No se puede establecer que el ataque en Barcelona y los de otras ciudades, incluyendo Nueva York el 11-S, no tienen sentido
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 1536 Agosto 28 del 2017
Para tener una mejor idea de los hechos y acontecimientos cotidianos, hay que recargarse en las opiniones de personas brillantes que vierten su apreciación hacia la opinión pública, pero hay que tener cuidado porque las más de las veces, quienes opinan son personajes comprometidos con el establishment, lo que su tarea es propalar todo aquello que le sea conveniente al poder establecido. Me refiero al caso del terrorismo en Barcelona.
No se puede establecer que el ataque en Barcelona y los de otras ciudades, incluyendo Nueva York el 11-S, no tienen sentido, son reprobables sí, pero se dan por razones comprensibles. La única manera de no ver las causas es porque no queremos o no nos conviene verlas. Cada ataque terrorista tiene sus orígenes y consecuencias, porque no son producto de la casualidad.
Primero debemos considerar que el establishment no es una entidad difusa ya que representa a los intereses del poder establecido a nivel global. En este caso de Barcelona, a los puntos de vista de los políticos de Europa, de EEUU y de las naciones sometidas a sus designios, que utilizan a los medios de comunicación masiva, la mass media, para esparcir sus ideas según sus conveniencias. En contraparte hay mentes que opinan de forma más veraz y certera, porque no solo ven la tragedia –en este caso, la de Barcelona- como un asunto en una dimensión plana sino que escudriñan en lo que originó dicha tragedia. Ciertamente es terrorismo porque causa terror, provoca muertes, daños materiales e infunde miedo, pero no hay que desdeñar el porqué de este hecho lamentable ni tampoco su leitmotiv y las causas que lo originaron.
Si nos empeñamos en tildar este asunto de Barcelona como una yihad islámica o un acto criminal de yihadistas musulmanes, tendríamos que llamar a los ataques de países europeos y de EEUU a los países del Medio Oriente, como una cruzada o una guerra de cristianos contra musulmanes, cosa que dista mucho de ser cierta, porque se trata de una guerra hegemónica con fines políticos y mercantilistas que trata de domeñar a esas naciones para poder expoliarles sus riquezas y sus espacios geográficos con fines hegemónicos. También podríamos señalar a la guerra de los judíos israelitas como una jihad judía con fines religiosos, cuestión absolutamente falsa porque de lo que se trata es de robarle sus tierras a los palestinos para implantar en Israel, no un hogar para los judíos sino para establecer una base castrense como punta de lanza militar, de un Occidente cristiano que utiliza como su servidumbre a los judíos para la creación de un estado ficticio y paria como lo es Israel.
Lo que trato de establecer es el hecho que hay mentes brillantes dentro de quienes opinan sobre estos acontecimientos, que son justas en sus apreciaciones, me refiero a dos mexicanos que en los medios nacionales vierten sus puntos de vista comprometidos con la verdad y no así con el poder establecido. Ellos son Arnoldo Kraus y a Ivan Restrepo. El primero dice que las muertes sin sentido en Barcelona son una terrible inutilidad, y que son producto del fanatismo de islamistas radicales. ¡Claro que son radicales! Si no lo fueran no estarían inmolándose por una causa. Una causa que Arnoldo Kraus no ve o no quiere ver. La causa o leitmotiv de esos pequeños grupos tildados de yihadistas islámicos, radican y se fincan en dos factores. Por un lado en la venganza implícita.
Venganza porque se sienten rechazados en esas sociedades encuadradas en el neocolonialismo y en el intervencionismo en esas naciones predominantemente musulmanas. Podemos ver que en América Latina persiste ese mismo neocolonialismo y el intervencionismo económico y militar, y sin embargo los latinoamericanos no reaccionamos igual que los musulmanes. El latinoamericano no responde de la misma manera que los habitantes del Medio Oriente y del Magreb (el Norte de África) porque nuestra idiosincrasia es de un talante de sumisión ante el intervencionismo y el expolio de nuestras riquezas nacionales. Ellos en cambio tienen un sentido de pertenencia que los une y masifica en entes rebeldes por antonomasia, lo que los hace capaces de inmolarse en aras de defender lo suyo. Analicemos este punto. ¿Cuándo hemos visto a un mexicanos, colombiano o de alguna nación de América Latina que se entregue al suplico y se suicide en aras de sus compatriotas, Jamás, porque somos católicos y se nos ha inculcado que cuando nos den una cachetada pongamos la otra mejilla. Para eso y no más no ha servido el catolicismo.
Ivan Restrepo en cambio nos dice que: Tendremos más atentados y más fanatismo luego del anuncio de Donald Trump que mandará a Afganistán más tropas de Estados Unidos y de sus aliados para matar terroristas. Esos supuestos terroristas son el fruto del intervencionismo o neocolonialismo depredador de la Gran Potencia (EEUU) y de sus aliados europeos, cuando es sabido por la historia que Afganistán jamás ha sido dominado por ninguna potencia, solo los han destruido y han asesinado a sus líderes, porque en Afganistán no hay materias primas que expoliar, a menos que Occidente considere la goma de opio y la amapola como una materia prima que les haga falta. Esa riqueza es la única que tienen los afganos y es probable que EEUU quiera expoliarla con fines económicos. El intervencionismo de EEUU y sus aliados, no se circunscribe ni acota solo en Afganistán sino en todo el mundo y por ello seguirán recibiendo respuestas terroristas de los que tienen el valor de inmolarse por una causa que consideran justa.
Para finalizar mencionaré dos casos relevantes sobre las respuestas de los musulmanes. Uno.- Un chofer musulmán en Líbano, cargo de explosivos su camión y fue a estrellarse contra un cuartel de norteamericanos causando la muerte a más de 150 oficiales gringos. ¿Tuvo sentido? Lo tuvo, EEUU sacó a sus tropas de Líbano. Dos.- Una joven libanesa musulmana cargó de explosivos unos burros de su propiedad y los hizo explotar frente a decenas de judíos, en un Check point en la ocupación militar en el Líbano. Murieron más de 70 judíos y el ejército de Israel se retiró allende sus fronteras. También tuvo sentido. El chofer del camión se llamó Ahmed y la joven de los Burros Laila. Ambos hicieron lo que creyeron conveniente, lo mismo que hicieron los que atacaron en Barcelona, solo hay que encontrarle el sentido a los actos que Occidente tilda de yihadismo islámico, cosa falsa de suyo. O, ¿usted qué opina al respecto, apreciable lector?
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Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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