, dos valores que se suman al desprecio que ya le teníamos al gobierno, al PRI y al sistema político podrido que nos gobierna. Es más que evidente que la fortaleza social despertada por los sismos, se ha tornado en una poderosa inquina contra Peña Nieto y los gobiernos, sacando a la luz el escandaloso dispendio de más de 25 mil millones de pesos para las elecciones del 2018, mientras Peña Nieto, otros gobiernos y los partidos paleros que le acompañan, le regatean a los ciudadanos, los fondos necesarios para la reconstrucción y para paliar todo el gasto de esta enorme tragedia, que nos hiere el alma.
El dispendio en cosas electorales lo único que hará es saturar de volantes y pegotes todo lo ancho y largo del país, lo que un día después de la elección en julio del 2018, serán basura, más basura que la que ya son las campañas electorales cargadas de discursos groseros, promesa incumplibles y de una atmósfera irrespirable que nos llena de oprobio y desconfianza en las instituciones manipuladas por este gobierno procaz, inepto y corrupto. Tenemos que reconocer que nuestra nación está cada vez peor gobernada por una minoría rapaz, pero que también somos una población más despierta, exigente y decidida a sacar a Peña Nieto y a su pandilla de la cosa pública. Para el logro del cometido ciudadano solo no hay que votar en julio próximo a favor del PRI ni de ningún partido aliado a la mafia del poder político actual en el gobierno.
Hace 32 años Octavio Paz publicó un ensayo luminoso, Escombros y semillas, sobre la reacción del pueblo de la ciudad de México, sin distinción de clases, sobre el terremoto de 1985, según Octavio Paz: “… En las profundidades de la sociedad hay, -enterrados, pero vivos- muchos gérmenes democráticos. Estas semillas de solidaridad, fraternidad y asociación no son ideológicas, quiero decir, no nacieron con una filosofía moderna, son más antiguas, y han permanecido dormidas en el subsuelo histórico de México…” Lo mismo ha acontecido este año con los terremotos, Los ciudadanos, sobre todo los más jóvenes, nos han puesto la muestra del cómo reaccionar en estos casos a pesar de tener un gobierno harto en corruptelas y complicidades con lo más pérfido de nuestra sociedad, con un presidente y un gobierno, huérfanos de ideas, de capacidades y de voluntad para afrontar con un éxito, ni siquiera mediano, el intríngulis que les plantearon los sismos, y menos para resolver las causas de la pobreza, la miseria y el hambre que agobia a más de 80 millones de mexicanos, y sí, por el contrario, han mostrado sus uñas largas y sucias para robar al erario, para mentir, engañar, vejar a las clases menos favorecidas y violentar a la sociedad con una guerra absurda contra fantasmas de la “delincuencia organizada”. Estas son las causas principalísimas de estos, nuestros problemas. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
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Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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