Lo más lamentable del temblor de 7.1 grados es la pérdida de vidas humanas...
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 1567 Septiembre 22 del 2017
Lo más lamentable del temblor de 7.1 grados es la pérdida de vidas humanas, y aunque las pérdidas materiales son cuantiosas y lastiman la economía de los dueños de los inmuebles, Los inquilinos se quedaron sin nada y sin rumbo, anímicamente hablando, pero se ha demostrado otra vez que los ciudadanos son eso, entes cívicos, solidarios y responsables con su comunidad. No siento que por este caso, sea apropiado hablar mal de las autoridades.
¿Después de resueltos los problemas en Chiapas, Oaxaca, Morelos, Puebla y la ciudad de México que nos queda? Nada menos que buscar un líder que pueda, que quiera y que sepa administrar la enorme solidaridad de los mexicanos. Estamos demostrando que la solidaridad y la unión hacen la fuerza. Hoy la solidaridad es con los necesitados, mañana será con quien gobierne.
Cierto es que una tragedia provocada por la naturaleza, como esta, no era previsible, incluso dos horas y 15 minutos antes del desastroso temblor, se hizo una alarma sísmica preventiva, sin esperar que minutos más tarde se presentaría un terremoto de tales dimensiones. La gente del gobierno de la ciudad y las autoridades de los estados afectados, han estado presentes oportunamente al igual que las federales, comenzando con el propio presidente, el secretario de gobernación y otros altos funcionarios. La autoridad ahora no fue rebasada como en 1985. Se ha hecho lo que se ha podido, y justo es de reconocer que de otras naciones han ofrecido ayuda; Estados Unidos, Francia, Venezuela y otros más de 40 países han ofrecido ayudar y se han mostrado solidarios con el dolor nacional y el de las familias de los fallecidos, heridos o lastimados en su alma. Infinidad de grupos empresariales están colaborando al igual que miles de personas que son voluntarios para el rescate de cuerpos con o sin vida.
Esto nos habla bien del pueblo mexicano y no de la mayoría de la clase política. Hay un caso a destacar de solidaridad de veras, el ofrecimiento de AMLO de aportar el 20% de sus asignaciones para campañas electorales, con el fin de aliviar con algo las desgracias de miles de conciudadanos. Lo lamentable en este caso es que el INE en voz del consejero presidente Lorenzo Córdova, de los consejeros Ciro Murayama y Benito Nacif, se pronunciaron en contra del ofrecimiento de López Obrador, aduciendo que iba contra la ley electoral, cuestión absolutamente torpe y desproporcionada con la realidad del momento. No hay ley que prohíba a nada ni a nadie cooperar con lo que se le pegue la gana para asuntos de gran dimensión como este flagelo que sufren miles y miles de mexicanos. El INE se brinca las trancas y las leyes para favorecer al PRI, sin embargo se opone a que un partido done parte de sus prerrogativas de ley para una causa tan delicada y grave como la que están padeciendo, decenas de miles de compatriotas, suponiendo cierta ilegalidad ya que podría prestarse a actos publicitarios, sí, a actos de publicidad partidaria.
¿No es acaso una publicidad un tanto mezquina y canallesca que priistas como Peña Nieto, Osorio Chong, Ochea Reza, Rosario Robles y Aurelio Nuño se tomen fotos y las publiciten en todos los medios, en las que se ven abrazando a gente en desgracia? Estar ayudando a los desgraciados no es reprobable, lo que sí lo es que se tomen fotos para publicitar a personajes con fines mezquinos. Primeramente porque esas autoridades priistas federales, tienen la obligación de ayudar a esa gente dolida. Este flagelo reitero, que nos poner en crisis post inminente, hay que capitalizarlo.
Los políticos más que nadie, están obligados porque para eso les pagamos enormes sueldos y hasta prestaciones y dietas exageradas. Antes de tres días de que AMLO ofreció cooperar para la reconstrucción de los sismos con un 20% de las prerrogativas de MORENA, lo que el INE y los partidos dijeron que eso era ilegal –qué poca madre- los partidos obligados por el clamor de las redes sociales se han plegado al proyecto de nación de López Obrador, el único líder político de veras con el que los mexicanos contamos y confiamos en él. Las tareas de reconstrucción, del daño moral, material y humano que nos han dejado ambos sismos, son la prioridad nacional; las elecciones del 2018 son secundarias. ¡Primero lo primero! Como algún día lo dijo el filósofo de Guemes, a quien no se le olvida por sus insensateces tanto como por sus desatinos.
Lo segundo en importancia es buscar a quienes sepan administrar la enorme solidaridad del pueblo de México con los que necesitan de socorro. Está comprobado que el gobierno desde hace 35 años dejó de ser un referente de apoyo a los más necesitados, de ahí que las mayorías reclaman un cambio, sí, un cambio de gobernantes, de gente que sepa, pueda y quiera comprometerse con el trabajo que el pueblo les ha encomendado y no de gratis, porque es mucho lo que ganan por hacer nada, o poco si se quiere ser generoso con la clase política y con este sistema de gobierno que ya no da más de sí; se ha agotado por sus ineptitudes y corruptelas. Hay que buscar, reitero, a quienes sepan, quieran y puedan administrar la valiosa solidaridad de los mexicanos en los casos requeridos. También hay que saber que aparecieron los de siempre, los hijos de su &/%$#( madre que se aprovecharon de la confusión y el dolor ajeno para medrar, asaltando transeúntes y saqueando hogares vacíos. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
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Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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