lunes, 2 de octubre de 2017

En agosto de 1962 hace 55 años llegué a la Laguna, venía por un lapso de 6 meses o un poco más según las circunstancias...

En agosto de 1962 hace 55 años llegué a la Laguna, venía por un lapso de 6 meses o un poco más según las circunstancias...

AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 1528   Agosto 31 del 2017
En agosto de 1962 hace 55 años llegué a la Laguna, venía por un lapso de 6 meses o un poco más según las circunstancias, en febrero de 1963 precisamente por las circunstancias y las personas que aquí conocí, decidí quedarme para toda la vida. Aquí obtuve lo que añoraba, una familia, un hogar, trabajo, un entorno amable y más de lo que anhelaba.
Cuando arribé a La Laguna me percaté que la gente hablaba del algodón como el factor principal del bienestar por decenas de años. El algodón casi se acabó y La Laguna y los laguneros siguen siendo los mismos, mostrándome con ello que no era el algodón el principal factor de riqueza y bienestar, era su gente venida de todas partes, era su trabajo empeñoso, es su afabilidad.
Aquí aprendí a amar a la tierra y a la gente de abajo, la que menos tiene y que carece de todo. Aquí he aprendido que las únicas ataduras de una persona, son la tierra y la familia, todo lo demás puede ir y venir. Es probable que no me pueda explicar cómo me gustaría hacerlo porque he estado por años en otros espacios geográficos con otras gentes pero en nada comparables con la gente de la Laguna. La gente y no la belleza del entorno ni el clima, incidieron en que esta podría ser mi tierra como la siento que es, por eso no quiero dejar pasar este agosto en que he cumplido 55 años de los 77 que tengo de edad, viviendo feliz y honestamente en la Laguna.
Siempre he vivido holgadamente y feliz en otras ciudades pero aquí es el único lugar en donde no me siento forastero. Aquí nada me ha sido ajeno, ni el campo, ni el comercio, la industria, la sociedad en su conjunto y ni siquiera las instituciones del Estado de las que me siento parte consustancial, aunque he de reconocer que no siempre, o casi nunca estoy de acuerdo con el sistema político que impera en la comarca, y en los estados, sin embargo y a pesar de ello, me atengo a lo que venga porque aquí decidí quedarme el resto de mi vida, y por lo mismo he intentado ser gente de bien más no sé exactamente si lo he logrado, esa opinión no me pertenece se la dejo a los demás. Quiero hacer de lo que me quede de vida, algo que sirva a la sociedad para ser un buen ejemplo para mis hijos, mis nietos y para los que amo, todo lo demás será secundario.
He aprendido más de la gente de la Laguna que de nadie más, porque esta tierra y esta gente han sido tan generosas conmigo al grado que lo reconozco como algo inmerecido, cuestión que me parece que  debo saldar de alguna forma por todos los bienes recibidos, ¿cómo hacerlo? Lo ignoro pero eso no me arredra ni debilita por lo que seguiré haciendo todo aquello que considere es justo y de alguna manera compensatorio por todos los bienes recibidos. La sociedad lagunera, como otras, lo imagino, está compuesta de segmentos tan dispares en cuanto a la economía y el bienestar. Los que menos tienen son según mis apreciaciones más de un 70% y no el 48% que dicen las autoridades como el INEGI y el INAI, por ello precisamente hay que luchar por esos, los que carecen incluso de lo más indispensable, ¿y cómo hacerlo?
Primero hay que señalar puntualmente todo aquello que frena el desarrollo de la gente y el progreso de la sociedad en su conjunto, después, luchar con las herramientas necesarias para que estos factores negativos cesen y no permitan que el tejido social siga deteriorándose. Hay que empezar por cambiar el sistema de gobierno que es la primera causa de este deterioro social.
Todo es perfectible, ¿por qué no habría de serlo la política? Me refiero a la política como ciencia y arte y no como simple administración de la cosa pública. Quienes nos gobiernan, lo veo así, no son por lo general gentes preparadas, y en muchos casos son personas mal intencionadas que acceden a los gobiernos con el fin de beneficiarse ellos y no en servir a la gente como debiera ser. Esta es y será la trinchera de donde seguiré luchando para mejorar nuestro entorno social e ir haciendo lo posible y necesario para frenar el deterioro de nuestra sociedad en lo más sensible y, para restañar el tejido social con el único fin de que las disparidades sociales no continúen en ascenso y de esa forma, hacer más justa nuestra vida y más afable nuestra convivencia social.
Esta actitud personal la he asumido desde hace más de 40 años, de motu proprio sin más interés, reitero, que el de coadyuvar a la mejoría de nuestros entornos familiares. Una de las tareas que debemos asumir como propia, de todos, es la de politizar a nuestra juventud, enseñándoles que es por medio de la política, la principal forma de salir adelante en materias sociales y económicas, sin olvidar respetar en todo a la familia y, empeñándose todos y cada uno de nosotros en nuestros trabajos respectivos, porque de esta manera y no por medios policiacos es como se puede combatir la delincuencia y la pobreza que tanto daño nos hacen. Culmino este escrito agradeciendo profundamente a todos los que me han brindado su respaldo y amistad, razones principales por lo que me siento un lagunero en pleno. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Si deseas leer mis anteriores escritos, puedes hacerlo ingresando a Google en: elnuevoblogdeaugustopena.blogspot.com
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.

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