Las Obras de la Avenida Morelos se hacen en lo oscurito
Augusto H. Peña D. Dossier b 6 Julio 12 de 2013
La Obra del Paseo La Morelos, por su inutilidad, y por su premura; será un resumidero del erario *Alguien tiene que parar al alcalde y decirle que ya deje de hacer obras de relumbrón para desvío de fondos públicos
Un diario local expone a 8 columnas que Olmos, por medio de SAMA, arquitecto terco en hacer como que hace, en “lo oscurito” licita obras para el proyecto –de antemano fallido e inútil- y se preguntan el por qué no hace público el asunto; los comerciantes de la Morelos ignoran el fin de dichas obras que sólo servirán para dilapidar 42 millones de pesos del erario. Las obras de la Avenida Morelos sí tienen un fin: Desviar lo más que se pueda –del erario- hacia haciendas particulares y, para beneficiar a unos cuantos comerciantes y propietarios de fincas en dicha avenida. No hay otro motivo, porque si lo hubiera, lo primero que se debería hacer es limpiar de prostitución dicha rúa, y segundo, presentar un proyecto a la ciudadanía, para su aprobación y, para que se pueda ver con transparencia en que se gasta el dinero del pueblo; aunque hay que decirlo, el Centro Histórico tiene otras necesidades más ingentes, que hacer de ese paseo una distracción fofa y sin sentido, considerando otras necesidades, como la salud, por ejemplo.
No se trata este escrito de criticar por el sólo criticar, ni de descalificar una obra que bien pudiese ser benéfica para la ciudad; la cuestión es que se hace a espaldas de la gente, tercamente y a como dé lugar, con el fin, reitero, de desviar fondos del municipio hacia los bolsillos de unos cuantos y hacia la conveniencia de otros tantos. La avenida Morelos es un paradigmático referente de la ciudad, pero dilapidar sin ton ni son, 42 millones de pesos, es otra cosa. No tienen por qué, este y otros alcaldes, hacer lo que se les pega la gana, si no lo que conviene a la polis; no deben hacer bajo la mesa dicha obra para ocultarle al pueblo el fin de sus recursos; no deberían hacer cosas, tal vez buenas, que parezcan malas, ni darle atole con el dedo, a las gentes; pero sobre todo, alcaldes y funcionarios públicos, sí tienen la obligación de transparentar el gasto, porque al no hacerlo, como se les ha hecho costumbre, se presta, lo reitero por enésima vez, a que nuestro dinero enriquezca a unos cuantos a costa de los recursos que son de todos.
Así como el DVR – Distribuidor Vial Revolución, obra de Enrique Martínez y Martínez, sirvió para maldita la cosa y para que se gastasen 240 millones de pesos en obra y fraudes, las obras que este gobierno municipal –bajó el amparo vicioso del gobernador- está efectuando sin ninguna transparencia, pintan a lo mismo, y lo grave no lo veo en eso, porque es del conocimiento de los que habitamos Torreón, que políticos y funcionarios públicos se enriquecen a nuestra costa, si no, que lo verdaderamente grave es, que al parecer, ya nos acostumbramos a que nos roben, nos mientan, nos prometan y no cumplan, y en pocas palabras dicho, a que nos vean la cara de tontos. ¿Acaso eso somos, tontos e imbéciles? O ¿usted qué opina apreciable lector?
Atenta y Respetuosamente Augusto Hugo Peña D.
Zuloaga 22 c. p. 27140 Torreón, Coahuila. Tel. 312 29 67 – E-Mail ah.pd@hotmail.com
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