En el preciso momento en que le intervienen negocios y cuentas bancarias a Rafa Márquez y a Julión Álvarez, autoridades judiciales exoneran por medio de amparos a Javier Duarte,
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 1517 Agosto 12 del 2017
Partiendo del apotegma “Negocios son negocios”, podemos llegar a: por qué artistas y deportistas son cooptados por las mafias del poder y de todas índoles, considerando que “Negocio” es no ocio porque hay que ocuparse de ello con fines determinados. En el caso de Rafa Márquez y de Julión Álvarez, cabe ampliamente este apotegma, aunque es muy probable que el artista y el deportista ni cuenta se hayan dado con certeza de su relación con la mafia.
En el preciso momento en que le intervienen negocios y cuentas bancarias a Rafa Márquez y a Julión Álvarez, autoridades judiciales exoneran por medio de amparos a Javier Duarte, y los medios masivos llenan sus páginas y noticieros de este asunto emanado de la Secretaría del Tesoro de EEUU, creando una enorme cortina de humo para encubrir asuntos más graves.
Muchos mexicanos que no necesariamente necesitamos ser artistas o deportistas, podemos ser vistos como parte de esas mafias que aturden a la sociedad. Me refiero a las mafias del poder. Personalmente tengo muchas ligas con gente de la mafia del poder y pude involuntariamente haber tenido qué ver con otro tipo de mafias, de las que trafican drogas, asesinan o lavan dinero mal habido. Cabe en cada caso según la ley, la presunción de inocencia, sin embargo en el caso de Julión Álvarez y de Rafa Márquez, nuestro gobierno obedeciendo a los dichos de la Secretaría del Tesoro norteamericano, ya les han intervenido sus negocios, inversiones y sus cuentas bancarias, con lo que es claro ver que nuestras autoridades, cuando se trata de su relación con EEUU, se brincan nuestras leyes un día sí y otro también.
Las mafias todas, las del poder en México y las del tráfico de drogas, robo de gasolina u otros rubros, buscan la forma de esconder el fruto de sus fechorías. La más de las veces utilizan a los empresarios para que en sus negocios –por medio de la sociedad, de forma accionaria, de pura palabra o de otras formas- sean lavadas sus ganancias provenientes de sus negocios ilícitos. Este puede ser el caso del artista y deportista mencionados, más ello no indica que ambos pudiesen darse cuenta del garlito al que fueron expuestos en sus relaciones con los maleantes.
Por ejemplo: ¿Dónde guardan Carlos Salinas, Peña Nieto, Gamboa Patrón y centenas de políticos corruptos el dinero que han adquirido deshonestamente? A la vista no lo pueden tener y menos a nombre de ellos, por lo que usan a terceras personas como es el caso más reciente del ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte, quien utilizó sus relaciones de amigos y familiares para ocultar los miles de millones de pesos que hurtó del erario de Veracruz. ¿En dónde están los 32 mil millones de pesos que se robó del erario coahuilense Humberto Moreira? Una mínima parte ya está en manos del gobierno de EEUU que la incautó, motivo por lo que más de una persona, ya están en la cárcel de Texas. ¿Por qué en estos casos donde los robos son al erario y de forma espeluznante por su cuantía, el gobierno federal no hace nada? Hay solo una razón y esta es que esos truhanes repartieron el fruto de sus robos con altas autoridades federales y con el partido al que pertenece el presidente Peña Nieto.
Carlos Salinas –para ser más gráfico- guarda el dinero que se robó, en negocios de allegados como Carlos Slim, Rogelio Montemayor, Alonso Ancira o Tricio Haro el de Aeroméxico, como un ejemplo.
Ciertamente es comprensible que quien ya tiene mucho dinero no tiene la necesidad de robar, pero el factor codicia los envuelve, los empuja y los expone a tener que recurrir a terceras personas de solvencia reconocida como es el caso de Eduardo Tricio Haro, de Carlos Slim, de Alonso Ancira o de Rogelio Montemayor. Esto mencionado en mis últimos renglones solo es un ejemplo de mi imaginación, la que no tiene límites establecidos, más el quid del asunto en que de forma problemática están metidos Rafa Márquez y Julión Álvarez, tiene como resolución establecer su culpabilidad sin negarles la presunción de inocencia.
También es muy probable que éste, mega escándalo en los medios relacionado con la culpa o la inocencia del artista y el deportista en cuestión, sea solo una cortina de humo para tapar otros problemas que acontecen en México, como el robo descarado de la elección del estado de México, donde la voluntad de Peña Nieto se está imponiendo ante la ley y la justicia, porque su primo del Mazo no ganó la gubernatura, y se la están robando entre el PRI, el INE, Peña Nieto y las autoridades electorales del estado de México y federales. Este panorama imaginario yo así lo veo, y no sé usted qué opine, apreciable lector.
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Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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