Agustín Carstens el último descendiente de Itubide por fin piensa bien
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 822 octubre 18 de 2015
México no va a salir del hoyo en que nos metieron los últimos seis gobiernos con la ayuda de EEUU; ellos están para ganar no para compartir. Por fin Agustín Carstens acepta que nuestro desarrollo y crecimiento no vendrá de fuera, tenemos que crecer con nuestro esfuerzo y tesón y no con las políticas que los malandrines que nos gobiernan, implementaron por su ineptitud.
Agustín Carstens el gobernador del Banco de México por fin acepta que nuestro desarrollo y progreso no vendrán de fuera tal y como se venía sosteniendo, en el sentido que al crecer EEUU nos arrastraría en el crecimiento, cosa absolutamente ilusoria porque México o cualquier nación o empresa crece a base de ahorro, productividad y competitividad comparativa; sea esto, por ser mejores que otros en el renglón de la productividad y superiores a otros en competitividad.
México no crece –económicamente- porque el capital está concentrado en unos cuantos, muchos de ellos simples especuladores y porque la fuerza del país radica en el esfuerzo de todos los mexicanos, cosa que no ha sido posible ya que desde 1982 a la fecha, nuestras políticas de desarrollo, progreso y crecimiento económico nos vienen de los dictados del consenso de Bretton Woods (Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional) del que Carstens y no pocos secretarios de hacienda mexicanos han salido para imponernos esas políticas que han hecho crecer a los ricos cualitativamente y a los pobres en forma cuantitativa. Cada día hay más pobres y cada día los ricos son más ricos.
¡Imagínese usted! De 1940 a 1982 –diciembre 1º-) crecimos casi en promedio del 7% anual y eso nos catapultó a un nivel nunca visto en México económicamente hablando, pero los malandrines llegaron impulsados por el Fondo Monetario Internacional, me refiero a Miguel de la Madrid y a Carlos Salinas de Gortari, y con ellos y hasta nuestros días hemos decrecido, nos hemos empequeñecido como nación y como estado; como nación porque amén de empequeñecernos, la pobreza ha crecido desmesuradamente, y con nuestras leyes a partir de ese nefasto 1º de diciembre del 82, se han convertido en un galimatías, embrollo y laberinto de ideas que solo nos han llevado a la pérdida de rumbo como nación y estado.
Del 1º de diciembre del 82 en cambio, y hasta hoy, 18 de octubre del 2015, México se ha ido hundiendo paulatinamente en un subdesarrollo educativo, de salud, de alimentación y bienestar social para la mayoría de los mexicanos. Éramos 29 millones de pobres, hoy somos 63 millones y la mitad de estos, casi 30 millones de connacionales viven en la pobreza extrema al filo de la miseria y el hambre. ¿Tenemos de esta debacle, culpa los mexicanos? Sí, absolutamente, porque hemos permitido que estos malos gobiernos –los últimos 6 sexenios- hagan lo que les plazca y conviertan el sistema político en un ente corrupto, corruptivo, injusto y abusivo.
Permitimos que nuestras instituciones, desde la presidencia de la república, gobernación y la procuraduría general de la república, pasando por todas las demás secretarías de estado, sean ocupadas por zánganos, ineptos y corruptos que se enriquecen y empoderan a nuestra costa.
Por lo anterior solo vislumbro una necesidad, la de unir nuestros esfuerzos y anhelos para cambiar este desastroso sistema político que nos agobia y condena a miserias insospechadas, y para ello debemos luchar contra el embate mediático que esgrime el gobierno –con nuestro dinero- para convencernos que todo va bien, cuando la realidad los desmiente de forma clara, contundente, y tácitamente. México está en un pozo y hay que sacarlo, sí, sacarlo nosotros, y no esperar que el desarrollo y progreso nuestros provenga de fuera porque no será así, nunca ha sido en ningún país. Qué bien que Agustín Carstens, gobernador del Banco de México y último descendiente de Agustín de Iturbide, por fin se percate que no vamos a crecer gracias a EEUU, lo haremos únicamente con el esfuerzo y tesón de todos y cada uno de los mexicanos, no de esos cuantos que se han enriquecido con nuestro sudor y lágrimas. ¡Cambiemos este gobierno! Es imperativo. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
Zuloaga 22 c. p. 27140 Torreón, Coahuila. Tel. Cel. 871 211 95 91 – E-mail ah.pd@hotmail.com
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