Para entender el problema de Palestina y de los palestinos, primero hay que saber que los judíos son parte o no de la humanidad en su conjunto según las conveniencias de ellos y sus muy particulares intereses
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 1474 Julio 9 del 2017
Para entender el problema de Palestina y de los palestinos, primero hay que saber que los judíos son parte o no de la humanidad en su conjunto según las conveniencias de ellos y sus muy particulares intereses, y que el sionismo es una doctrina neocolonial que llegó en destiempo a este mundo globalizante, o bien una basurilla que los judíos no han podido, no han querido o no han sabido sacudirse de esa, su nueva religiosidad que recién han asumido.
El sionismo no solo es una doctrina racista sino también una parte convenenciera de la religión judía. Muchos son los que asumieron el sionismo como algo espiritual muy suyo pero resultó una puya sangrienta contra un pueblo al que han hecho sus víctimas preferidas, me refiero a los palestinos, quienes jamás les han hecho nada agraviante a los judíos, Ellos solo se defienden.
Hace 69 años y después de que la ONU les otorgó a los judíos, en base a tretas ilegales una porción de La Palestina que les era ajena de siempre, en 1967 tomaron por asalto y la fuerza de las armas –en complicidad con Gran Bretaña, Estados Unidos y Francia- la otra porción de La Palestina que la misma ONU mediante resoluciones de La Asamblea General, les dejó a sus propietarios de verdad, los palestinos, con el fin primigenio inventado y conducido por Inglaterra, de hacer un país fuerte y armado por el Occidente, como un baluarte estratégico para irse apoderando de todo el Medio Oriente y del Magreb (África del Norte), tal y como lo están haciendo desde 1948. Ello provocó dos problemas; el uno ilegal según la internacionalidad y la propia ONU y el otro humanitario.
El humanitario porque los judíos asesinan y expulsan día a día desde hace 69 años a los palestinos de sus propias tierras, y a los que se han quedado, los tratan como si fuesen animales. Los vejan, los humillan y asesinan para hacer crecer a su nueva patria, un país paria que lo único que tiene en su haber son las armas que les proporcionan las naciones –Francia, Gran Bretaña y EEUU- para seguir creciendo y hacerse poderosos bélicamente con el fin antes mencionado. En su debe solo cuentan con la ilegalidad y con el repudio internacional. Los cinco millones 240 mil de palestinos que viven en Gaza y Cisjordania, según censo del 2014, viven un día a día pavoroso. Carecen de suficiente agua y alimentos, tienen un excedente de brazos y esto los obliga a emigrar en busca de sustento familiar y desarrollo individual, la política de los judíos israelitas amén de racista y cruel, está bajo el amparo, reitero, de EEUU, Francia, Inglaterra, de otras naciones europeas y de la judería de EEUU englobada en un organismo racista y poderoso denominado AIPAC (American Israel Public Affairs Committee), el mismo que ha llevado a Donald Trump, con algo de ayuda de Rusia, a la presidencia de los Estados Unidos.
Esto último les depara a los palestinos un futuro de mayor incertidumbre porque Donald Trump, con su comportamiento enfermizo, lo único que les garantiza son mayores penurias políticas y socioeconómicas. El plañir de los judíos sobre el holocausto que sufrieron de parte de los nazis, los ha convertido en lo mismo que era Joseph Goebbels, quien vio en el exterminio de los judíos la solución final. Eso mismo es lo que piensan los judíos de Israel –y muy probable es que los de todo el mundo-, que acabar con el último palestino sería la solución final para su engrandecimiento. Benjamin Netanyahu eso está proponiendo incluso públicamente. Ya no oculta sus intenciones.
El Sionismo que asaltó La Palestina cual lobos hambrientos, no tuvo empacho en asesinar a decenas de miles de palestinos para expulsarlos y robarles sus tierras y su cultura, y al parecer aún no tienen empacho en seguir provocando otro holocausto, el que los palestinos han denominado en su idioma árabe La Nakba (La Catástrofe) y Al- Hijira al- Filasteeniya (El éxodo palestino). No trato de culpar a los judíos de lo que acontece en La Palestina y en otras naciones árabes en donde han metido sus sucias manos, ellos son solo los sicarios* de EEUU, Gran Bretaña y Francia que los usan para hacer en el presente sus sucios trabajos hegemónicos, y para en el futuro usarlos de chivo expiatorio, y culparlos de la catástrofe de los palestinos y de su éxodo. EEUU y Gran Bretaña han convertido a millones de judíos en asesinos y en in pueblo cruel que en base a abusar de los más débiles desfiguraron lo que sería un hogar nacional para los judíos en una nación paria.
En conclusión: lo que sucede en La Palestina y con los palestinos es una obra diseñada de manera culposa por países europeos y Estados Unidos con fines hegemónicos, y los judíos son solo sus sirvientes y sicarios*, quienes se han asido perversamente de su nueva religión el sionismo, lo que en poca palabras quiere decir El Regreso a Sion, un monte afuera de las murallas de la antigua Jerusalem, en donde dicen haberse asentado por primera vez en La Palestina. Esto indica a las claras que Jerusalem y La Palestina ya estaban habitadas por milenios por otros pueblos, lo que los descalifica como dueños originales de esa tierra, incluso la biblia, sus propios 5 libros sagrados La Torá que les otorga una ley y un patrimonio identitario como pueblo israelita, y al que ellos en algún momento de su historia, le agregaron a lo concerniente a La Palestina, La Tierra Prometida, cuando lo que era una tierra promisoria. (La palabra sicario* proviene del Medio Oriente antiguo, era un puñal de doble filo usado contra los soldados romanos, punzándole la ingle para cortarles la vena femoral y que murieran de inmediato. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
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Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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