martes, 12 de septiembre de 2017

El politólogo de la UNAM John M. Ackerman, nos ilumina con su opinión. Asegura que Peña Nieto y Videgarary fueron obligados por Trump –a cambio de algo- para atacar a Maduro el de Venezuela.

El politólogo de la UNAM John M. Ackerman, nos ilumina con su opinión. Asegura que Peña Nieto y Videgarary fueron obligados por Trump –a cambio de algo- para atacar a Maduro el de Venezuela.

AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 1503   Agosto 1º del 2017
El gobierno de México no reconoce los resultados de las elecciones en Venezuela sobre el caso de la Constituyente. Esto no es raro en gobiernos emanados del PRI, no solo no reconocen el resultado de las elecciones –Coahuila y el estado de México como muestra actual- sino que además de ello hace todo tipo de marrullerías, compra votos, se roba las urnas y las altera a su antojo y conveniencia, por ello es inaudito que meta su cuchara en Venezuela.
El politólogo de la UNAM John M. Ackerman, nos ilumina con su opinión. Asegura que Peña Nieto y Videgarary fueron obligados por Trump –a cambio de algo- para atacar a Maduro el de Venezuela. EEUU quiere un títere en Caracas al estilo de Peña Nieto, servil y entreguista de los recursos de su nación a EEUU, y no acepta negativas. ¡Bravo por nuestro servil presidente!
Es grave e inaceptable es que el gobierno de Peña Nieto se sume a los designios de EEUU, poniendo de pretexto la falta de democracia, cuando en México la democracia es una moneda de cambio para favorecer siempre al poder constituido antidemocráticamente. Los mexicanos pensantes no podemos admitir que nuestros gobiernos se inmiscuyan en asuntos de otras naciones, y menos tratándose de cuestiones electorales, ya que en nuestro país la constante es la mapachería, nombre eufemístico que se le da a las trampas electorales. Menos deberíamos admitir este involucramiento de nuestro gobierno, en actos que afecten a terceras naciones en cuestiones electorales cuando aquí, en este sentido en particular, no hemos resuelto los nuestros.
Suponiendo sin conceder que el presidente Maduro de Venezuela esté llevando a cabo una acción anticonstitucional que afecte negativamente los procesos democráticos de su país. Con qué cara nuestro gobierno se pronuncia en no reconocer ese proceso de votación en Venezuela en el que fue convocada toda la ciudadanía, abierta y democráticamente, cuando en nuestro país los gobiernos emanados del PRI, y en veces en colusión con otros partidos, no acepta los resultados de nuestras propias elecciones. En 1988 se robó la elección que favorecía al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas; en el 2006 coadyuvó con el PAN para robarse la elección presidencial para imponer a un borrachín y asesino como Felipe Calderón, y en el 2012 el PAN le devolvió el favor para cerrarle el paso al candidato ganador que fue López Obrador. En menos de 25 años en México se violó la Constitución en muchos de sus rubros para llevar a cabo tres fraudes electorales presidenciales, y a pesar de ello ahora sale nuestro gobierno con una bandera justiciera que afecta y daña los procesos comiciales en Venezuela. ¡Qué poca madre!
El cinismo, la desvergüenza y la sumisión a los intereses de Washington, ha llevado a nuestro gobierno presidido por un inepto, corrupto y corruptor sujeto, a inmiscuirse en asuntos que atañen a una nación hermana como es la venezolana, con el único fin de que el grupúsculo de gente nefaria que nos gobierna, sean admitidos como socios de las fuerzas imperiales estadounidenses, cuando es claro que no somos para nada socios y sí vasallos muy maltratados por la presidencia de EEUU y por el gran poder hegemónico que representan.
Preguntémonos, ¿hasta cuándo nuestros gobiernos van a actuar de forma legal, justa y decente? No estamos de acuerdo con el comportamiento de nuestro gobierno dentro y fuera de México.
En efecto y tomado como una verdad ineludible, la mayoría de los mexicanos no estamos de acuerdo con el grosero e indecoroso comportamiento de nuestro gobierno dentro de nuestro país, menos debemos estarlo que actúe de la misma manera nefanda contra la voluntad de los pueblos hermanos, los que por sus condiciones críticas, recurren a una votación abierta y libre dentro de su electorado para dirimir sus diferendos internos. La oposición en Venezuela es mínima y está manipulada por las fuerzas oligárquicas locales, de la mano de Estados Unidos, y el que se haya convocado a votar, reitero, libre y abiertamente para todos los venezolanos, es para darle cauce a la voluntad e intereses de las mayorías. Eso es democracia, nos guste o no.
El gobierno de México no debería prestarse a los rejuegos del poder hegemónico de EEUU, porque esa poderosa nación lo que pretende en Venezuela es expoliar y privatizar sus recursos petroleros, los que son a mi entender, las reservas más grandes en hidrocarburos del mundo, reconocidas por los expertos como las reservas del Orinoco. Si México ya le vendió sus reservas energéticas a EEUU y a la oligarquía nacional, por qué nuestro gobierno se empeña en que Venezuela haga lo mismo. Para entender, el por qué México se inmiscuye en Venezuela, hay que leer un poco a John M. Ackerman, un joven politólogo mexicano que dice: “Quien busca homologar a Venezuela y México, no es la izquierda, una corriente política siempre respetuosa de las particularidades históricas y de las especificidades nacionales, sino la derecha continental neofascista y neoliberal, que no acepta resistencia alguna en el continente latinoamericano. Donald Trump ha decidido a hacer todo lo que esté a su alcance para imponer en Caracas un nuevo gobierno tan servil y entreguista a Washington como el que hoy tenemos en México”. En suma, EEUU quiere un títere en Venezuela al estilo de Peña Nieto. Esta y no otras, son las causas por las que Peña Nieto/Videgaray, atacan y se niegan a aceptar la voluntad de los venezolanos. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?  
Se deseas leer mis anteriores escritos, puedes hacerlo ingresando a Google en: elnuevoblogdeaugustopena.blogspot.com
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.

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