Haciendo un análisis deconstructivo de la obra del gobierno de Peña Nieto y de los discursos del presidente del PRI Enrique Ochoa Reza
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 1529 Agosto 23 del 2017
Haciendo un análisis deconstructivo de la obra del gobierno de Peña Nieto y de los discursos del presidente del PRI Enrique Ochoa Reza, podemos desglosar parte por parte de ambos y llegar a un punto indicativo que nos muestra diáfanamente lo incontenible del deterioro institucional y de las inquietudes que tienen a Peña Nieto y a Ochoa Reza en ascuas.
Es un hecho que MORENA al tú por tú en las elecciones del 2018 venza al PRI y al PAN/PRD, por lo que la oligarquía de la mano de los dictados de Washington no lo permitirían. Si esto sucede así como se espera, hay el temor de que si con un fraude electoral en contubernio con el INE, el PRI, el PAN y el PRD, se pudiese recurrir al asesinato de López Obrador como última instancia.
Peña Nieto ocupa sus discursos para decir que todo marcha bien en México cuando a la vista, todo es un desastre. La justicia está ausente, la impunidad avanza a marchas forzadas; la pobreza cada día se acrecienta e instala en más hogares mexicanos, el INEGI dice que son 55 millones de mexicanos que viven en la pobreza, cuando son más de 70 millones, 28 millones de ellos viven en la pobreza extrema, o sea, al filo del hambre porque sus ingresos andan entre los 2 y 3 dólares diarios, cantidad insuficiente de dinero para adquirir los productos de la canasta básica, por lo que este gobierno intenta paliar por medio de dádivas a cuenta gotas otorgadas por SEDESOL de forma dosificada para mantener el control de la pobreza con fines electorales.
Mientras esto sucede, el gobierno sigue entregando las riquezas nacionales a la oligarquía nacional y a empresas multinacionales con un fin predeterminado por los Tratados en lo oscurito con las autoridades de EEUU que nos imponen cada día más condiciones a cambio de reconocer a nuestro gobierno como una entidad legítima, sin importarles que nuestros gobiernos –los últimos 12 años- hayan llegado al poder espuriamente a través de sendos fraudes electorales. Para que el PRI o el PAN consigan quedarse con el gobierno a partir de las elecciones del 2018, Estados Unidos va a imponerle a quien quede en la presidencia, otras nuevas condiciones más leoninas que las que le impusieron a Carlos Salinas, a Felipe Calderón y a Peña Nieto. Washington ya agarró de sus puerquitos a nuestros presidentes y no es una casualidad que Donald Trump trate de sacar más raja de nuestro país a costa de las debilidades institucionales nuestras, y de las incapacidades y corruptelas de nuestros gobiernos. Con Canadá no puede porque el país de la hoja de maple sí tiene un gobierno apto y honesto, y porque la disparidad de las economías EEUU/Canadá, son favorables hacia Canadá, no así con México porque nuestra economía es 27 veces inferior.
Ochoa Reza como presidente del PRI no es mejor que sus antecesores Manlio Fabio Beltrones y César Camacho Quiroz, los tres han sido partícipes del deterioro de ese partido. Hay que reconocer en abono al trabajo -de “ambos tres” como Vicente Fox aseguraba que así se decía y era correcto- desempeñado por los presidentes del PRI en los últimos 11 años, solo han dado resultados negativos y no precisamente por culpa de ellos sino del pobre desempeño del propio presidente y a causa de los gobernadores ladrones e ineptos los que mandan carretadas de dinero al PRI y de paso hinchan sus bolsillos con miles de millones de pesos robados del erario de sus entidades. Humberto y Rubén Moreira, los Duarte y Borge Angulo son apenas unas muestras.
Hay pocas diferencias entre los últimos tres presidentes del PRI, pero Ochoa Reza se destaca por ser ante la ciudadanía e incluso por la gente de su propio partido, un tipo despreciable, el que ha ocupado el mayor de su tiempo en atacar a un solo contendiente, a un López Obrador que les ha quitado el sueño a todos los priistas y a no pocos panistas y perredistas, por sus alcances logrados en las preferencias de los sufragantes, quienes lo perciben como una tabla de salvación del país y por ende de ellos y sus familias. Ochoa Reza ha repetido en sus discursos una mantra de forma incansable e irracional, de que López Obrador es un peligro para México, y que “México entraría en la caverna del populismo autoritario con AMLO”, lo ha dicho en sus discursos del 11, 12 y 29 del mes de mayo; en junio lo repitió los días 4, 5, 12, 13 y 30; otras más el 1, 3, 4, 17, 18 y 26 de julio, y en agosto lo volvió a repetir lo mismo los días 3 y el 4. Es probable que lo haya dicho más veces y que no lo tenga yo documentado y, ¿qué nos muestra con eso? Que el PRI carece de propuestas que hagan viable la recuperación del país que ellos han sumido en la miseria y el desconcierto.
Un partido como el PRI carente de soluciones creíbles y de acciones palpables que saquen al país de este marasmo en el que ellos metieron por sus incapacidades y sus malas artes, no tiene un futuro promisorio y por lo mismo se atiene a esa propaganda procaz contra el único contendiente que les quita el sueño y los pone contra la pared, por lo que han tenido que recurrir a la compra de votos y a tantas mapacherías que son difíciles de enumerar por ser tan abundantes y variadas. Es probable que dadas estas circunstancias, el PRI, el PAN, el PRD y los partiditos satélites de ellos, se sumen al clamor de los oligarcas que habitan en el Consejo Coordinar Empresarial, COPARMEX y el Consejo Mexicano de Negocios, para cerrarle a MORENA el paso a la presidencia de la república, a costa de lo que sea, incluyendo su asesinato. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
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Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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