El único mérito para recibirla es mi gran amor por México; Alberto Bailleres G.
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 870 diciembre 24 de 2015
No hay duda, el Senado de la República está en manos de una caterva de vividores que adulan al que mejor les paga y les sirve para saciar su codicia. Otorgarle la medalla al mérito ciudadano a Alberto Bailleres, un depredador del medio ambiente y gran corruptor es inaceptable.
Varios son los canales de TV que promocionan la distinción que inmerecidamente le otorgó el senado de la república al dueño de PEÑOLES, el señor Alberto Bailleres González, quien no para en gastos para que decenas de veces al día en varios canales de TV se diga que le fue otorgada la medalla Belisario Domínguez por ser un benefactor de México en grado sumo y también por haber aportado a la humanidad beneficios sustanciales. Este tipo de publicaciones televisivas se han convertido en una fatua cantaleta que en la voz e imagen del propio Alberto Bailleres reza: “El único mérito para recibirla es mi gran amor por México”, cuestión falsaria en lo absoluto porque los hechos en los que Bailleres se ha involucrado para poseer más de 13 mil millones de dólares, dicen todo lo contrario, él ama el dinero, el poder y los lujos, no a México ni a los mexicanos.
Bailleres y su empresa PEÑOLES, mantienen La Laguna contaminada con plomo, cadmio, arsénico, ácido sulfúrico y decenas más de productos químicos que han provocado una serie de pandemias que van desde varios tipos de cáncer hasta el alzheimer, pasando por el saturnismo (plomo en la sangre que provoca debilidad y lentitud mental) diabetes, males renales, pulmonares con deficiencia respiratoria y dermatológicos entre otros. También PEÑOLES utiliza agua a raudales extraída del subsuelo para ser usada en los tratamientos de los metales, reingresando los residuos al subsuelo contaminando los mantos acuíferos, la tierra y el aire que respiramos. Concesiona aguas negras municipales de Torreón, las trata y utiliza en sus plantas industriales metalúrgicas, y el resto de estas aguas tratadas son vertidas en el bosque Venustiano Carranza, siendo tal vez, muy probable que Alberto Bailleres y su empresa PEÑOLES, no paguen por el uso de esa agua, teniendo esta un costo, el que al parecer no está contemplado, ni llega a la tesorería.
Me frustra que este gobierno sea tan soez al otorgar La Medalla Belisario Domínguez a Alberto Bailleres, quien reitero, no tiene ningún merecimiento más que el de haber sido favorecido por políticos y funcionarios públicos –comprados por Bailleres y sus esbirros- para hacerse de los recursos naturales, los que por derecho son de todos y cada uno de los mexicanos y no solo de gente privilegiada como es el caso del dueño de PEÑOLES, quien amén de ser un afortunado hombre de empresa, en solo dos sexenios –Fox y Calderón- le fueron otorgadas concesiones de tierras para la explotación minera por dos millones de hectáreas, las que son el 1% del territorio nacional, como si solo fuésemos 100 habitantes y no 120 millones como lo somos.
Es lamentable para México y los mexicanos, ver que nuestras autoridades se vendan al mejor postor como lo hacen con Alberto Bailleres por un plato de lentejas, y peor aún que los medios de comunicación sin dignidad porque son igualmente comprados por Bailleres, le sigan el juego publicitándolo como un mexicano ejemplar, como benefactor del país y de la humanidad, cuando en realidad es un depredador del medio ambiente que daña a la sociedad y corrompe al gobierno.
En los últimos 33 años –de Diciembre 1º de 1982 a la fecha- un gobierno tras otro han entregado los bienes de la nación a unos cuantos vividores mexicanos y a las trasnacionales, retornando a México a eras pasadas, como la de los más de 30 años que gobernó Porfirio Díaz, demostrándonos con ello que la revolución sirvió exclusivamente para que la gente jodida siguiera igualmente jodida, que los ricos consentidos del sistema de gobierno, cada día sean más ricos y que la soberanía nacional, la seguridad de los mexicanos, la salud, la educación, la autonomía y autosuficiencia alimentaria quedasen al margen del camino venturoso que emprenden los ricos como Alberto Bailleres y unas centenas de privilegiados. Son una vergüenza, el senado de la república y los senadores que le otorgaron la medalla al mérito ciudadano Belisario Domínguez a Alberto Bailleres de forma inmerecida. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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