Un genocida en la ONU despotrica contra la Paz; Benjamín Netanyahu
Augusto Hugo Peña Delgadillo Dossier ahpd 809 octubre 2 de 2015
La participación de Benjamín Netanyahu en la ONU me pareció el aullido de un lobo cruel, feroz y hambriento, debido a que se le están vetando los ingresos a los gallineros ajenos. Fue un discurso de hambre de guerra y que no es ni más ni menos que un escupitajo al cielo al recriminar agrazmente a la ONU, el mismo organismo que le dio vida al estado paria de Israel.
La ONU el día de ayer (Octubre 1º del 2015) se vio envuelta en un manto de ignominia, racismo, cleptomanía y genocidio con la presencia del premier israelita –judío por supuesto- Benjamín Netanyahu, catalogado por más de la mitad del mundo como el sicario de la muerte, por ser un condenado por expertos, por crímenes de lesa humanidad, despojo de bienes y tierras en Palestina, y actor principalísimo en el asesinato artero de miles de niños y cientos de mujeres, en sus repetidas incursiones bélicas en Gaza, contra poblaciones civiles e inermes.
Su discurso fue una mentada de madre a la decencia, a las buenas costumbres y a la paz. Renegó del tratado de no proliferación de armas nucleares para el Medio Oriente, signado por EEUU y aliados con el Estado de Irán, enseñándonos con eso que su talante y calaña son las de un sicario de las fuerzas más obscuras de la humanidad, representadas por AIPAC (American Israel Public Affairs Committee), organismo judío que engloba a la judería internacional, el que decide quien debe ser presidente y primer ministro en el estado paria denominado Israel.
La calaña y catadura de Benjamín Netanyahu es comparable a las de Ariel Sharon, otro animal convertido en militar y político, autor de crímenes de lesa humanidad como los de Sabra y Chatila en septiembre de 1982 en Líbano, en donde fueron masacrados inmisericordemente 2,293 personas –la mayoría mujeres, niños y ancianos- en los campos de refugiados palestinos en el Este de Beirut. Regresando al discurso en la ONU del genocida consuetudinario, Benjamín Netanyahu, resulta que dentro del recinto principal de la ONU la arremetió contra el mismo organismo internacional, por su “silencio” ante las amenazas de Irán, tanto para Israel como para el Medio Oriente, cuestión absolutamente falsa, porque el enemigo del Medio Oriente y de muchas naciones por todo el orbe, es Israel y su característica muy particular, la del apartheid y el hurto de bienes ajenos, con un solo fin, consolidar al estado de Israel como el hogar nacional de los judíos.
Esas pretensiones no pueden ser ciertas ni son posibles, porque ni en todo Israel ni en toda Palestina que se están robando los judíos paulatinamente, cabrían ni la mitad de los judíos, los que además –los más justos, decentes e inteligentes entre ellos- jamás se irían a vivir a un país como Israel en el que reina el terror de estado, y abundan los crímenes y las sinvergüenzadas.
La paz y la seguridad mundiales se han visto mermadas por la actitud de víctimas que ha asumido la judería internacional, condicionando y exponiendo toda acción y discurso, a las masacres que los nazis les infligieron en la II Guerra Mundial. Preguntémonos: ¿Por qué el pueblo palestino y otras naciones tienen que pagar las culpas de los nazis, quienes abusaron de ellos, de los gitanos y gente discapacitada, de una forma cruel, despiadada e inhumana?
Netanyahu escupe hacia arriba al despotricar contra la ONU ya que este mismo organismo es el que le dio vida al estado de Israel. Los motivos que esgrime este sujeto despreciable son el de la seguridad de Israel y la paz mundial, cuando Irán jamás ha invadido a otros pueblos tal y como lo hacen los judíos desde la base militar que tanto Gran Bretaña como EEUU implantaron en ese estado paria, utilizando a los judíos sin escrúpulos como sicarios a su servicio, y no solo en contra de Palestina y el Medio Oriente sino contra la humanidad en su conjunto, por esto y todo lo anterior dicho, tenemos que reprobar el estado de apartheid que prevalece en Israel y condenar a este tipejo, con índice de fuego por ser un sátrapa al servicio de una de las fuerzas y poderes fácticos internacionales, AIPAC. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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